Regresamos.

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NARRADOR OMNISCIENTE.

Una luz muy brillante fue lo último que todos vieron antes de separarse y aterrizar en un bosque. Luz se levantó y miró a su alrededor. La explosión la había dejado un poco aturdida, pero podía distinguir a los que estaban con ella. Su familia, Boscha y sus amigas, Eda y Marcy.

Pero los demás no estaban con ellos.

-Amity...

-¿Qué mundo es este?-preguntó Boscha mientras ayudaba a Skara a levantarse.

Empezó a llover y los que provenían de las Islas se cubrieron, pero de inmediato se dieron cuenta que la lluvia no hervía. Marcy se levantó y caminó un poco. Al mirar con más atención, se dio cuenta de que había un pueblo no muy lejos de ahí, y se veían algunos carros.

-Mi mundo-dijo en un hilo de voz. 

Todos se acercaron a Marcy, aún un poco sorprendidos de ver que la lluvia humana no les hacía daño.

-¿Este es el reino humano?-preguntó Vee mirando a su alrededor-. No... no parece tan malo después de todo.

-Pero no durará mucho así-dijo Eda preocupada-. Andrias ahora tiene la caja y el apoyo de Belos. Con una fuerza así, podrían devastar la Tierra cuando quieran.

-¿Qué hacemos?-preguntó Skara.

-Lo primero es ir a mi casa, y empezar a pensar en un nuevo plan-dijo Luz-. Es todo lo que podemos hacer.

-Pues vamos.

Se dirigieron a casa de los Noceda mientras miraban todo con gran curiosidad. Habían escuchado historias del reino humano, sólo Eda lo conocía un poco mejor, pero ni siquiera ella conocía del todo los secretos que ese mundo tenía ocultos. Si no fuera por la situación en la que se hallaban, hubiera sido una gran experiencia para la posteridad.

-Llegamos, siéntanse como en su casa-dijo Camila abriendo la puerta para que todos pasaran y entraran en calor. Una vez dentro, todos se pusieron a revisar con detalle las cosas de la casa. Incluso Boscha, que hacía unos meses despreciaba a Luz y a su mundo, ahora se veía interesada en los artefactos humanos y trataba de averiguar que hacía una licuadora.

-Aún recuerdo la primera vez que estuve aquí-dijo Ducard mirando la casa mientras sonreía un poco-. Le dijiste a tus padres que era un amigo de la Facultad de Medicina, aunque no tenía idea de qué era eso.

-Y tuve que explicarte todo como si fueras un niño pequeño e inventar una historia más o menos creíble-recordó Camila-. Menos mal ellos no eran de los que prestaban mucha atención.

Camila suspiró.

-¿Estás bien?

-Todo esto... desde que nos separamos intenté dejar todo atrás y empezar de nuevo, construir una nueva vida para Luz y para mí. Incluso cometí el error de nunca decirle nada sobre su verdadera identidad, sobre su herencia, ni siquiera sobre ti.

-Hiciste bien, cuanto más  supiera antes habría llegado a las Islas y Belos la habría encontrado. 

-¿Y de qué sirvió? Philip tenía razón, sólo retrasé lo inevitable. Ahora tienen esa estúpida caja de música y podrían invadirnos en cualquier momento. Lo arruiné todo.

-No digas eso, aún no se acaba-dijo Ducard con seguridad-. Además, ahora tenemos una oportunidad. Enfrentar a Belos en el pasado hubiera sido un suicidio, pero al menos ahora sabemos que no es invencible. Estoy seguro de que Andrias tampoco lo es.

-¿Y qué me dices de ese Bill?

-Mientras logremos que se quede encerrado, no deberíamos preocuparnos. Claro, no debemos de bajar la guardia. Descansemos ahora, mañana empezaremos a planear algo. Eres una mujer brillante, ya se te ocurrirá una solución.

El día de la Unidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora