Capítulo 9

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–¡No! ¡No hagan eso! ¡Kopa, Kiara, ni se les ocurra subir a ese árbol! Scar, no te quedes ahí mirando, ¡ayúdame! –gritaba Nadia frenéticamente mientras corría de un lado a otro en un intento por atrapar a los pequeños príncipes. La pobre estaba que le salen canas verdes.

Scar reía ligeramente ante el espectáculo. El único príncipe que ha estado quieto y seguido las órdenes de Nadia es Kion, el príncipe menor, que estaba sentado junto a Scar no sabiendo si disfrutar de la escena o intentar convencer a sus hermanos mayores para que se quedaran quietos. Al final Nadia lo arrastro a su ceremonia de presentación, para disgusto de la manada, pero, sorpresivamente, los hijos de Simba lo recibieron con los brazos abiertos.

Desde que Simba y Scar han pactado una tregua las cosas han mejorado ligeramente, aunque claro, la tensión entre ellos aun podía palparse en el aire. Pero, lo que no contaba, es que Nala les trajeran a los cachorros para que los cuidara hasta que terminara la partida de caza. Al principio, creyó que ella tendría que irse a la roca del rey, o algo así; pero Nala confiaba plenamente en ella y también agregó:

–Si no puedes con ellos Scar lo hará, te ayudará –dijo la reina pese a que miraba con advertencia al león –. Lidio con nosotros cuando éramos cachorros. Tiene experiencia –explicó. Acarició a sus cachorros despidiéndose de ellos –. Confío en que podrás hacerlo. Nos vemos más tarde, Nadia.

Ahora, se encontraba mordiéndose las uñas mientras Kopa saltaba de rama en rama entre risas y gritos de júbilo.

–Uf, ¿porque Zazú no los cuido esta vez? ¿O Timón y Pumba? –Gimió, extendiendo los brazos por si el cachorro caía –. ¿Cómo es posible que Timón y Pumba hayan sobrevivido a la hora de criar a Simba? ¡Esto es demasiado!

–Tú no fuiste la que cuidaste a Simba y el resto de los cachorros. Estos de aquí son mejor portados que mi sobrino a su edad –Scar comentó mirando a Kopa. Hizo una mueca cuando un puñado de hojas cayó sobre ellos, concretamente, enredándose en su melena –. Aunque este se parece más de lo que creí. Supongo que Zazú saco algo debajo del ala para no cuidarlos. Los otros dos inútiles no sé por qué no se ofrecieron.

–No los llames inútiles –defendió –. Pues bájalo, se lastimara –le pidió o más bien ordenó.

–No soy un guepardo.

–¡Él tampoco y está en un jodido árbol! –Exclamó con los nervios a flor de piel –. Por favor, bájalo o túmbalo de ahí, pero que deje de estar... ¡te tengo, te tengo! –Salta, logrando atrapar a Kopa en sus brazos; su ropa se llenó de polvo y tierra pero suspiro tranquila al tener al cachorro a salvo en sus brazos –. ¡¿Viste que, al final, si ibas a caerte?! ¡No vuelvas a subir a ese árbol en tu vida!

–¡Kopa, vamos a jugar a las atrapadas! –llamó Kion tocando a su hermana y luego correr como nunca.

Kopa salto de los brazos de Nadia como si hace unos segundos no se hubiera caído del árbol. Nadia estaba completamente asombrada por lo temerario que es el príncipe, ni Kiara se atrevió a tanto.

–Nunca tendré hijos.

–Eso mismo decía yo –se mofó Scar observando a lo lejos como correteaban –. Pero el ciclo de la vida siempre continuará. Por suerte, ninguno tiene la actitud de Tama.

Tama es una leona amiga de Nala que no le gustaba mucho Simba cuando eran cachorros, fue un dolor de cabeza para Scar cuando tomó el poder. Ella se fue en algún momento de su reinado pero terminó regresando cuando se enteró de la caída de Scar.

–Se oye interesante. Una lástima que me odia.

Tama no ha perdido la oportunidad de mostrarle cuanto le molesta su presencia.

Scar's of redemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora