Amor Prohibido (Cancelada)

Capitulo 4 Las Compras

En el camino Harry hizo que yo pasara un rato muy ameno, ibamos de camino a un Centro Comercial a las afueras de la cuidad Harry decía que ahi era mas lindo y la ropa era mucho mejor, nos tocaba atravesar casi toda la ciudad pero a Alejandro no le importo igual tendríamos hasta las 6 y de ahi saldríamos a la casa De Don estaban que habia reservado en no se donde a las 8.
- Y Sofia ¿cuantos años tienes? - pregunto Harry
- tengo diecisiete - dije
-¿cuántos? - pregunto Alejandro con la sorpresa más grande de su vida
- diecisiete - afirme - ¿parezco de más?
- No, solo que para que tengas planes de casarte con un señor de 40 años, creí que serias mucho mayor - Dijo Alejandro
- Pues no, la verdad es que no lo es - dije mientras agachaba mi cabeza sabia que Alejandro lo habia hecho sin querer pero no me gustaba pensar en eso en ese tipo de 40 queriendo tener hijos conmigo, en ese tipo de 40 diciendome "Amor", "Mi Vida", "Cielo", eso me aterrorizaba no quería algún día tener que acostarme con el, ni mucho menos Criar un hijo que viniera de el, y entonces Alejandro noto mi rostro por el retrovisor, sus Ojos esos ojos llenos de misterio se tornaron comprensivos, llenos de compasión por que aun que no había dicho una sola palabra era como si el hubiese entendido todo, sonrió, su sonrisa era Hermosa, blanca, y sincera era como queriendo decir lo siento, pero era hermoso yo le devolvi la sonrisa y sus ojos se llenaron se luz.
Luego de 40 minutos en la limusina, por fin llegamos era un Centro Comercial hermoso y era muy fino, era todo blanco, tenia una que otras cosas color azul y violeta y tenia grandes palmas que lo hacían ver hermoso y entonces empezó la diversión.
- Don Esteban dice que puedes llevar lo que quieras - Dijo Alejandro - Que el paga Todo. - era algo tedioso pero me encantaba poder portóncomprar lo que quisiera.
- Harry, Alejandro, no me tienen que esperar aqui yo probablemente me demoraré mucho y no quiero que tengan que verme comprar todo, si quieren pueden ir a hacer otras cosas yo les aviso cuando este lista - dije harry miro a Alejandro, Alejandro hizo gesto de que se quedaba y Harry de que se iba Anote su número en mi teléfono celular y empece a caminar buscando una tienda de ropa, alejandrone siguió. -Alejandro te puedes ir ¿Sabes? no te obligó a que te quedes
- Ya se que no me obligas Sofia Pero yo no me quiero ir estoy bien. - asintió en tono muy formal y me siguio.
Entramos Por lo menos a 10 tiendas el la numero 11 estaba esperando un vestido cabe resaltar que en todas compre cosas, en esta era un vestido que me habia facinado, yo aun tenia la ropa de Prostituta de la mañana y entonces pues...
La muchacha dijo que iba por mi talla a la bodega y Alejandro y yo quedamos a solas en la tienda que estaba sola yo e puse a ver visitas y me colgaba collares y así, pero en ese momento vi un zapato encantador estaba super arriba de el mostrador pero igual lo quería asi que empece a estirarme lo más que pude por el zapato y entonces la vitrina se tambaleo y cayo pero antes de que, ayer a sobre mi Alejandro se tiro y cayo encima mio ni siquiera había alcanzado a gritar.
La vitrina por suerte no era de vidrio y no nos paso nada pero ahi vi sus Ojos mas cerca que nunca y fue especial por que fue como si nos olvidaramos de todo, el me miro y se quedo ahí encima de mi mirando me sentía como detallaba cada parte de mi cara y veía como miraba mis labios yo mire los suyos se veían tan provocativos, que no pude evitar abrir mis labios un poco así no fuese a pasar nada, y entonces Harry grito
- ¡Por Dios! ¿¡ Pero Que Paso!? - Alejandro Abrió los ojos como a que descubrían y se levanto, yo por mi lado caí en cuenta de que lo corra falda se habían subido demasiado y me pare rápidamente afortunadamente no tuvos que pagar por que no se hicieron daños salimos de la tienda y fui a el salón de belleza esa era mi ultima parada.
Mientras caminaba rumbo a el salón me dí cuenta de que harry venia mirando a Alejandro de forma algo despectiva y Alejandro se hacia el loco, mientras me miraba disimuladamente sentí que mis mejillas se ponían rojas y seguí mi camino.