Just Say Yes [MinSung]

XVII

Existe una teoría, que quizás todos conozcan, que hace creer en el destino y en que cada cosa que ha sucedido en la vida pasa para llevar a todo ser humano a ese gran momento, donde por fin encuentra el amor verdadero. La teoría de los tres grandes amores en la vida, esa en la que se establece que el primer amor es aquel dulce e inocente, donde se experimentan por primera vez aquellas emocionadas mariposas en el estómago, los nervios y el deseo de ser felices para siempre. Con este amor viene el dolor del primer corazón roto, donde se cree haberlo perdido todo. Es el amor que tontamente se estableció y de la misma forma terminó. Era amor por lo que en ese momento se entendía y se sentía como amor. El segundo, es ese que te destruye, el difícil. Es en este donde se aprenden las duras verdades de amar, las mentiras, los engaños, las desilusiones y el dolor que desgarra el alma y la hiere, realmente, por primera vez. Aquí es donde supuestamente se aprenden aquellas cosas que hay que amar del amor y aquellas que no. Muchas veces, en este, el corazón se cierra, el miedo lo roe y se vuelve cauteloso. Por último, el tercer amor, aquel que llega inesperadamente y  sin buscarlo se invita a conversar con aquel corazón cerrado. Pacientemente espera a que la puerta se abra, sin importar cuantos muros encuentre, espera para encontrar así sea la más mínima grieta en la cual pueda entrar para enseñar lo que realmente es amar.

La realidad es mucho más compleja y dolorosa. Las teorías son perfectas para la ficción, alimentan los sueños y anhelos de todo corazón solitario, pero no son más que eso, teorías demasiado románticas e idealistas para ser verdad. Jisung sabía esto mejor que nadie, en su familia nadie había encontrado a su tercer amor o si lo habían hecho le habrían dejado ir. Esa fórmula no la encontraba por ninguna parte, todo lo que veía eran mezclas imperfectas de lo que cada persona quisiera que su pareja fuera. A veces en el afán de por fin encontrar a esa persona, la indicada, se habían perdido a sí mismos y ahora eran infelices tratando de convencerse de que lo que tenían era amor. Para Jisung, el tercer tipo de amor no existía, nadie sería capaz de amarlo tal y como él era, nunca nadie se acercaría tanto a su corazón y él no dejaría que nadie tuviera ese poder sobre él, no otra vez. Si bien Jisung no creía en este tercer amor, si se había encontrado con los otros dos, pero a diferencia de lo que expresaba la teoría, los había encontrado en la misma persona, su primer amor fue el mismo que lo acabó.

Tae Seong fue la primera pareja oficial de Jisung, relación que había durado sus últimos años de preparatoria. Se conocieron cuando Jisung cambió de escuela por primera vez, en medio de todo el caos y el miedo a conocer a otras personas, Tae Seong había sido la única persona que había hecho el esfuerzo por entrar al corazón del rubio. Una amistad se forjó y con el tiempo evolucionó en algo más. Tae Seong había sido el primero en dar el paso ya que, estando en una escuela masculina, el miedo a salir del closet o pensar siquiera en gustar de su mejor amigo había sido demasiado para Jisung, quien se negaba a sí mismo la posibilidad de estar dentro del interés de su amigo. Cuando Tae Seong confesó sus sentimientos todo parecía un sueño, Jisung sintió en su pecho la calidez de ser correspondido y de por fin entregarle a alguien su corazón. Tae Seong lo protegía de todo y parecía nunca dejarse afectar por las cosas que otros pudieran pensar de ellos. Con él, Jisung se sentía seguro, podía apagar el sonido en su cabeza y distraerse por completo de los malos comentarios. Ver los ojos de su pareja era suficiente para olvidar cualquier dolor.

Los primeros meses fueron increíbles, Tae Seong era bastante amoroso y detallista y buscaba constantemente las maneras de impresionar a Jisung. Le mandaba flores, le escribía poemas e incluso en algunas clases se enfocaba en regalarle pequeñas grullas de papel con mensajes en su interior, para sorprender al menor. Lo único que parecía no siempre ser ideal era que Tae Seong se disgustaba con frecuencia de las muestras de cariño de Jisung. Siendo la primera relación del menor, todo parecía tener que ser perfecto, su corazón revoloteaba constantemente en su pecho y tenía la constante necesidad de expresar su cariño y de llenar a su pareja de este. Quería ser un buen novio, quería estar siempre a disposición de Tae Seong y que este sintiera siempre lo mucho que lo amaba.