23. [Noche de travesuras]

1.2K 21 0
                                    

23. [Noche de travesuras]

Atlas:

Bajé las escaleras de la casa, Adeline seguía en la habitación con papá y no quería que papá sospechara de nosotros, iba a dar una vuelta rápida para buscar algo de cenar y luego regresar con Adeline.

« Necesitaba contarle mi historia »

« Nadie supo cómo ocurrieron los hechos con Mirian »

« Solo mi querida abuela »

Mirian estaba sentada en el sillón y apenas me vió dirigirme a la puerta, me siguió.

— Ni se te ocurra seguirme, no iré a la estúpida cena con ustedes. — Hablé, dejé en claro mi posición con ella; la odiaba y nada podía cambiarlo.

—  ¿Qué te pasa? Perdoné todo lo que me hiciste y aún así me tratas mal...

— ¿Qué está mal contigo? Le mientes a mi madrastra e inventas que pasé la noche contigo ¿Después de casi arruinar mi vida?

— Atlas... — Mirian iba hablar pero la interrumpí:

— No quiero escuchar tus mentiras, no haces nada más que lastimar a las personas. No sé por qué papá te invitó a la casa cuando sabe realmente que te odio.

— No me digas esas cosas, yo...

— No quiero verte nunca más, no sabes lo mucho que me arrepiento de haberte hablado aquel día...

— ¿Estás enojado conmigo porque puse a tu madrastra en contra tuya? Que sepa que nos acostamos.

— No lo hicimos, nunca dormí contigo ni abusé de ti, todo lo hiciste para lastimarme porque te rechacé, rechacé todas tus intenciones.

— Pues me voy cuando me dé la gana, tú no me mandas... — Tomé su brazo fuertemente para amenazarla, tenía un as bajo la manga que la haría desaparecer de mi vista el día siguiente.

— Te vas mañana mismo en el primer vuelo que encuentres y no volverás a molestarme más.

— ¡No puedes obligarme!

— Sí puedo, o le diré a papá que fuiste tú quien robó su tarjeta de crédito cuando teníamos quince años. Tuve que trabajar para pagarle los fondos que supuestamente le robé, cuando fuiste tú la que se aprovechó de todo ese dinero para irte del estado.

— Te volviste tan mierda...

— Desperté de mi sueño contigo, te creí inocente y llegué a culparme por tu sufrimiento cuando nunca tuve nada que ver.

— ¿Te gusta tu madrastra? — Me preguntó y sonreí, mordí mis labios y esperé a ver cuánto más veneno podía decir mi primita. — Es por ella que me hechas, te gusta y lo ocultas muy bien.

— Mi madrastra es solo mi madrastra, ¿Sabes por qué no iré a la cena contigo? — Ella negó y decidido a callarle la boca, dije: — Tengo a una universitaria esperándome en su cama y no la pienso rechazar.

— Eres igual o peor que Hernán.

— Dicen que de tal palo, tal astilla. — Tomé su mentón para que me pusiera mucha atención — Ya sabes primita, te vas mañana y no vuelves a poner un pie en las instalaciones Bradford o tendrás muchos problemas.

— En estos momentos te desprecio.

— Créeme, el desprecio es mutuo. — Papá bajó las escaleras en ese momento y me retiré de la sala.

« Necesitaba salir de allí »

« No quería escuchar sus reclamos »

Entré a mi auto y conducí hasta un restaurante que estaba cercano, dejé mi auto en el estacionamiento y entré al local  para comprar un poco de comida china, no sabía si a Adeline le gustaba pero mi intención con ella era tener una cena agradable y poder conversar.

Entre dos placeres © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora