Despertar junto al eslavo era una de las cosas más gratificantes que le habían pasado en los últimos meses; sentirse rodeado por aquellos brazos gruesos y musculosos que le proveían de calor era algo bueno y reconfortante.
Suspiró con tranquilidad y volvió a cerrar los ojos por un momento, acurrucándose contra el pecho del mayor y disfrutando del lento despertar de la naturaleza fuera de la cabaña.
Las aves comenzando a cantar, el sol comenzando a entrar por la ventana, sonidos de otros animales a lo lejos.
Se giró aún con sus ojos cerrados para poder colocar su cara contra el pecho de URSS de manera suave, podía sentir las vendas contra su piel, haciéndole preguntarse qué tan mal estaría el cuerpo del soviético bajo aquellos trozos de tela.
Abrió los ojos de manera lenta, escuchando el suave respirar del comunista, y miró aquel maltratado cuerpo; las vendas estaban alrededor de todo su torso, sujetas de manera fuerte para dar una presión idónea y evitar dolieran tanto las grietas. El bíceps del brazo derecho igual estaba vendado, pasando por el hombro y uniéndose a las vendas del torso.
Había varias grietas que se vislumbraban de manera sutil, como si estuvieran recién apareciendo o tuvieran ya un tiempo de comenzar a curarse.
"Esto no es solo por el accidente en Ucrania", pensó el alemán, levantando su mano y dirigiéndola al brazo del contrario para delinear de manera suave y delicada una grieta, sintiendo un nudo en la garganta por saber que el eslavo estaba en una terrible situación.
Sabía lo que era la incertidumbre sobre el futuro, el sentirse asustado por no saber cuándo terminaría uno de agrietarse y esto provocara su muerte, el sentirse impotente por no detener el avance de aquellas heridas... Desde que había llegado a la cabaña estas no le habían vuelto a aparecer, pero eso no evitaba recordara como era tenerlas.
– Deja de manosearme, se supone que estamos durmiendo – dijo con voz ronca y baja URSS, aun con los ojos cerrados.
– No te estoy manoseando... estoy haciendo un control de daños – refutó Third, rodando los ojos con diversión.
– Pues hazlo más tarde, estoy durmiendo.
– ¿Aun lo harás?, por cómo se ilumina deben ser ya cerca de las nueve de la mañana – la voz del alemán era de extrañeza, nunca estaba tanto tiempo con URSS en la cama.
– Si, me siento muy cansado y agotado – el rubio se movió para poder acostarse boca arriba, tapando sus ojos con su brazo derecho y dejando extendido el izquierdo, brazo en el cual Reich estaba acostado.
– Pero... ¿no tienes que ir a darle de comer a los chicos? – preguntó extrañado, acomodándose para acostarse boca abajo y mirar al eslavo, recordando la vez que se alteró por haberse quedado más tiempo del debido, asustado de no haber llegado al desayuno junto a sus hijos.
URSS guardó silencio por un momento, quedándose completamente quieto y sorprendido, tenía meses sin siquiera verle la cara a sus hijos, estos no lo miraban, lo evitaban e ignoraban, pero no los culpaba, la había cagado.
– No, no tengo que hacerles más el desayuno – respondió finalmente en voz baja y con tono triste, suspirando.
– ¿Lo hacen solos ya?
– Lo hacen solos ya.
Reich volvió a recostarse, quedando ambos en silencio, observando como el sol comenzaba a iluminar cada vez más la habitación y esta adquiría un toque más hogareño, sin importa que estuviera llena de polvo.
El alemán no sabía que decirle al eslavo, de cierto modo entendía lo que era perder a un hijo, pero a su vez no podía entender de todo al mayor, porque sus hijos aun vivían con el eslavo, simplemente lo había hecho a un lado; y en cambio a él simplemente lo habían apartado de su hijo de manera abrupta.
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Liebe Wieden || CountryHumans Nazunit
FanfictionURSS y Reich son una pareja para nada convencional, todo el mundo tiene serias dudas de como es que dos enemigos terminaron casados. La vida de esta pareja no es perfecta, nunca lo ha sido, hay heridas que el tiempo ha curado, y ambos tienen una his...