La batalla final (Parte 2/6).

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Narrador omnisciente.

Base Andrews de la Fuerza Aérea.

La general Waybright veía el desarrollo de la batalla a través de varias pantallas mientras atendía una llamada de sus aliados internacionales. Aún cuando casi el 70% de las Fuerzas Armadas habían sido destruidas, aún tenían una oportunidad de ganar gracias a Luz y sus aliados quienes por lo que podía ver seguían avanzando. 

-General Yin, le repito que lanzar un ataque nuclear sólo costará más vidas de las que son necesarias-insistía la general Waybright-. Escuche, en estos momentos de crisis se aprecia la ayuda, pero le recomiendo que concentre a su ejército en defender lo que quede de China y deje que mis tropas y yo nos encarguemos de defender Estados Unidos, buen día y hasta luego.

Colgó, llevándose las manos al rostro. En las últimas horas había logrado detener al resto de los países de atacar Estados Unidos con armas nucleares, pero la presión internacional crecía conforme más países caían ante las tropas invasoras y los gobiernos, o lo que quedaba de ellos, exigían medidas desesperadas para detener al enemigo. Y no estaba segura de poder contenerlos mucho más.

-Señora-dijo uno de los soldados-. Ya están listos los resultados de laboratorio que pidió. ¿Quiere que se los traiga?

La general Waybright suspiró y se levantó.

-No, yo me encargaré de eso personalmente, soldado-respondió y se encaminó al laboratorio de la base.

Una vez ahí, el científico jefe le entregó unos documentos.

-Al principio, no vimos nada interesante hasta que sometimos el papel a una temperatura de 30 grados Celsius.

-¿Y?

-Hay un mensaje oculto con tinta invisible-explicó el científico-. Parece que utilizaron ácido cítrico igual que nuestros espías durante la Segunda Guerra Mundial. Sólo el infrarrojo lo detectaría, aquí está.

Le entregó la carta y, al leerla, los ojos de la general Waybright se abrieron como platos.

-¿Ocurre algo?

-Necesito un helicóptero que me lleve de vuelta a Washington, ¡para ayer!

Washington, D.C.

Subiendo en sus respectivos talismanes, Luz junto a Willow, Amity, Eda, Lilith, Gus, Hunter, Vee, Masha, Alador, Camila y Ducard elevaron hacia el castillo de Belos mientras los demás se quedaban a luchar en tierra.

-Ese agujero es nuestra única entrada-dijo Luz señalando uno de los motores que mantenían el castillo en el aire-. Intenten no quemarse.

Afortunadamente, todos pudieron pasar sin problemas e infiltrarse a través de los calabozos subterráneos del castillo.

-Todos o por lo menos la mayoría de los soldados de Belos deben estar peleando allá abajo-dijo Lilith-. No habrá nadie que lo proteja.

-Aunque no es como que lo necesite-dijo Amity-. Oigan, no quiero sonar pesimista, pero ya lo hemos enfrentado todos juntos en el pasado y sólo logramos que el infeliz nos diera una golpiza y casi nos matara.

Todos se detuvieron.

-Seamos honestos, Lilith, tu niña tiene razón-dijo Eda-. No podemos vencerlo, ni siquiera entre todos.

-Si alguien tiene un mejor plan, estoy abierto a sugerencias-dijo Ducard-. Pero mientras no sea así, seguir avanzando es el mejor plan que tenemos.

-El único-dijo Luz-. Oigan, tal vez las últimas veces fueron realmente suerte, ¿sí? Pero sea como sea que termine, hoy no será así.

El día de la Unidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora