Momento de estrategia.

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NARRA LUZ.

Me dolía todo, literalmente todo. Cuando abrí los ojos, no logré distinguir en que lugar me encontraba. Lo primero que vi fue una lámpara sobre mi cabeza, al mirar a mi alrededor me fui dando cuenta poco a poco que estaba en una especie de sala de urgencias, conectada a varios aparatos que medían mis signos vitales. Los conocía de memoria por el trabajo de mamá en el hospital. Sólo que ese no era el hospital, era una especie de carpa color verde oscuro en la que me encontraba.

Lo que más me dolía era la cabeza. Recordaba perfectamente lo que había pasado. Y deseaba no poder recordarlo.

Perdimos. No logré evitar que Belos invadiera la Tierra más de lo que Marcy pudo detener a Andrias. Y Bill también estaba libre ahora. ¿Y un ejército de armaduras gigantes? Sí, lo recuerdo bien, había unos cientos de soldados gigantes con armaduras como de la Edad Media. Y yo intenté detenerlos, pero ya era tarde. Belos casi me mata, me electrocutó sólo para disfrutar verme sufriendo. Y luego un misil pasó volando sobre nuestras cabezas. Luego una mujer de cabello rubio recogido en un moño me sacó de ahí mientras la ciudad se convertía en un infierno. Y luego... luego desperté aquí.

-¿Mamá? ¿Papá?-llamé pero nadie respondió. Fuera de la carpa, se escuchaban muchas voces y personas corriendo de un lugar a otro. Conforme me fui percatando de lo que había a mi alrededor, me di cuenta de que estaba en un hospital militar improvisado.

Y no estaba sola. A mi lado, escuché un leve quejido tras una cortina. Al descorrerla, suspiré aliviada.

-Anne.

-Hola, Luz-dijo mi amiga castaña sonriendo mientras se incorporaba en su camilla. Estaba conectada a un suero, y no sabía qué le había ocurrido pero se veía mucho peor que yo-. Oye, ¿dónde estamos? 

-Creo que es un hospital del ejército-respondí mientras me sentaba a su lado-. ¿Recuerdas lo que pasó?

-Sí, lo recuerdo. Luego de que Andrias me capturó y se llevó la caja, él y Belos me llevaron de vuelta a Amphibia. Y en el castillo de Andrias vi...

Anne tragó saliva y un ligero temblor le recorrió el cuerpo.

-¿Viste qué?-no la había visto tan conmocionada antes, como si hubiera visto en Amphibia algo que hubiera preferido no ver-. ¿Anne?

-Vi... que Andrias es el menor de los problemas que tiene Amphibia-dijo Anne finalmente-. Luz, no sé exactamente qué era esa cosa, pero tiene a Sasha. Tomó control de su cuerpo.

-¿Qué? ¿Cómo?

-No lo sé. Sólo sé que es una criatura antinatural, un monstruo que piensa que es un dios. Y no se detendrá hasta habernos destruido. Luz, ellos saben de ti, de tus amigos, de todo. Y cuando lleguen a la Tierra...

-No vienen, Anne-respondí-. Ya están aquí. Estamos en la Tierra. Y, las cosas pintan para peor.

Anne palideció al escuchar eso. Por un momento temí que volviera a caer inconsciente.

-No... esto no puede... mamá, papá, debo... ¡debo ir por ellos!

Anne se desconectó del suero y quiso salir corriendo, tuve que detenerla.

-¡Hey, hey, tranquila Anne! ¡Intenta calmarte!

-¡No puedo calmarme, Luz, no puedo!-gritó Anne mientras intentaba zafarse de mi agarre-. ¡Mis padres, no sé si están vivos, debo ir por ellos, debo...!

-¡Anne, basta!-no tuve más opción que abofetearla para que me prestara atención por unos minutos que traté de aprovechar para convencerla de no hacer algo muy estúpido-. ¡Con preocuparnos no vamos a ganar nada, entiende! ¡Sé lo que estás sintiendo, yo también lo he sentido, pero nada vamos a obtener con dejarnos llevar por el impulso, así que cálmate ya!

El día de la Unidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora