XVIII

592 67 61
                                    

El inicio de un nuevo día parecía traer una sensación de pesadumbre para Minho. Ya había pasado una semana desde que veía o sabía algo de Jisung y su corazón dolía por la cantidad de dudas y conclusiones a las que su mente había llegado. Sentía que Jisung había sido un sueño, que nunca había existido y que su presencia era una ilusión. Ese día esperaba poder seguir fingiendo que todo estaba bien, quería poder mantenerse ocupado y llegar, al final de su jornada, a casa para poder descansar. Sus planes se vieron interrumpidos cuando al principio de una de sus clases, Chan chocó su codo contra su costado, produciendo que Minho se volteara con irritabilidad y en señal de reclamo hacia el mayor, levantó sus cejas pidiendo algún tipo de explicación. Chan, quien recibió la queja de Minho con algo de gracia, señaló con su cabeza la puerta. El tiempo se detuvo, Minho sintió como su pulso se aceleraba y como el calor lo invadía. Veía al joven que entraba discretamente al salón y se sentaba en una esquina alejada y sintió una mezcla de alivio y molestia, Jisung había vuelto. El pelirrojo no pudo concentrarse en nada más que en el menor. A lo largo de la clase había visto como este animadamente hablaba con sus compañeros y cómo interactuaba más de lo que usualmente lo hacía con el profesor y las actividades de la clase. De lejos, Jisung parecía estar bien, parecía más alegre, cómodo y feliz. Por algún motivo, esto solo hacía que Minho sintiera más rencor ¿Jisung había estado bien todo este tiempo, mientras él constantemente se preocupaba por su bienestar? ¿Había sido el único que había estado sufriendo por estar separado del menor? ¿Por qué Jisung podía sonreír tan fácilmente mientras Minho sentía que estaba siempre al borde del llanto? Minho estaba cansado de no saber lo que pasaba por la mente del menor, necesitaba explicaciones y estaba decidido a obtenerlas. Al terminar la clase, vio como Jisung salió del aula apuradamente y sin pensarlo dos veces corrió detrás del menor, dejando sus cosas al cuidado de su mejor amigo e ignorando las palabras que de su boca salían.

Cuando volvió a ver a Jisung, vio como este recargaba su peso en sus rodillas mientras recuperaba el aliento y la energía que había gastado llegando al exterior. Minho lo alcanzó y sintiéndose bastante molesto, tomó la muñeca de Jisung y lo volteó, obligando a que el menor se enfrentara por fin a sus preguntas. Lo que no esperaba, es que cuando vio el rostro de Jisung, este estaba cubierto por una expresión bastante dolorosa. Estando más cerca de él, podía notar las profundas ojeras que adornaban sus ojos cansados y que el menor había intentado cubrir con poco éxito. Sus ojos parecían estar constantemente cristalizados por las lágrimas que no podía dejar salir y, el terror en sus ojos al encontrarse con los del mayor, lograron que Minho olvidara por completo su enojo. Quería sostener al menor, quería recordarle que todo estaría bien, quería cuidarlo y protegerlo de todo aquello que era evidente que estaba cargando, por lo que, sin pensarlo dos veces, acercó el cuerpo del rubio al suyo y lo envolvió en un fuerte abrazo. Al rodear el cuerpo de Jisung, percibió que el menor había perdido mucho peso, la ropa holgada que llevaba lograba disimular que su cintura había disminuido significativamente. Su cuerpo se sentía más frágil y el corazón de Minho empezó a doler, quería cuidar del menor y aliviar aquel dolor que era evidente en esos ojos que luchaban por no delatar el temor de su alma. Cuando quiso asegurar más su agarre fue bruscamente empujado por el menor, quien rompía el abrazo mientras miraba al suelo. Minho intentó buscar cercanía, pero Jisung seguía empujándolo obligándolo a quedarse a una distancia prudente.

Después de unos segundos de silencio, Minho volvió a sentir la desagradable y angustiante sensación en su pecho —Jisung...¿Qué está pasando?— preguntó el mayor con cansancio en su voz. —Tomé una decisión— contestó Jisung cortante, llamando la atención del mayor quien sin decir nada, sintió su corazón parar por un instante, consciente de lo que el menor estaba por decir —No quiero estar contigo — Concluyó el menor mirando el piso —¿Qué?— preguntó incrédulo Minho — ¿Hice algo mal ? ¿Estás molesto?, amor podemos hablarlo ¿Si? Si hice algo que te incomodó, puedo cambiar. Solo hablemos, por favor — dijo casi suplicante el mayor mientras alcanzaba la mano de Jisung y la sostenía entre las suyas. El haber escuchado a Minho hablar con tanto dolor, el ver que el mayor estaba dispuesto a cambiar solo por seguir con él, logró hacer que algunas lágrimas se escaparan de los ojos de Jisung. Minho seguía tratándolo con amor, seguía diciéndole amor incluso cuando Jisung estaba rechazándolo. Jisung no merecía a alguien como Minho, por lo que ignorando el dolor en su pecho contestó — No quiero vivir al ritmo de otra persona, no me gusta— dijo, soltándose bruscamente del agarre del mayor quien lo miraba sorprendido —¿Cuando te pedí que hicieras eso? ¿Jisung de qué estás hablando? No entiendo— respondió el mayor, subiendo el tono de su voz por la frustración que empezaba a dominarlo. Sin darse cuenta, habían comenzado a llamar la atención de algunos estudiantes que pasaban por ahí. Jisung notó que las personas comenzaban a susurrar y a señalarlos y esto solo empeoró el caos que estaba cargando en su interior —Minho, por favor para— contestó intentando acabar con la conversación que empezaba a derrumbarlo por dentro —No, Jisung. Llevo una semana esperando respuestas. Una semana en la que no supe absolutamente nada de ti, no he podido dormir bien, no he podido concentrarme porque llevo todo este tiempo esperando a que volvieras. Mierda, creí que todo lo que habíamos compartido tenía que ser un producto de mi imaginación y que nada había sido real para aliviar el dolor que me estaba consumiendo. Y ahora llegas a decirme esto. ¿Cómo quieres que reaccione?¿No crees que merezco una explicación?— dijo Minho casi gritando. Jisung se empezaba a sentir cada vez más pequeño, su respiración empezaba a agitarse y se hacía más consciente de las personas que los rodeaban. —De todas formas iba a llegar el momento donde me ibas a dejar. Está bien que paremos ahora. Solo quiero que estés con una persona que te convenga, no te detengas con la persona equivocada— contestó Jisung con el hilo de voz que su garganta dejaba salir sin delatar lo doloroso que era admitir en aquellas palabras, los pensamientos que se habían apoderado de su sentir, en los últimos días. Minho que seguía sin entender y poco a poco empezaba a desesperarse y a perder su paciencia, dijo —Esto no tiene sentido. Todo estaba bien, estábamos bien. ¿Algo pasó, verdad?— preguntó bajando su tono de voz, intentando comprender al menor. Jisung comenzaba a perder por completo el control de sus emociones, estaba al borde de una ataque de pánico y sentía la necesidad de alejar a Minho, por lo que dejó salir de su boca aquellas palabras que terminarían por cerrar su corazón de una vez por todas —¿Por qué no puedes entender que simplemente no eres lo que quiero? No quiero estar contigo, no te necesito. Estoy bien solo— estas palabras, habían sido pronunciadas con un tono mucho más fuerte, igualándose al tono que Minho había utilizado anteriormente y haciendo que el mayor, aunque sorprendido, dejara de controlar las palabras que decía — Jisung, no te he hecho nada malo para que me trates así. —empezó con un tono frustrado mientras rascaba su nuca en un ademán de molestia e incomodidad —Te escondes del mundo como si fueras la única persona que está sufriendo. Te la pasas huyendo de tus emociones cada que te enfrentas a un problema, estás teniendo un orgullo completamente innecesario y nunca dices lo que de verdad estás sintiendo. Haces que las personas se enloquezcan tratando de descifrar qué carajos es lo quieres— concluyó Minho mientras volvía a subir su tono. Esta vez, una mano en su pecho logró llamar su atención. Chan, quien había estado observando la pelea, había decidido intervenir al ver la atención innecesaria que la pareja estaba recibiendo. Además, el mayor de los tres sentía que si dejaba que la pelea continuara, sus dos amigos podrían nunca reconciliarse. —Es por eso— dijo en un susurro Jisung, llamando la atención de los dos jóvenes —Sé que soy ese tipo de persona — concluyó mientras observaba el piso, avergonzado por la presencia de Chan. —Esto es demasiado para mi. Jisung, estás siendo demasiado.—Estas últimas palabras, Minho las dijo con un tono más calmado, pero que aún dejaba ver su molestia. —Suficiente— interrumpió Chan viendo que Jisung se había tensado más de lo normal al haber escuchado a Minho. —Nos vamos— concluyó el mayor, llevándose a Minho con él y dejando a Jisung solo.

Just Say Yes  [MinSung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora