HAY ALGO AQUI

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Había que aclarar que todos estos días, Luigi había tenido que seguir usando el vestido prestado de la princesa, mismo que añadía kilos innecesarios a su labor, tenía que subir a sacudir las ventanas y le costaba con ese pomposo vestido, diablos, cómo quisiera al menos un cambio de ropa, pero Bowser se había burlado al solicitar uno 'pense que te agradaba vestir así, verdecito ¿Quién te obligó a usarlo sino?', y el magikoopa no haría nada por ayudarlo si el rey no lo autorizaba. No es como que no le hubiera preguntado a sus compañeros de limpieza, había comenzado a entrar en confianza con ellos después de tantos días trabajando, pero ellos no usaban ropa, al menos no una que Luigi pudiera tomar prestada, pues se valían con los caparazones.

Así que resignado, Luigi sigui limpiando, quizá podría intentar hacer unos pantalones con la tela del vestido, pero si no lo hacía bien, andaría todo arapiento. Pensando en todo ello Luigi no noto como pisaba la tela del vestido contra un eslabón de la escalera, soltó el plumero e intento sostenerse nuevamente, pero fue inútil, la ventana no tenía nada que ofrecer para ello. Y así, Luigi comenzó su caída, sentía que iba en cámara lenta, pero no era magia, estaba seguro por cómo la sintió en su primer visita al reino oscuro.

-¡Papá se va a caer!- una peculiar voz resonó, al tiempo que Luigi sintió unos fuertes brazos atraparlo en el aire.

-Si no me sueltas no podré bajarte, verdecito- Bowser no tenía burla en la voz, hecho extraño para Luigi dejando de lado el que hubiera llegado justo a salvarlo y no a admirar y burlarse de su caída.

Cómo pudo, Luigi se soltó, tenía miedo y se aferró a lo primero que tocó (los brazos de Bowser) negándose a soltar tan fácil. Pero ahora, recompuesto, podía observar al dueño de la primer voz que escucho, era un pequeño koopa, bastante parecido al rey, pero con un brillo muy especial en su mirada.

-Hola- fue lo único que Luigi atino a decir

Bowser bufo, como advertencia.

-Perdón, perdón, Bowser, te agradezco que me salvarás.

-Ten más cuidado verdecito, ese vestido no te va a ayudar para tus labores, podría conseguirte...uno más corto- Bowser dijo lo último más bajo, cuidando que el menor no escuchara- el es mi hijo, Junior él es Luigi.

Luigi solo atino a resoplar ante la burla del vestido.

-Hola de nuevo, mucho gusto- Luigi sabía que no podía mostrarse grosero ante el pequeño, no solo porque el no tenía la culpa de nada, sino porque también se veía que Bowser era un padre interesado, y con sus problemas de irá seguro un desplante a su hijo terminaría fatal.

-Asi que tú eres el Mario verde- quizá no lo dijo con intención, pero el comentario había tocado una fibra débil en Luigi- ¿Podrías devolverme mi estrella? Ayer la tomaste.

-Esa cosa ya no sirve junior, estaba muy rota, te dije que te conseguiríamos algo mejor- Bowser seguía intentando que su hijo dejara de dormir con peluches, pero esa estrella le encantaba y era lo último que dejaría.

-Claro que si pequeño- Luigi rebusco entre su pequeño carro de aseo y le dio la estrella.

-La reparaste...- y ahí Luigi temió que los daños sumarán algún afecto a la estrella y esto afectará a junior afectando a su padre que seguro lo afectaría a el después, y asi, Luigi comenzó a trasudar.

Pero no hubo llantos, ni enojos, ningún tipo de rabieta, el pequeño koopa simplemente se dio a la tarea de admirar y abrazar su estrella.

-Junior, ¿Qué se supone que te falta decir?- no lo dijo fuerte, pero tanto Luigi como junior se dieron cuenta de la pequeña pizca de molestia que había en su voz.

-Gracias, Luigi.

Y con esto el pequeño se despidió de su papá y se fue a jugar.

-Gracias, Luigi- el rey le agradeció, LE AGRADECIO y además le pidió a su hijo que también le agradeciera, quizá y solo quizá no era tan malo como parecía, porque no cualquiera procurar por los modales de sus hijos, y eso a Luigi, le hizo sentir un pequeño vuelco al corazón- y sigue en pie lo del vestido, con uno más corto y ligero seguro haces la limpieza sin problema jajaja.

Y ahí se destrozó la ilusión de que Bowser no fuera un malvado tirano. Pero había algo ahí, que a Luigi le daba curiosidad.

-¡Verde! ¡Puedes pensar y limpiar al mismo tiempo!

Nop, definitivamente Luigi no debía ver nada donde no había.

Pero de cerca veian, incrédulos, sus compañeros como el Rey había casi corrido por atajarlo, por salvarlo, y se les prendió una idea, después de todo, Luigi era más amable y agradable que la princesa Peach.

SI DECIDO VENGARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora