Just Say Yes [MinSung]

I

Iba tarde. Como siempre, Jisung había puesto la alarma a la hora que era y había calculado el tiempo perfectamente, sin contar, claramente, que se iba a quedar veinte minutos viendo Tiktok,  pensando que tenía tiempo de sobra. No habría llegado tan tarde, si no fuera porque la noche anterior había priorizado llegar a su casa en vez de ir a comprar las pinturas que Felix le había encargado y que él, no sabiendo decirle que no a su amigo, terminó accediendo a llevar. No había dormido casi, no había comido nada y no se había podido arreglar como le hubiera gustado y con todo eso ya iba cuarenta minutos tarde. Ya le había mentido a sus amigos y se había ganado algo de tiempo para que no empezaran a insistirle o a regañarlo por no haber llegado. Aunque fuera algo común, Jisung seguía sintiéndose mal cada vez que llegaba tarde, odiaba sentir que les hacía pasar un mal rato a sus amigos y lo odiaba más sabiendo que era un día importante para Felix. Es por eso que solo se permitió revisar sus notificaciones estando ya frente al edificio de su amigo.

Solecito

... ¿Me quieres explicar cómo es que venias a una cuadra hace 35 min y todavía te seguimos esperando?

Han

... No :((

Solecito

... ¡¡¡¡¡¡¡JISUNG!!!!!!!!

Han Ji

.... Ya ya. Lo siento Lixiee, estoy abajo.

Guardó el celular y se dispuso a entrar al edificio para encontrarse con sus amigos. Trató de poner su mejor sonrisa y esperó a que le abrieran la puerta. Un no muy contento Felix, lo recibió y prácticamente le ordenó arreglarse mientras él y uno de sus amigos hacían los carteles para el desfile.

Felix había llegado a su vida en uno de sus primeros semestres en la universidad.  Se podría decir que Felix fue el primer y único amigo que Jisung pudo hacer en su vida universitaria. Faltando un año para graduarse, Jisung había cerrado la posibilidad de conocer alguna otra persona que al igual que Felix quisiese ser su amigo y, que en secreto, Jisung no detestara. Su falta de amigos no era consecuencia de una falta de comunicación con la gente que lo rodeaba, pero sí una falta de conexión. Por experiencias pasadas, Jisung se había tornado un poco más distante y selectivo en cuanto a las personas que dejaba entrar a su vida, si bien intentaba ser amable con todos, no consideraba importante profundizar ninguna de esas relaciones. De vez en cuando esta dinámica lo agotaba. Aunque Jisung no veía a varios de sus compañeros como sus amigos, muchos de ellos se daban la libertad de imponerse en su vida (quien a su pesar no le decía que no a nadie y siempre estaba dispuesto a dar una mano a quien se lo pidiera incluso si eso le demandaba energía que él no tenía). Su amistad con Felix había empezado así, se conocieron en una de las clases de culinaria a las que Felix asistía y que Jisung había escogido como electiva para bajar su carga académica y despejar su cabeza en un ambiente completamente distinto al de sus clases. Felix al ver que Jisung era un completo desastre en la cocina, decidió intervenir y acogerlo en su grupo para la entrega final del curso, la cual consistía en la elaboración de un recetario y una muestra de este mismo. Aunque la conversación fluyó de la misma manera que usualmente lo hacía con otras personas, Felix logró sacar un lado de Jisung que pocos conocían.

Poco a poco la amistad se fue haciendo más fuerte y las clases más divertidas. Sin saber muy bien el cómo, Felix se había vuelto una de las razones por las cuales Jisung disfrutaba ir a la universidad. Al terminar el curso, eliminando toda inseguridad de la cabeza de Jisung, Felix le prometió que no se iba a alejar de él cuando no compartieran clase, podrían verse en otros espacios y así fue. Cuatro años después Felix se había vuelto una de las personas más importantes en la vida de Jisung, alguien a quien Jisung quería cuidar y a quien siempre quería ver feliz. Solo por Felix es que Jisung había accedido a ir al Pride de la ciudad ese día y solo por Felix se estaba arreglando en tiempo récord ignorando la desagradable sensación creciendo en su estómago cada vez que pensaba en la cantidad de personas a las que tendría que enfrentar al estar en ese lugar. Mientras se terminaba de maquillar, pensó que quizás no había llegado tarde por haber visto su celular más tiempo de lo que debía, sino porque dentro de sí mismo sabía que tenía miedo y no quería ir. Sin embargo, terminó por sacudir este pensamiento y salió del cuarto a encontrarse con su amigo quien lo recibió con una gran sonrisa, olvidándose del enojo que alguna vez sintió y entregándole una bandera bisexual junto a un beso en la mejilla —Te ves precioso Hannie— dijo el rubio.