Cap. 17

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Ticci Toby
Al notar los cortes de Clock, noto como ella baja la mirada, evita el contacto visual. Agarro un paño limpio y un poco de alcohol, lentamente desinfecto sus heridas, ella hace muecas, imagino que le arde.

Cuando termino, agarro los paños llenos de sangre junto con el alcohol y el cúter y me dirijo al baño, tiro los paños a la basura y guardo el alcohol, dejo el cúter al lado de este.

Regreso a donde está Clock, sentada, ella alza levemente su mirada y rápidamente la baja de nuevo. Me siento a su lado, sin darme cuenta, agarro su mano y la entrelazo con la mía.

—¿Necesitas hablar?—pregunto.

—Nada, solo, recordé a mi hermano y todo lo que me hizo.—responde sin levantar la mirada.

Suelto mi mano y la abrazo, ella acomoda su cabeza en mi pecho, siento el impulso y beso su cabeza y acaricio su rostro.

—Todo estará bien, eres muy fuerte.—digo y ella sonríe.

Me separo un poco y la miro fijamente. Poco a poco acercó mi rostro a ella, nuestros labios estaba centímetros de tocarse. No puedo contenerlo más, y estampo mis labios con los suyos. El beso empieza tranquilo, poco a poco se vuelve más profundo. El oxígeno comienza a faltar y me veo obligado a separarme de ella. Al hacerlo unimos nuestras frentes.

—Toby...—susurra ella.

—Me encanta besarte.—digo en voz baja pero a manera que ella me escuche.

Nos separamos completamente y la abrazo. Nos quedamos abrazados un rato, viendo la pared, sin decirnos nada, hasta que yo decido hablar.

—No estás sola, cuentas conmigo.—digo y ella se pega un poco más.

—Gracias, Toby.—responde ella.

Me separo de ella y me pongo de pie, ella fija su mirada en mi, acaricio levemente su rostro.

—Te veo al rato.—digo y camino a la puerta.

Salgo de la habitación de Clock y me dirijo a la mía. Entro a mi habitación y me acuesto boca arriba en mi cama, pensando. Clock hace lo mismo que yo, sonara irónico, pero no quiero que ella se haga daño, verla así me hizo sentir, como decirlo, una especie de preocupación y dolor, no me gusta verla así, solo quiero que esté bien, y haré lo posible porque así sea.

—¡Hey! ¿¡Y es que a ustedes nos les da hambre!? ¡Bajen a cenar que no es restaurante para que traguen cuando les venga en gana!—el regaño de Slender me saca de mis pensamientos.

Pongo los ojos en blanco y me siento en la cama. Me paro de la cama y salgo de mi habitación. Bajo las escaleras y me dirijo al comedor. Me siento junto a Slender. Masky y Hoodie entran, Masky se sienta a mi lado y Hoodie al lado de Masky, poco a poco van llegando los demás, entre ellos Némesis.

Evito mirarla pero es difícil, ya que justo a su lado está Clock, y si soy sincero, si pudiera, me quedaría viéndola el tiempo que yo quiera, es simplemente hermosa.

Slender empieza a servir la cena y empezamos a comer. Nadie dice absolutamente nada, todo está en un largo silencio, y honestamente, con Némesis aquí, lo prefiero.

—Slender, esto está asqueroso.—alega Némesis empujando su plato y este a su vez mancha la mesa de comida.

—En primer lugar, tú limpiarás la mesa, y en segundo lugar, como dije antes, eso no es restaurante, además, hago mi mejor esfuerzo para complacer los gustos de todos, Némesis.—contesta Slender.

—Mi papi es el mejor en la cocina, tú eres malagradecida.—dice Sally abrazando su peluche.

—¡No te metas, niña estúpida!—grita Némesis. —No te metas en lo que no te importa.

—¡Hey! ¡No le hables así a Sally!—exige Clock.

—¡Tú tampoco de metas!—Némesis empuja a Clock y ella casi cae de la silla.

—¡No te atrevas a tocarla Némesis!—exclamo.

—¿Por qué la defiendes? Esta no vale nada al igual que esa mocosa.—contesta de forma indiferente.

Clock se pone de pie, agarra a Némesis de la blusa y la acerca a ella de forma brusca, Clock le suelta un golpe en la cara y Némesis cae al suelo.

—¡Ya te dije que no la insultes!—grita Clock.

Me pongo de pie y me acerco un poco a ellas, Némesis se levanta, ella toca su nariz, Clock le había roto la nariz con el golpe. Ella agarra a Clock del cabello y alza el puño.

—Me las pagarás, maldita.—murmura.

Cuando está a punto de golpearla, detengo su puño agarrándola de la muñeca. Ella me voltea a ver confundida. Le doblo su mano a manera de no rompérsela por mas ganas que tenga. Ella empieza a quejarse y suelta a Clock. Agarra mi mano intentándola zafar del agarre, sus gritos de dolor aumentan.

—¡Basta, Toby!—escucho la voz de Slender y le hago caso omiso.

—¡Toby, para!—me grita Masky, pero eso provoca que haga más fuerte mi agarre.

Los gritos de Némesis son más fuertes y desgarradores, me siento ciego de odio, no podía con la impotencia de que insultó a Sally e intento golpear a Clock.

—¡Toby!—una voz femenina llama mi atención, levanto la mirada y se trata de Clock.—Basta, no le hagas nada, no vale la pena.

Mis ojos se concentran en la linda castaña que está parada a unos metros de mi. Poco a poco suelto la mano de Némesis, ella sigue quejándose del dolor. Siento como todos y todo desaparece, y que solo estamos Clock y yo.

—¡Basta!—espeta Slender sacándome de mis pensamientos. —Toby, casi le rompes la mano a Némesis. Discúlpate.—ordena.

—Perdóname, Slender, pero no le pediré disculpas, no sabes con las ganas que me quede de destrizarle la mano.—digo sin pena alguna.

—Tío Toby.—veo como Sally se acerca abrazando su peluche y abraza mi pierna. —Tú no eres malo, ni mi tía Clocky tampoco, no son como esa bruja.—dice Sally, se ve algo asustada.

—¿¡Que!?—exclama Némesis incrédula acariciándose la mano que quede con ganas de romperle. —¿Como se atreve, esta mocosa piojosa a llamarme bruja?—cuestiona. —Te voy a dar una buena lección.

Némesis intenta acercarse, pongo a Sally detrás de mi y Clock se pone en medio de nosotros.

—¡No te atrevas!—grita Clock. —Eres una cobarde, ¿por que no te metes con alguien de tu tamaño?

—¡Adelante! ¡Acércate!—la reta Némesis.

—¡YA BASTA!—grita Slender poniéndose de pie y alzando los brazos. —Ya fue suficiente. Némesis, ¡lárgate a tu cuarto!—le ordena.

Némesis pone los ojos en blanco y sale del comedor dando fuertes pisadas. Al salir ella, todos nos quedamos en un largo silencio. Sally está llorando, Clock se agacha y la abraza a lo que la pequeña corresponde.

—Ya princesa, tranquila, ella no te volverá a hacer sentir mal.—asegura Clock.

—Gracias tía Clocky.—dice Sally.

—No debiste aceptar a Némesis, Slender.—dice Jane.

—Desde que llegó, solo ha dado problemas.—dice Puppetter.

—Lo sé, pero no puedo hacer nada por el momento.

Sanando tu corazón-Ticciwork Donde viven las historias. Descúbrelo ahora