Cap. 4

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Ticci Toby
La luz del sol entra por la ventana. Me siento en el colchón y hago sonar mi espalda, odio dormir en el piso. Veo que Masky y Hoodie siguen dormidos, una pequeña broma nunca está de más.

Me dirijo al baño de ellos y tomo una cubeta para llenarla con agua fría. Cuando la lleno por completo, regreso y pongo la cubeta a un lado, esta será para Masky. Para Hoodie opto por tomar su crema de afeitar. La pongo en su mano y luego, tomo un pedazo de papel higiénico, doblándolo a manera que quede un pequeño pico y se lo paso por la nariz.

Hoodie inmediatamente pone su mano en la cara embarrándose de la crema. El inmediatamente se despierta y antes que pueda decir algo, agarro el balde y le echo el agua fría a Masky, quien se despierta de golpe.

—¡Toby!— grita Masky furioso mientras yo me carcajeo.

Salgo corriendo de su habitación mientras los dos me persiguen escaleras abajo. Pasamos por la sala donde estaban todos y nos miran con confusión y sonríen burlonamente.

—¡No me alcanzan!— exclamo burlón mientras me continúan persiguiendo.

Salimos al patio y volteo a verlos notando que están cerca de mi, y no me percato que alguien está delante mío, chocando con él y cayendo ambos al suelo.

—¡Quítate del camino, idiota!— reclamo molesto levantándome.

—¿Que?— cuestiona. Volteo a ver y me quedo perplejo al ver que se trataba de Slender. Él se pone de pie y se cruza de brazos mientras mueve su pie derecho de arriba a abajo esperando mi respuesta.

Masky y Hoodie me ven tratando de aguantar la risa y solo los miro con odio.

—Se puede saber, ¿que diablos les pasa? Hoodie, ¿que tienes en la cara? Y tú, Masky, ¿por qué estás mojado?— pregunta Slender.

—Pregúntale a Toby.— responden ellos al mismo tiempo.

Slender voltea su rostro en dirección a mi y yo solo me rio encogiéndome de hombros.

—¿Cuando van a madurar?— dice Slender golpeándose la frente.

—No soy fruta para madurar.— respondo riéndome.

—Mejor vayan a bañarse y vístanse. Iré a preparar el desayuno.— ordena Slender.

—No puedo entrar a bañarme a mi cuarto.—digo.

—¿Por?—cuestiona Slender confundido.

—Ayer, trajimos a una tal...—me quedo pensando intentando recordar el nombre de la chica.

—Clockwork.—responde  Masky.

—¡Eso!—exclamo. —Ella está durmiendo en mi habitación.—

—¿Clockwork?, no me vayan a decir que hicieron una tontería.—Slender se frota el rostro esperanzado.

—Como decirte, que alguien aquí, que casualmente se llama Toby, la golpeó con el mango de su hacha y la dejó inconsciente.—dice Hoodie en voz alta y lo miro y le hago una señal para que se calle.

—¿Cuantas veces les he dicho que no hagan acciones a la ligera?— cuestiona Slender frustrado.

—Ella empezó, casi me mata.—respondo ofendido.

—Bien, esperemos a que despierte, luego, me encargo yo, ¿entendido?—dice Slender.

—Entendido.— respondemos al mismo tiempo los tres.

—Bien, ahora caminen.—seguimos a Slender al interior de la mansión. Dentro, todos nos miraban y se reían y Masky y Hoodie solo les miraban molestos e incómodos.

—Ustedes tres, vayan a bañarse, debo tener una seria reunión con ustedes.— ordena Slender.

—Entendido.—decimos al mismo tiempo.

—Los demás, el desayuno estará listo en poco tiempo.—Slender se dirige a la cocina pero luego se detiene en seco. —Oigan, ¿donde está Sally?—todos analizamos y notamos que Sally aún no despierta.

—A lo mejor sigue dormida.—sugiere Jane.

—Iré a ver.—anuncia Slender.

—Te acompaño.—digo siguiéndolo escaleras arriba.

Al llegar al pasillo, notamos que la puerta de mi cuarto está entre abierta.

—Iré a ver el cuarto de Sally, puedes ir al tuyo si gustas.—dice Slender y sin dejarme responder se dirige al cuarto de la pequeña.

Me asomo a mi cuarto poco a poco, veo que en la cama está la chica, la tal Clockwork, y Sally está con ella.

—Sally.—digo entrando a mi cuarto y llamando la atención de ambas.

Clockwork
Abro poco a poco los ojos con un fuerte dolor de cabeza, veo que estoy en una habitación, miro hacia el lado derecho, en la mesita de noche hay unas hachas. Las recuerdo perfectamente. Giro al otro lado y me sobresalto al ver a una niña.

¡Despertaste!—exclama mientras aplaude celebrando que desperté.

¿En donde estoy? ¿Quién eres?—pregunto confundida mientras me agarro la cabeza por el dolor.

¡Oh, lo siento! ¿Donde están mis modales? Me llamo Sally, y estás en la mansión de papi Slendy, la llaman la Creepyhouse.—responde con una tierna sonrisa abranzado su osito de peluche.

En eso, escuchamos algunos pasos que se van acercando. Un chico familiar entra a la habitación, es el mismo que me golpeó ayer.

¿Sally?—dice el castaño, al parecer buscaba a la niña.

¡Tú!—exclamo con odio.

¿Quien? ¿Yo?—cuestiona señalándose a sí mismo.

Como puedo me levanto para golpearlo, pero al quererme levantar siento un fuerte mareo, me agarro la cabeza y siento como todo da vueltas. Camino torpemente intentando acercarme a él. En eso siento que estoy a punto de desmayarme y caer pero el castaño me sostiene evitando que caiga al piso.

No estás nada bien.—afirma llevándome a la cama. Él me acuesta boca arriba y me cierra las cortinas para evitar que el sol moleste.

¿Encontraste a Sally?—pregunta un hombre que entra a la habitación, lleva un elegante traje y muchos tentáculos salen de su espalda, pero lo más increíble, no tiene rostro.

¡Papi!—grita la niña corriendo hacia él. El hombre la abraza y la carga entre sus brazos. —Ella está muy mal, necesita tu ayuda.—dice con un tono algo triste.

Él voltea su rostro hacia mi, pero estoy concentrada en el castaño, debo admitir que es súper guapo, sus ojos son hermosos, pero un pensamiento viene a mi cabeza: "Todos son iguales". Suena repetidas veces en mi mente.

Traeré una poción que te ayudará.—anuncia el hombre sacándome de mis pensamientos y saliendo de la habitación.

¡Voy contigo papi!—grita la niña siguiendo al hombre.

El chico se queda mirándome un rato y yo desvío la mirada, quedando mi mente completamente en blanco ante esa situación y estamos en un silencio incómodo.

Lamento lo de anoche.—dice el chico acabando con el silencio.

Yo no respondo y solo me encojo de hombros. El dolor de cabeza me está matando, siento que me estoy mareando aún estando recostada, cierro poco a poco los ojos y pierdo el conocimiento.

Sanando tu corazón-Ticciwork Donde viven las historias. Descúbrelo ahora