Cap. 40

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Némesis
Me sirvo una copa de vino, vivir con estos postes andantes es una maldita tortura, les encanta darme ordenes. Me siento frustrada, por no haber podido matar a esa maldita en la playa. Estrello la copa contra la pared, agarro una almohada y cubro mi rostro ahogando un grito de odio.

Esa estúpida me las pagará.—murmuro quitándome la almohada de la cara.

Agarro mi cuchillo y salgo de mi habitación, en silencio. Sé que los postes andantes están profundamente dormidos a esta hora.

Decido salir a caminar al bosque, quiero perderme en mis pensamientos. La noche no es nada aterradora, pateo una que otra piedra mientras camino por el bosque y no me doy cuenta cuando ya estoy en la ciudad.

Veo una pareja a lo lejos y decido seguirlos, matar me ayudará a desestresarme, me escondo entre unos arbustos cercanos, alisto mi cuchillo pero veo bien las siluetas, mi Toby y la mosquita muerta de Clock. Siento que ardo en llamas de la ira al verlos besarse, estoy a punto de caerles por sorpresa hasta que veo que un chico interrumpe su momento. Al parecer, por lo que escucho, es el ex de Clock.

Luego de una dramática discusión, ambos se encuentran matando al chico. En eso, una idea se cruza por mi cabeza, culparlos. Saco mi celular y empiezo a grabarlos, me aseguro que a ambos se les vean los rostros y sean fáciles de identificar.

Cuando acaban, detengo la grabación. Noto como ambos se alejan, me asomo un poco y veo que dejaron un cuchillo tirado. Pobres idiotas.

Memorizo la calle y la dirección de donde yace él cadáver o mejor dicho los restos de el chico. Camino por la ciudad hasta encontrar un teléfono público. Presiono los botones y llamo a la policía.

—Hola, Comisaria del estado.—contesta una voz masculina detrás del teléfono.

—Señor, mataron a un chico.—digo alterada.

—Mantenga la calma, dígame su nombre y la dirección.—me pide el policía.

—No, no puedo decirle mi nombre, la dirección es Calle Bright, avenida principal, por favor, no tarden.

—Ok, señorita. ¿Tiene idea de quienes son los responsables del crimen?

—Si, tengo un video de ellos, y se lo enviaré por correo. Le diré nombres, Tobias Rogers y Natalie Oullete.—sin dejarlo responder, cuelgo la llamada.

Agarro mi celular y busco el correo electrónico de la comisaría para luego enviar el video. Una risa macabra sale de mi, finalmente podré vengarme.

Me dirijo a la calle donde ocurrió el asesinato. Me escondo y veo a una patrulla delimitando la zona con una cinta amarilla, además de unos médicos forenses tomando fotografías. Un auto se estaciona en el lugar y una pareja sale desesperada.

—¡HIJO!—grita la mujer desconsolada mientras el hombre la abraza.

—Señora, cálmese.—le pide el oficial.

—¡Quiero que los responsables paguen!—grita frustrada.

—¿Sabe quien es el responsable de la muerte de nuestro hijo?—pregunta el hombre.

—Si, recibimos una llamada anónima, nos dijo los nombre, además, encontramos un cuchillo, mandaremos a analizar las huellas y confirmaremos con el video que se nos envió.—anuncia el policía.

—¿Cuanto es la condena máxima?—pregunta el hombre.

—Probablemente 15-20 años.—responde el oficial encogiéndose de hombros. —Todo depende de sus declaraciones.

—Es muy poco.—murmura la mujer y saca de su bolso un sobre que al parecer va súper lleno de algo y se lo entrega al oficial.

—¿Que es esto?—pregunta el oficial confundido.

—Ahí hay una buena suma de dinero, queremos que paguen de la misma forma, que sean condenados a muerte.—exige el hombre, esto se pone interesante.

—Sus deseos, son ordenes.—confirma el oficial sonriendo cínicamente.

Sigilosamente, me voy de ahí y regreso al bosque, satisfecha, finalmente me pude vengar de ellos, así,  aprenderán a que no se deben meter conmigo.

Regreso a la casa de la familia poste, subo en silencio a mi cuarto, me cambio y apago la luz, me duermo con más tranquilidad y feliz, finalmente podré cobrarme lo que me hicieron.

Clockwork
Despierto lentamente, noto que ya es de día, solo que está lluvioso y nublado, me gusta que sea así. Miro a mi lado y noto que Toby no está. Me intento poner de pie pero me caigo, siento un fuerte dolor en las piernas y las caderas.

Camino con dificultad hacia el closet, sacó una sudadera de Toby y me la coloco encima de mi cuerpo desnudo. Salgo de la habitación y bajo con cuidado las escaleras.

Al llegar abajo, veo a Toby en la cocina, sirviendo unos platos. Él está sin camisa y con unos shorts. Al verme sonríe y le devuelvo el gesto. Camino con dificultad hacia él y empieza a reírse.

—¿No puedes caminar?—pregunta de forma burlona.

—Si no fuera por ti lo haría tranquilamente.—digo sarcásticamente.

Él se acerca y me alza, yo enrollo mis piernas en su cintura y él me lleva al sofá. Se sienta conmigo encima y comienza a besarme. Comienza a pasear sus manos por mi cuerpo y yo me dejo llevar.

—Me gusta como se te ve mi sudadera.—dice mirándome a los ojos.

—Me encanta usarla.—respondo y lo beso apasionadamente.

Él me acaricia y mete una de sus manos dentro de la sudadera, notando que no tengo absolutamente nada puesto debajo de ella. Él se separa sin sacar su mano y sonríe de forma traviesa.

—No llevas nada ¿eh?

—Te hago más fácil el trabajo.—bromeo y él se ríe.

Me quita la sudadera dejándome completamente desnuda frente a él. Comienza a chupar mis senos, mientras me sostiene con un brazo y su otra mano esta dentro de mi intimidad. No puedo evitar gemir del placer.

—Este sofá es pequeño.—comento gimiendo.

—Entonces, ya sé que voy a desayunar.

Él se levanta y me lleva a la mesa, me sienta en ella y se baja los shorts junto a su ropa interior, dejando ver su enorme erección. Jala mis piernas un poco para atraerme más y entra en mi de una estocada, robándome un gemido que silencia con un beso.

Comienza a embestirme ferozmente y mis pechos rebotan al compás de sus embestidas. Mis gemidos salen inconscientemente, él me besa y continúa embistiéndome con ganas, acelerando el proceso. Se detiene unos segundos, me besa apasionadamente. Me da otra embestida, espera unos segundos, me da otra, estas son pausadas, pero profundas.

Me baja de la mesa y me voltea, apoyando mi torso contra la mesa, introduce su miembro por detrás y me embiste con más ganas. Sus jadeos son incontrolables. No puedo evitar gemir por el placer que él me provoca.

—M...mas.—jadeo.

Él obedece mi petición y acelera aún más las embestidas. Él sale de mi, me agacho y empiezo a hacerle un oral mientras masturbo su miembro con mis pechos. Su expresión de placer me encanta. Toby me levanta y mete dos dedos dentro de mi, moviéndolos con rapidez. Grito por el placer que esto me causa.

Cambia sus dedos por su miembro nuevamente y me embiste como si no existiera un mañana.

—Clock.—jadea excitado.

—Toby.—gimo mientras siento como llego a mi limite.

Toby acaba dentro de mi y yo me corro de igual manera. Él sale lentamente y me besa.

—Vamos, debemos ducharnos.—dice tomando mi mano.

—Si me ducho contigo, terminaré en silla de ruedas hoy.—bromeo y él se carcajea.

Sanando tu corazón-Ticciwork Donde viven las historias. Descúbrelo ahora