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Yuliana

—Tu hermano juega terrible bien, Yuli.

Le dediqué una sonrisa al Jorge y volví a centrar toda mi atención en el cuaderno, porque estaba pasando al limpio unos ppt para la tutoría que tenía la próxima semana con el Cristóbal, que no le gusta transcribir del notebook porque, según él, no entiende.

—¿Ustedes nos van a seguir todos los días ahora?—preguntó la Milla, mientras miraba mal a los dos cabros que estaban sentados con nosotras en la biblioteca.—¿O solo están aquí porque sus otras amiguitas les dieron permiso?

—En la que te vai, Millaray.—el Jorge se hizo el ofendido.—Queríamos pasar tiempo contigo y nuestra nueva amiguita.

—Te extrañamos caleta, Milla.—habló ahora el Nicolás, mientras miraba a la pelinegra.—Tú sabí que la Cata y sus amigas no tienen ningún problema contigo.

La Milla se rió con ironía.—Si po'.

—Tú te fuiste solita.—habló ahora el Jorge.—Nadie te echó de ningún lado. De hecho, anduvimos detrás tuyo todo el semestre y tú con cuea nos saludabai.—se aclaró la garganta y se levantó de la mesa dispuesto a irse.—No es culpa nuestra que quisierai pasar tiempo con el ahueonao de tu ex.

—¿Qué hablai, Jorge?—la Milla se levantó también para enfrentarlo, haciendo que la gente que estaba alrededor nuestro centrara su atención en ellos.—¿Qué chucha tiene que ver el Ignacio? Que tú tengai un problema con él no es culpa mía. No tení por qué sacarme a ese gil siempre que estís molesto.

—El otro día nos contaste que conociste a la Yuli en la facultad de economía.—respondió él de mala gana.—¿Y cuando ibai pa' allá? Cuando te juntabai con ese hueón.

—Milla...—susurré e intenté tomarla del brazo para que volviera a sentarse, pero no sirvió de nada porque empezó a caminar donde el Jorge.

—¿Y en qué te afectaría si voy a ver al Ignacio?

El Jorge se quedó callado unos segundos y luego se encogió de hombros.—¿Pa' qué volveríai con un hueón que te trata como el hoyo?

—Por la misma razón que soy amiga de todos ustedes.—dijo y él la miró con sorpresa.—¿O se les olvida que cuando el grupito de la Cata me tira comentarios de mierda ninguno es capaz de decirles nada? ¿Por qué? Porque protegen como hueso santo a la Magdalena y sus amiguitas, a pesar de que saben que la hueona no merece ni que el León la mire.

—Milla...

—¿Quieren saber por qué nos hicimos amigas con la Yuli?—se le quebró la voz y yo recogí rápido todas mis cosas para guardarlas en mi mochila y levantarme a ponerme al lado suyo.—Porque las amiguitas de tu polola—miró al Nicolás—me dijeron que fuera a la facultad de economía—recalcó las últimas dos palabras y miró al Jorge, que bajó la mirada.—para "arreglar" las cosas y yo les creí como hueona, porque quería buena onda en el grupo, en especial por ustedes. Pero resulta que me llamaron solo pa' seguir de matonas. Si no fuera por la Yuli...—negó con la cabeza y se quedó callada, porque estaba a punto de ponerse a llorar.

Los dos se quedaron callados y la miraron sorprendidos, supongo que nadie les había contado eso.

—Hola,—me giré sobre mis talones y caché que venía llegando el León con una sonrisa a boca cerrada, pero al ver la escena frunció el ceño.—¿Qué...?

—Y todo es tu culpa, por permitir que hagan la hueá que quieran contigo y no poner límites.—la Milla apuntó al recién llegado, se dio media vuelta y empezó a caminar hacia la salida. Por mi parte los miré con el ceño fruncido y empecé a correr detrás de mi amiga.

Tutorías pa' enamorar(nos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora