III

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Después de la llamada de Jisung, Seungmin dejó todo lo que estaba haciendo para dirigirse a la dirección que su amigo le había enviado. Estaba muy preocupado, desde que Felix lo había llamado a preguntar por el paradero de Jisung, Seungmin no había podido dejar de pensar en los miles de escenarios en los que Jisung podría haber estado. Su amigo tenía una ansiedad social muy alta y muchas veces le era difícil controlarse a si mismo si no tenía alguien que le diera seguridad a su lado. Es por esto que cuando escuchó la voz de su amigo indicando el lugar de su paradero, no lo pensó dos veces antes de hacer lo posible por llegar a él.

Al llegar a la cafetería escaneó el lugar de manera superficial en caso de encontrar a Jisung ahí, como no lo hizo, se dirigió al chico que estaba en la barra del lugar - Buenas tardes. Disculpa, ¿de casualidad has visto a este chico ?- preguntó afanado Seungmin mientras mostraba desde su celular una foto de Jisung. El muchacho pelinegro que se encontraba ahí le sonrió y se acercó a él - Seungmin ¿cierto? Jisung nos dijo que vendrías por él. Sígueme. Soy Hyunjin, por cierto - Dijo el pelinegro alto en un tono cálido que pretendía calmar un poco los visibles nervios que provenían de aquel chico castaño. Se abrieron pasó por la cafetería hasta llegar al lugar dispuesto solo para empleados. Cuando llegaron al patio Seungmin pudo reconocer la voz de su mejor amigo, quien al verlo, volvió a soltar las lágrimas que creyó haber dejado atrás. Jisung se paró de su asiento y corrió a los brazos del castaño, quien lo recibió con un abrazo que sabía que necesitaba. - Ya bebé, ya estoy aquí -dijo Seungmin mientras acariciaba la espalda de Jisung buscando que este se calmara un poco y continuó - Ya se terminó. Estás seguro conmigo - Siguió, pasando suavemente sus manos por la espalda y el cabello de Jisung, permitiéndole llorar en sus brazos. Los otros tres jóvenes que estaban ahí, sorprendidos por el repentino ambiente íntimo que se generó alrededor de los dos amigos, decidieron darles su espacio y entraron nuevamente a la cafetería, esperando a que estuvieran listos para volver a salir.

Jisung se sentía seguro en los brazos de Seungmin. Sabía que con él no tenía que pretender ser alguien que no era. Seungmin era la única persona en la que Jisung confiaba sin ningún tipo de duda. Podría decirse que era la única persona que lo conocía realmente y que había decidido quedarse junto a él. A pesar de su ansiedad, de sus llantos sin sentido, de sus chistes malos, de sus ataques de pánico frecuentes, de sus miedos irracionales y de su sobre exigencia y perfeccionismo, Seungmin lo aceptaba y lo amaba. Amaba cada pedazo roto de él y se había esforzado por reparar lo que otras personas habían roto tanto tiempo atrás. Seungmin había limpiado cada una de las lágrimas que Jisung había derramado y jamás le había exigido nada a cambio. Aunque no se lo decía constantemente, Seungmin era su hogar y se sentía profundamente agradecido de tenerlo en su vida y más en momentos como estos, donde Seungmin, a quien no le gustaba el contacto físico, lo dejaba aferrarse a él y le recordaba que todo estaría bien, donde simplemente le hacía compañía y le consentía la cabeza para que supiera que podía soltar todo el dolor acumulado y que nadie tendría que usarlo en su contra. El llanto que corría ahora por las mejillas de Jisung no era el mismo que el de hace unas horas, no era un llanto de angustia, de miedo o dolor. Este llanto era como el de un niño que después de haberse caído llora al ver a su mamá porque se permite ser vulnerable y suelta la fortaleza fingida porque sabe que está seguro y no hay nada que lo pueda lastimar.

A Seungmin le rompió el corazón ver a su amigo en ese estado y le costaba mucho trabajo mantenerse firme y no dejar salir aquellas lágrimas que picaban sus ojos por la impotencia y la decepción de no haber estado en el momento en el que su mejor amigo lo había necesitado. Ahora, Jisung tenía múltiples heridas por todo su cuerpo y, por la manera en la que se aferraba a él, se podía sentir que la experiencia había logrado eliminar cualquier progreso que su amigo llevara con el manejo de multitudes. Para Seungmin, Jisung era su familia. Jisung lo había salvado más veces de las que le gustaría admitir y lo sostenía cuando las cosas se tornaban oscuras. Jisung era la única persona a la que Seungmin le había permitido tener acceso después de lo ocurrido en su último año de colegio. Jisung fue paciente con el y aceptó el rechazo, los gritos y las millones de veces en las que Seungmin quiso mandar todo a la mierda. Jisung lo acompañaba en las tormentas y lo mantenía distraído de aquellos sonidos fuertes que usualmente lograban hacer que Seungmin se sintiera tan pequeño y vulnerable. Nunca lo juzgó y siempre lo hizo sentir visto. Habían muchas cosas que Seungmin quería hacer por Jisung y en momentos como este, se sentía impotente e inútil, no lo había podido cuidar por quedarse en casa estudiando y por eso su amigo había sufrido una de las experiencias más desagradables de su vida.

Just Say Yes  [MinSung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora