Capítulo 15

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La vida de otra especie no era algo que a Scar le interesase, mucho menos apreciarla o respetarla. Para él esa vida no significaba nada comparada con la de un león, mucho menos uno de la realeza, lo más cercano que llego a respetar otra vida fue con las hienas, cuando se alió con ellas; del resto, no hubo otro caso hasta Nadia. Esa humana que se pegó a él como una garrapata molesta y chirriante.

Adea los escolta al árbol de Rafiki, fue una caminata tensa teniendo a un rey exigiendo respuestas, unos cachorros preocupados y al malvado ese con la mirada perdida.

–Encontramos al príncipe Kopa rápidamente. Estaba herido, pero Rafiki se encargó de él al instante, Majestad –responde solemne.

– ¿Y Nadia esta con Rafiki atendiendo al príncipe o consolando a Nala?

Simba y Adea se vuelve hacia Scar quien se ha pronunciado luego de un largo silencio.

En el fondo guardaba un pequeño resquicio de esperanza de que, al menos, Nadia estuviese bien.

–Tiene razón –Simba se dirige a la leona –. No has mencionado a Nadia en ningún momento.

–¿Qué ocultas, Adea? –exigió Scar ácidamente, su tono provocó que Kiara y Kion tragasen grueso y lo mirasen con aprehensión.

La leona, Adea, casi le gruñe a Scar y decirle que ya no tiene ningún tipo de autoridad para exigirle nada. Para ella, lo que amerita más atención es el príncipe, que estaba siendo atendido por el chamán real mientras la manada entera agradecía a los grandes reyes del pasado el haberlo protegido, y que sus heridas no fueron mortales. La humana seguramente volvería a su tiempo, o seria encontrada por Zazú y Ono, este último amigo del príncipe Kion.

–La humana fue a buscar al príncipe cuando se enteró a donde había ido –se dirige al rey, con voz pausada, sin bajar la mirada –. Por lo poco que dijo el príncipe, ella fue en su ayuda contra Zira –por un momento creyó sentir la tensión en el cuerpo de ambos leones, específicamente en Scar –, y mientras la distraía le ordeno al príncipe irse. Desde entonces no sabemos de ella, Majestad.

"La deje con niñeras y la muy escurridiza, se les escapo, y se hizo la heroína", Scar cierra los ojos con fuerza mientras su mandíbula se tensaba, sus garras enterrándose en el suelo.

¿Por qué tiene que ser buena? ¿Acaso no puede mirar solo por ella y ya? No, esa no sería Nadia, no sería ella. Puede llegar a ser maliciosa pero no alguien que, si tiene la noción de que puede ayudar, ayudara sin importar nada. Solo esperaba que estuviera bien o, en este caso, que ella éste viva.

"Si, para luego matarla yo mismo con mis propias garras".

–¿Hay leonas buscando en la frontera? –Simba miraba de reojo a su tío, ver si tiene alguna reacción, nada. Adea le responde que si –. Bien. Quiero que te unas con las leonas que la están buscando.

Al llegar al árbol de baobab, hogar del chaman real, Adea acata la orden del rey.

Simba estaba al borde de la preocupación. Se había ausentado y su hijo fue atacado, no estuvo ahí para protegerlo como le había prometido a cada uno de sus hijos. Y ahora Nadia estaba desaparecida, probablemente muerta, siendo alguien que se ha ganado cariño a pulso. Al ver a Nala se apresura en llegar hacia ella. Lo único en lo que podía pensar ahora es que su hijo lo necesitaba.

Scar observaba a lo lejos el reencuentro de Nala y Simba, escuchaba palabras sueltas y oraciones inconclusas para sus oídos, no le prestaba un gramo de su atención. Levantó un poco más la cabeza con tal de mirar un poco más allá para, al menos, ver a Kopa. No es que le interesara mucho, pero lo había cuidado con Nadia en más de una ocasión, y no quería llevarse un regaño por parte de ella si él no procuraba ver el estado de su sobrino-nieto.

Scar's of redemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora