La ausencia de calor a su lado, hizo que Jisung poco a poco se sintiera más consciente de su entorno. Se ajustó a la luz del día y perezosamente abrió los ojos en búsqueda de su novio, pero encontró un espacio vacío a su lado. Sin embargo, la presencia del mayor en el apartamento fue delatada por el sonido de algunas cosas siendo movidas en la cocina. Jisung, envuelto en una de mantas que había en su cama, se levantó y se adentró, con algo de cansancio, a la cocina. Minho, quien había estado ́ preparando el desayuno para ambos, se acercó al menor y dejó un suave beso plantado en los labios del rubio —Buenos días, amor—dijo Minho, al separarse de Jisung. Antes de que pudiera volver a prestarle atención a lo que cocinaba, fue sorprendido por el puchero que nacía en los labios del menor. —¿Qué pasa, príncipe?— Preguntó el mayor con suavidad, mientras se acercaba al rubio. Sin Decir nada, Jisung cambió su puchero y rodeó con sus brazos el cuello de Minho, mientras estiraba sus labios, esperando a que el mayor respondiera su silenciosa petición. Ver a Jisung demandar cariño, era una de las cosas que más enternecían a Minho, pero no por eso se lo dejaba fácil. Le regaló a su novio una sonrisa ladina y traviesa para después preguntar —¿Si no lo pides, cómo voy a saber qué es lo qué quieres?— Jisung, quien no pensaba perder en aquel juego que a su novio tanto le gustaba, rodó sus ojos y alejándose de Minho sacó su lengua para después responder —Al caso que ni quería— Quiso voltear rápidamente, pero fue detenido cuando Minho tomó su mano y lo atrajo nuevamente a su cuerpo —Tú ganas— dijo Minho con una voz más ronca. Los ojos de Jisung, que brillaban con fuerza, y el color en sus mejillas delataban el efecto que el mayor tenía sobre él, y a Minho le encantaba, por lo que se inclinó y depositó en los labios del menor un beso más profundo y cálido. Al separar sus labios, el mayor empezó a repartir pequeños besos por toda la cara de Jisung, haciéndolo reír mientras se quejaba. Después de unos segundos, ambos jóvenes se veían con el cariño que desbordaba de sus corazones. Jisung se empinó nuevamente y dándole al mayor un suave y rápido beso en la nariz dijo —Te amo, Honnie. — hizo una pequeña pausa y sonrió ampliamente, con esa sonrisa que llenaba los días de Minho de colores que nunca antes se había detenido a admirar —¿Te puedo ayudar en algo?—Continuó, mientras Minho sonreía y dejaba que su novio se alejara un poco de su agarre — Ve y recuéstate, ya todo va a estar listo. Te llevo el desayuno a la cama, aprovechando que está haciendo frío ¿si?— dijo el pelirrojo mientras supervisaba la comida. Jisung dio varios saltitos en su lugar y después de darle un beso en la mejilla a su novio, se dirigió rápidamente a su habitación mientras gritaba — ¡Eres el mejor!— Minho solo podía sonreír desde la cocina, preguntándose en qué momento su vida se había transformado en todo aquello con lo que alguna vez había soñado.
Los últimos dos meses le habían devuelto el calor al corazón de Jisung, con cada beso, con cada caricia, los trazos del dolor en el alma del menor parecían sanar. Las cadenas que alguna vez lo ataron, habían desaparecido y lo dejaban moverse con libertad alrededor del mayor. No había sido fácil, pero ambos estaban comprometidos a dar lo mejor de cada uno para mantener una comunicación sana, evitando aquellos malentendidos que por tanto tiempo habían dañado la relación que tenían. Minho se esforzaba en conocer aquellas cosas que Jisung trataba de ocultar, lo escuchaba, lo amaba tal y como era y jamás le pedía pretender sentir algo que no quisiera. Tener a alguien que lo quisiera de esa manera, lo respetara y lo entendiera, era lo único que Jisung había querido encontrar por tanto tiempo y ahora, con Minho ahí, se hacía evidente.
El inicio del invierno, llegaba con fuertes oleadas de frío que los hacía sentir más perezosos que de costumbre, por lo que estar en cama de Jisung, simplemente disfrutando de la compañía del contrario era más que suficiente. Terminaban de desayunar, mientras continuaban la película que el día anterior no habían podido concluir, consecuencia de la sesión de besos que había iniciado Minho después de un fingido enojo por parte del menor. Jisung quien había terminado primero su comida, se recostó sobre el pecho del mayor, quien terminaba de tomar su café y parecía realmente concentrado en lo que sucedía a través de la pantalla. Jisung se permitió cerrar los ojos para disfrutar del calor que el mayor le proporcionaba. Mientras escuchaba los latidos del corazón del pelirrojo, se dio cuenta cómo el invierno se había vuelto una excusa tonta para compartir el tiempo con Minho y llenarlo del amor que por tanto tiempo había ocultado. Con el invierno llegaban muchas otras fechas que Jisung prefería ignorar, pues por mucho tiempo habían sido fechas que le recuerdan aquella frialdad que se había instalado en su interior. Sin embargo, por algún motivo, pensar esas fechas con Minho en el panorama le generaban bastante ilusión. Sería la primera navidad que podría compartir con el mayor y eso lo llenaba de alegría por lo que, sorprendiendo a Minho que creería que su novio estaba dormido, se levantó rápidamente y dijo —Amor, ¿Quieres hacer una cita navideña hoy?— Minho, quien observaba la bella sonrisa de Jisung contestó —Ángel, pero todavía falta mucho para navidad. Hasta ahora está empezando el mes ¿Por qué quieres hacerla hoy? — preguntó curioso, viendo como la mirada de Jisung se tintaba con algo de tristeza. Jisung pensó unos segundos y tomó la palabra —No sé, solo se me ocurrió que podía ser algo lindo para los dos. Hace años no decoro o hago algo navideño aquí en mi casa porque siempre está vacía y no es como que las festividades me la pase aquí, pero este año estás tú y no sé. Cómo estás tanto tiempo aquí, pensé que sería bonito... Aunque tienes razón en que podríamos hacerlo otro día.— Concluyó mientras se volvía a recostar cerca del mayor. Minho pensó por unos segundos y se levantó de la cama confundiendo a Jisung quien lo veía con curiosidad —¿Qué estás esperando? La navidad no se va a armar sola— Dijo el mayor con una dulce sonrisa en su rostro. Jisung se levantó emocionado y se lanzó a los brazos de su novio —Gracias— dijo el menor, mientras apretaba a su novio. —Lo que quieras, siempre a tus órdenes —dijo Minho con gracia, para después separarse un poco el cuerpo de su novio y plantar un corto beso en la frente del menor, quien fruncía el ceño ante el comentario anterior —Te amo, precioso. Vamos—
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Just Say Yes [MinSung]
Fiksi PenggemarJisung, un chico amigable y en apariencia feliz, se refugia en la promesa de no enamorarse de nuevo, intentando huir de su pasado. Conoce a Minho, quien esta dispuesto a hacerle entender que puede soltar sus miedos para amar libremente. o donde...