La batalla final (Parte 3/6).

86 8 6
                                    

Narrador omnisciente.

Luz y Belos seguían peleando, pero el emperador llevaba la delantera. Incluso con el poder del Titán corriendo por sus venas, Luz apenas era capaz de esquivar los ataques de Belos, y no se diga responderlos. Todos sus hechizos parecían inútiles contra Belos, quien seguía sin sudar una sola gota, mientras ella estaba casi exhausta.

-¿Cómo se siente, Luz?-preguntó Belos-. ¿Cómo se siente ser despedazada, ser la perdedora, ver morir todo lo que amas?

La empujó contra el balcón que daba a la ciudad.

-Observa.

Luz miró hacia la ciudad. Aunque desde esa distancia no se veía claramente, las explosiones le daban una muy buena idea de lo que estaba pasando. Todos sus aliados, sus amigos, los que confiaron en ella, seguían peleando, pero no sabía si estaban ganando o perdiendo, y le aterraba pensar en esa última opción.

-Tú hiciste esto-dijo Belos-. Trajiste las ovejas al matadero.

-¡Ya cállate!

Luz volvió a lanzar una llamarada antes de usar un glifo de invisibilidad para esconderse y tratar de tomarlo por sorpresa.

-Acéptalo, esta es una guerra que perdiste desde antes de que empezara-dijo Belos caminando lentamente por el salón buscando a Luz-. Una guerra que todos los que han sido tan rebeldes como tú han perdido. Mi hermano, mi esposa, hasta tus benditos padres fracasaron. Guerreros con más experiencia y mejor control de sus emociones cayeron ante mí, ¿en serio creíste que una marginada como tú m iba a vencer? ¡¿Qué tienes que ninguno de ellos no?!

-Una capa.

Luz saltó encima de Belos y enredó su capa alrededor del rostro del emperador, asfixiándolo. Antes de que Belos pudiera recuperarse, Luz usó varios hechizos de hielo en su cuerpo y lo congeló totalmente, antes de tirarlo al suelo, dejando que se rompiera en mil pedazos mientras ella se sentaba a recuperar el aliento.

-Eso... fue... agotador.

Pero entonces, vio que una sustancia verde nauseabunda salía del hielo y se reagrupaba, volviendo a formar a Belos.

-¡Ay, por favor!

-¿No es maravilloso?-dijo Belos-. La esencia de los talismanes es tanto mi maldición como mi bendición. Pero bueno, nadie dijo que la inmortalidad era sencilla.

-Pongamos a prueba qué tan inmortal eres-dijo Luz volviendo a ponerse en pie, sólo para ser inmovilizada por Belos y arrojada contra el trono. Fue tal el impacto que hizo toser sangre a Luz, que ya sentía que se desmayaba.

-Me cansé de los juegos, voy a matarte-dijo Belos empuñando su bastón-. Y luego a todos los que amas. Eda, Lilith, tus padres, tus amigos, todos me suplicarán piedad antes de que les atraviese el corazón, y cuando terminé, los enterraré junto a Vee.

La mención de su hermana fue suficiente para que Luz volviera a levantarse y se arrojara contra Belos, empezando a golpear su máscara. Pero Belos no tuvo ningún problema en quitársela de encima nuevamente.

Luz, decidida a destruir a Belos, lanzó varias estacas de hielo contra él, pero Belos sólo los esquivaba o los rompía con su bastón. Pero agarró uno, y cuando Luz se acercó a lanzarle otro golpe...

¡ZAZ!

Luz sólo sintió algo clavándose en su abdomen, algo frío y puntiagudo. Cuando bajó la mirada, vio como Belos le había clavado una de las estacas de hielo. Una mancha roja se empezó a formar en su estómago y aún cuando sacó el hielo, el frío no abandonó su cuerpo, sino que aumentó mientras su vista se nublaba. 

El día de la Unidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora