Cap. 29

184 13 2
                                    

Clockwork
Despierto con algo de dificultad, miro a mi lado y veo a Toby, aún esta dormido. No puedo evitar sonreír levemente, pues soy consciente de lo lindo y tierno que se ve dormido. Me levanto silenciosamente y agarro mi teléfono, son las 11:00am. Me acerco lentamente al armario y tomo mi bolso que guarde el día anterior.

Salgo de la habitación y me doy una ducha no muy larga ducha. Al terminar lavo mis dientes con mi dedo, lastimosamente deje mi cepillo en la mansión. Al quedar lista, no quería usar mi ropa del día anterior.

Regreso al cuarto silenciosamente y me acerco al armario. Empiezo a buscar algo de Toby que yo pueda usar. Finalmente, agarro una camisa negra, no es muy grande no dudo que me quedara bien. Cierro la puerta del armario y está hace un pequeño ruido.

—Veo que te gusta usar mi ropa.—dice una voz detrás de mi.

Giro y veo a Toby sentado en la cama, observadome y riendo un poco. Yo me sonrojo pues recuerdo que estoy envuelta en una toalla y sin nada por debajo.

—Saldré para que te puedas cambiar.—anuncia para luego levantarse y salir de la habitación.

—¡Toby!—lo llamo.

—¿Si?

—¿Me...pasas mi bolso? Está en el baño.—pido.

—Claro.—responde.

En unos segundos él llega y me entrega mi bolso. Al dármelo nuestros dedos se tocan entre sí. Nos miramos fijamente y nos sonreímos el uno al otro. Él sin decir nada más sale de la habitación y lo escucho en la ducha.

Me pongo mis jeans y la camisa de Toby. Luego, procedo a cepillar mi cabello, dejándolo completamente suelto. Termino de guardar todo en mi bolso y salgo de la habitación, al salir, veo a Toby salir del baño, sin camisa y con solo una toalla rodeando su cintura.

Él cierra la puerta del baño y se acerca poco a poco a mi, no puedo evitar sonrojarme. Toby es alto, brazos fuertes, no tiene ese gran cuerpo escultural pero si se nota lo buen trabajado que están su abdomen y sus brazos.

—Estás linda.—dice en voz baja y sonriendo.

—Gra...gracias.—río nerviosa. —Te espero abajo.

Él asiente y se mete a la habitación. Bajo las escaleras y voy a la sala, me siento en el sofá y espero un poco. Me quedo pensando en lo qué pasó anoche, nunca había tenido una conversación así con alguien, profunda, sincera, liberándome, expresándome. Sentir la mirada y las caricias de Toby, es algo que simplemente me encanta.

Mis pensamientos se interrumpen al escuchar a alguien bajar por las escaleras. Volteo a ver y veo a Toby, vestido con una camisa gris y un pantalón de buzo negro. Él al verme sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.

Toby camina hacia mi y se sienta a mi lado en el sofá, para luego darme un beso en la frente y acariciar mi cabello sin llegar a despeinarme.

—Te ves lindo.—digo.

¡Mierda! Pensé en voz alta

Ah, gracias.—dice con una sonrisa y ríe algo sonrojado. —¿Tienes hambre?—pregunta.

—La verdad no.—respondo. —¿Por que?

—Porque quería, no se, ver una película contigo antes de volver a la mansión. ¿Que dices?—cuestiona notablemente emocionado.

—¿Crees que Slender se moleste porque lleguemos un poco tarde?—pregunto un poco preocupada.

—¡Nah! No creo.—Toby se inclina hacia mi y me da un corto y tierno beso en los labios. —¿Entonces? ¿Que dices?

—Tal vez para la otra, lo mejor es volver.—respondo acariciando su rostro.

—Está bien.—dice sonriendo pero algo desilusionado. —Vamos.

Ambos nos levantamos y caminamos a la puerta. Salimos de la cabaña con nuestras cosas y emprendemos el camino. Al inicio, todo estaba silencioso, solo se escuchaban nuestros pasos y uno que otro canto de las aves. Miro de reojo a Toby, quien se ve muy atractivo hoy, veo como él se sube su bozal y busca algo en su mochila.

—¿Que buscas?—pregunto con curiosidad.

—Mis goggles.—responde mientras sigue esculcando.

—Ah, creo que yo los tengo.—digo sacándolos de mi bolso.

Me los coloco en la cabeza y acomodo mi bolso. Volteo a ver a Toby y este juega divertido al ver con sus goggles.

—Te quedan mejor que a mi.—dice abrazándome y yo correspondo.

Continuamos caminando abrazados. Siento la necesidad de agradecerle, pues nadie, ni mi propia "familia" fue capaz de escucharme, sentarse a hablar conmigo y tratar de comprenderme, Toby está siendo de gran ayuda, es, sin duda, el chico que amo.

—Toby.—digo y él voltea a verme. —Gracias.—digo sonriendo.

—¿Por?—pregunta.

—Anoche, me ayudaste mucho. Hasta ahora, fuiste el único que se detuvo a escucharme, a tratar de entenderme y comprenderme. Nuestra conversación, quiero decir, la disfrute mucho la verdad.—concluyo y él aprieta suavemente mi mejilla.

—Gracias a ti, yo también quería hablar con alguien desde hace mucho tiempo. Tú eres mi mejor y más linda compañía, y quiero más momentos lindos contigo, gracias por ser parte de mi vida.—Toby nos detiene y hace que lo mire fijamente.

Él se acerca a mi y me besa. Nuestro beso empieza lento, tranquilo. A medida que pasan los segundos, nuestro beso se vuelve más apasionado, con más deseo, rodeó su cuello con mis brazos y él coloca los suyos alrededor de mi cintura. El oxígeno empieza a faltar y nos separamos dejando nuestras frentes unidas.

—Si hay algo que odio, es que el puto oxígeno falte cuando disfruto tus labios.—afirma pasando su dedo pulgar por mis labios.

Yo me rio y lo abrazo a lo que él me corresponde. Seguimos caminando abrazados y en poco tiempo, llegamos a la mansión. Caminamos a la entrada y tocamos la puerta. Nadie nos abre. Toby comienza a golpear la puerta más desesperado. Nadie abre.

—Puta madre, ¡Abran la puerta!—exige dando fuertes golpes.

—¿Y si algo paso?—pregunto preocupada.

—No creo.—dice él volviendo a tocar la puerta. —No queda más que entrar por la ventana, yo entraré y luego abriré la puerta.—dice y yo asiento.

Toby camina unos cuantos pasos hasta llegar a la ventana que da a la sala. Noto que la abre sin mucha dificultad y entra a la casa. Espero unos segundos y escucho unos pasos acercándose. Veo la puerta principal abrirse y a Toby aguantar la risa.

—¿Que pasa?—pregunto confundida.

—Ven.—él me toma de la mano y me mete a la mansión.

Toby cierra la puerta y caminamos a la sala. Al llegar, es un desastre. Hay casos tirados por todos lados, luces dañadas, botellas rotas, incluso ropa, y de mate y remate, todos están dormidos.

—¿Que habrá pasado aquí?—pregunto riéndome.

—Hay que esperar a que despierten para saber a qué se debió tremendo desastre.—bromea Toby y yo me rio.

Sanando tu corazón-Ticciwork Donde viven las historias. Descúbrelo ahora