Capítulo 19 parte III

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Apenas el sol acarició la sabana Nadia ya se encontraba despierta, para sorpresa de su compañero. Desayuno ligero carne seca, fruta y agua; no planeaba tardar mucho, hoy era el primer día de Kovu en la manada quería verlo para hacerlo sentir cómodo. Ella solo esperaba que las cosas se diesen sin problemas, al menos el primer día.

Ahora hay variables que debe tomar en cuentas. Como la presencia e intervención de Kopa y Kion, más el cadáver que no se volvió cadáver; por ejemplo. Según "El canon" Kopa no existe, Kion estaba en un viaje y Scar obviamente estaba muerto, así que su presencia bien puede o no afectar lo que ella sabe al respecto de los acontecimientos que vienen.

"Genial", suspiró para sus adentros. "Ya sueno como ese Miguel papasote O'hara".

Por lo que sabía gracias a Scar: Kion se fue a investigar el origen del incendio acompañado por Bunga, Fuli y Ono. Regresarían para el anochecer o mañana en la mañana. Sea como sea, si estará presente y activo en lo que viene.

Sale de la cueva caminando con aire distraído. Scar le acompaño sin replicar, pues no le serviría de mucho.

–Un día de estos, Nadia, dejaré de cumplir tus caprichos –masculló Scar por lo bajo.

Al oírlo, la joven soltó una sonora carcajada.

– ¡Cuando me vaya, podrás hacer lo que quieras, no antes!

Frunció el ceño, malhumorado ante sus palabras. Nadia le miro con suficiencia porque sabe que, aunque siempre se queje de ella y sus "caprichos" Scar siempre, de alguna forma, termina cediendo ante ella. Pero lo que no sabe ella es que el león no estaba nada contento por pensar en su posible partida.

– ¿Aun crees que puedes irte? –Preguntó Scar, a lo que ella se vuelve hacia él, ambos se miran a los ojos. Él hace una mueca desdeñosa –. No me digas que no has pensado en la posibilidad de que te quedes. De que no puedas irte.

– ¿Aquí?

– ¿En dónde más, Nadia? –Niega varias veces –. Olvídalo, mejor continuemos...

Pero no pudo dar otro paso más, pues ella se lo ha bloqueado. Y, con una mirada penetrante a sus ojos verdes, Nadia posa ambas manos sobre los hombros de Scar con algo de brusquedad.

– ¿No quieres que me vaya? ¿Es eso, Scar? –Cuestionó Nadia en voz baja.

–No diría eso, más bien, muchos de aquí...

–No quiero escuchar lo que otros quieren o no –interrumpió Nadia con vehemencia –. Quiero que me digas lo que quieres, Scar. Porque te seré honesta, no quiero irme ya que una parte de mi ama este lugar tanto que me dolerá simplemente no volver. Hice amigos y enemigos. Viví cosas que no muchas personas puedan presumir (tampoco es que pueda hacerlo, a menos que quiera terminar en un manicomio) –hace una pausa, está divagando de nuevo –. Solo responde, mpenzi.

–Puede ser que... –parece costarle decirlo, Nadia lo insta dando pequeñas palmadas y palabras de aliento. Suspiro y desvió la mirada –. Puede ser que si quiera que te quedes. Tu presencia ya no es tan molesta que digamos.

Nadia suelta un chillido de emoción y termino por abrazar a Scar fuertemente, casi sacándole el aire.

–Creo que me arrepentí. No vas a llorar, ¿verdad? Eres demasiado sentimental.

–Ay, mpenzi, sabemos que eso no es cierto –canturreo ella, ignorando el hecho de que la llamo llorona, luego se vengaría. El abrazo termina y ambos siguieron su camino.

Al ver esos ojos cansados, opacos, bajo esa sombra de preocupación que se reflejaban con suma facilidad en la mirada de Simba, para Nadia era fácil saber cuándo tuvo una pesadilla o no. Ver ese estado en el rey es algo que le rompe el corazón. Una clara secuela de lo ocurrido años atrás. Pese a que Simba se haya reconciliado con su pasado, saber que no fue el causante del deceso de su padre, no quiere decir que las cicatrices de ese día hayan sido borradas del todo.

Scar's of redemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora