Capítulo 25 parte IX

569 66 22
                                    

La muerte es algo que se lidia día a día. La vida y la muerte coexisten mutuamente en perfecta armonía; en el ciclo de la vida la muerte es parte de ese ciclo sin fin, donde la muerte contribuye con la vida y así sucesivamente. Scar no es indiferente a la muerte presenciando el fallecimiento de quienes quería, llevado a la muerte a su hermano por medio de la traición, enfrentándose a ella misma cuando su momento llegó y ahora presenció algo que no creyó vivir siquiera para verlo: la muerte de su hijo.

La desesperación de Nuka por obtener una migaja de amor por parte de su madre fue lo que hizo que su camino hacía a la muerte se precipitara.

Fue ahí que Scar se volvió a una doliente Zira, quien rezó por el alma de Nuka.

–Cuida de mi pobre Nuka –la oyó decir, aunque bien quiso decirle que ella debió cuidarlo desde el principio, más no lo hizo por respeto y porque en parte él también se sentía culpable.

De pronto, su rostro pasó del dolor a la ira en un segundo, con los dientes apretados fuertemente a punto de romper alguno de ellos, Zira se voltea a ver a Kovu con todo su odio y rencor. Ni siquiera Scar anticipo su siguiente movimiento y, para cuando lo hizo, ya era tarde.

Kovu no tuvo tiempo de reaccionar cuando su madre de un solo zarpazo le hizo una cicatriz, la misma que porta Scar en su rostro. Él se vuelve a su madre, desafiante, mientras ella estaba jadeante por la ira, el dolor y el odio. Ella nunca le había hecho daño de manera intencionada, nunca, ni siquiera en su entrenamiento.

Zira estaba fuera de sí.

–Mira lo que has hecho –siseo con los dientes apretados.

–No fue...no... no fue mi intención. No tuve la culpa. Yo –La mirada de Kovu se volvió firme –. ¡Yo no hice nada!

– ¡Más bien lo que tú provocaste, Zira! –Intervino Scar con furia, metiéndose en medio entre madre e hijo –. Nuka murió porque quería desesperadamente lo que nunca supiste dar. Por un poco de tu atención.

–Yo, a diferencia de ti, soy la que se esfuerza por recuperar nuestras tierras. Nuestro hogar. Nuestro trono –dijo observando con odio al rey que una vez siguió con tanta devoción.

–El muchacho no hizo nada.

–Exacto. Y por no hacer nada traicionando a nuestra manada –se vuelve a su hijo –. Lo hiciste. Traicionaste nuestros principios y el legado del verdadero rey que te eligió como su sucesor.

– ¡Ya no tengo nada que ver con esos principios ni con su legado! –Exclamó Kovu, mientras Scar cerraba los ojos con fuerza ante como todavía sus acciones pasadas lo perseguían.

¿Este es acaso su legado? De ser así, debe admitir que antes no le importaba ni le interesaba, hasta ahora que afecto a alguien cercano.

–No puedes evitarlo. ¡Nuka ha muerto por culpa tuya! –Declaró Zira caminando hasta él, quien daba pasos hacia atrás para mantener distancia hasta tropezar y caer de espalda como un cachorro asustado.

–No.

Pero Zira prosiguió, con su Vitani a su lado mostrando su odio y resentimiento.

– ¡Asesinaste a tu hermano! –finalizó con una crueldad aplastante para un hermano doliente que salió corriendo.

–La verdadera culpable esta ante mis ojos –siseo Scar –. Si sigues así, Zira, las consecuencias serán desastrosas –concluyó, antes de seguir al muchacho dejando a Zira goteando palabras venenosas y maldiciones a su nombre.

Furiosa, dolida y traicionada, Zira salta sobre una roca negando con la cabeza. ¿Cómo es que su lealtad haya sido despreciada de esta forma? ¡Hizo todo por él, por su causa e ideales, por la manada! ¡¿Y así como le pagaba?! ¡Perdió a su hijo!

Scar's of redemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora