UN ENCUENTRO

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Un gemido algo brusco despertó al rubio, estaba teniendo un sueño increíble, estaba montando un caballo color blanco en un campo de rosas, ahora matará a quien sea que lo haya despertado.

Al abrir los ojos se encontró con una vista "celestial" del castillo a lo lejos con sus característicos jardines verdosos y vistoso, lamentablemente el dolor de espalda no lo dejaría admirarlos (no les recomiendo dormir en un árbol ) por un momento se había olvidado de insultar al imbécil que lo había despertado de tan infantil sueño.

Se acomodó en la rama en la que dormía segundos antes de manera en la que pudiera averiguar quién le había despertado, al bajar la mirada pudo ver una cabellera verde bajo la rama en la que se encontraba "mierda, creí que era un arbusto " pensó al ver que era un chico, parecía un poco menor que katsuki ¿unos 16? o ¿17? no lo sabía, solo sabía que ese infeliz lo despertó.

-¡Hey, idiota!- el chico peliverde dió un respingo al escucharlo y se quedó perplejo cuando bajó del árbol y quedó frente a el -¿quien eres tú? ¿sabes que me despertaste?- sabe que solo lo despertó pero tuvo una mala semana y ese sueño era lo único bueno que había sacado, digamos que se estaba aferrando.

El chico de rizos había bajado la mirada, no se le veía el rostro, solo se veían esos hermosos rizos verdosos como los jardines del castillo...a el rubio le daban ganas de tocarlos, se veían muy suaves...

...Y nada lo detuvo de tocarlos...

Al tocar la cabellera verde sintió como el menor empezaba a temblar, algo que le recordó a los conejos que su padre le enseño a cazar, tan indefenso, tan sumiso, solo temblaba mirando al suelo "¿que cosas pasarán por su cabeza?" katsuki empezó a sacudir su cabeza al hacerse esa pregunta, últimamente estaba muy pensativo lo cual no era bueno para nuestro cenizo.

- Tu- ¡oye, escúchame!, ¿no te han enseñado que el contacto visual es importante? - quitó su mano del cabello del menor (esto es muy incómodo ) .

El peliverde aún estaba temblando pero aún así levantó su cabeza mirando a el rubio, bueno, no lo estaba mirando en realidad ya que su mirada estaba desviada, su cara reflejaba vergüenza con toda la extensión de la palabra.

Katsuki se quedó perplejo ante el aspecto de el peliverde, ojos grandes con pestañas ligeramente largas, esas mejillas pecosas que le daban un aspecto inocente a katsuki le daban ganas de contar cada peca una por una y ese leve sonrojo hacia resaltar más las pequeñas pecas, estaba tan concentrado con su rostro que apenas y notó las muñecas y dedos vendados, esas manos se veían tan lastimadas apretándose entre sí en el pecho del pecoso.

- Lo- lo siento mucho príncipe...no era mi intención despertarlo, me- me disculpo - hizo una reverencia muy apenado.

"¿¡príncipe!?" katsuki se preguntaba mentalmente porque le llamó de esa manera, ¿acaso el pecoso estaba intentando seducirlo? ¿o lo decía para que lo perdonará? maldito manipulador.

- ¿Cómo me llamaste? - dijo agarrando de la muñeca a el peliverde el cuál dió otro respingo.

- Se- señor, ¿usted no es el principe Katsuki? ¿hi- hijo del rey y reina Bakugo?- respondió más rojo que un tomate, estaba muy avergonzado por haberse equivocado.

- ¡Ah! - Katsuki estaba confundido, enojado por su mente de pollo ¿como se le olvidaría su propia identidad? hasta le sorprendió que el pecoso supiera más de el que el mismo, odia estar tan pensativo, odia a sus padres, odia al pecoso, odia el árbol, odia todo, "¡¡TODOS SON UNA MIERDA!!" pensó internamente, odia estar enojado.

El pecoso solo estaba ahí viendo cómo el rubio sufría internamente, algo en su interior le decía que corriera "¿dónde me metí?" pensaba el menor.

Mi príncipe (BKDK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora