Just Say Yes [MinSung]

VIII

Después de casi un mes, el proceso judicial contra su padre había terminado, faltaba terminar el papeleo, pero por fin todo el sufrimiento había terminado.  A lo largo de este proceso, Minho había tenido que experimentar muchas emociones, se sentía culpable por haber decidido ir en contra de su padre y decepcionado por la falta de apoyo de su madre, quien siempre estuvo del lado de su esposo. Si no fuera por el testimonio que había presentado la señora Da Eun quizás la policía no habría tenido motivos suficientes para continuar la investigación y encontrar a su padre culpable. Sin embargo, ya habiendo terminado el proceso, Minho se sentía libre. Se había dado cuenta que tenía a su alrededor personas que lo apoyaban y a quienes podía llamar su verdadera familia. Sus amigos no habían dejado su lado a lo largo de esas semanas, lo cuidaron y sostuvieron todo el dolor que le pesaba, se esforzaban por hacerlo reír y por mantenerlo saludable incluso cuando ellos evidentemente también estaban cansados. Aunque Minho se sintiera un poco apenado por todo lo que ellos tuvieron que pasar, sabía que ninguno de ellos lo resentía o algo por el estilo.

Poco a poco decidió reintegrarse a su antigua rutina, ya se había cansado del encierro y se sentía lo suficientemente bien como para seguir adelante con una vida nueva, una en la que pudiera ser libre y feliz. Se arrepintió casi inmediatamente al ver la cantidad de trabajo que tenía que adelantar en sus clases, quería volver a su cama y fingir demencia por un poco más de tiempo. No lograba comprender cómo en un mes se había acumulado tanto. Agradecía a Jisung y Chan el haberlo ayudado con las clases que compartían pues al menos estaba al día con todas las cosas que se habían enseñado y eso haría el proceso de entrega de ciertos talleres más rápido. Además de esto, con ayuda de Chan, logró comentar su situación ante el consejo académico, quienes fueron bastante comprensivos y hablaron con los distintos profesores para alivianar un poco de la carga que Minho estaba recibiendo. Con esto en mente, Minho logró relajarse un poco, tenía el tiempo suficiente para adelantarse y volver normalmente al ritmo universitario sin necesidad de un esfuerzo sobrehumano.

Algo que realmente lo animó, fue ver que Jisung ya no era un extraño en la universidad. Desde que se reincorporó, vio como Jisung se había empezado a sentar con Chan y ahora con él.  Ya no tenía que verlo sentado en el otro extremo del salón y tampoco tenía que verlo salir de este antes de siquiera intentar hablarle y eso lo alegraba mucho. Era bastante curioso la manera en la que se habían conocido y en la que se había desarrollado su nueva amistad y cercanía, pero Minho no se arrepentía de nada, de hecho, disfrutaba la manera en la que las cosas se habían dado pues le había permitido conocer a Jisung más rápido de lo que alguna vez pensó en hacerlo. Del mes que había pasado, casi todos los días los había compartido con el menor, quien se aseguraba de visitarlo y alegrarlo con sus varios chistes y anécdotas. Solo había una cosa que a Minho le causaba problemas y es que su nuevo amigo ya no solo le atraía sino que ahora le encantaba completamente. El haberlo conocido y el haber sido cuidado por él, dejaba a Minho en un profundo dilema pues nunca espero que su fijación en el chico se convirtiera en un enamoramiento del cual ya no se pudiera deshacer. No sabía lo que pensaba Jisung y no quería arriesgarse a arruinar las cosas con él, por lo que se esforzaba en mantener sus sentimientos ocultos lo cual era más difícil de lo que parecía cuando todo lo que Jisung hacía transmitía una sensación de corriente por el cuerpo de Minho, acelerando sus latidos y amenazando constantemente con enrojecer sus orejas que gracias a lo largo de su pelo se cubrían bien la mayor parte del tiempo. Sin embargo, ahora que compartían más espacios juntos, Minho se sentía realmente feliz e intentaba ignorar aquellos sentimientos que podían resultar problemáticos.

Al llegar el final de la semana, Minho, Chan y Jisung se dirigían a la última clase del día, Composición. Mientras caminaban, Chan y Minho recibieron un mensaje en sus celulares. Jisung quien se sintió levemente excluido de la atmósfera que rodeaba a los dos mayores, preguntó — ¿Qué pasó?— Minho desvió la atención de su celular a su amigo y  contestó — Changbin va a hacer una reunión mañana en su casa celebrando su cumpleaños, dijo que si tu y tus amigos querían venir son bienvenidos—comentó en tono cálido ante la mirada atenta de Jisung. —Estoy seguro de que Felix y Jeongin no se lo perderían— dijo animadamente el menor de los tres mientras se dirigía al salón ignorando la mirada decepcionada de Chan, quien no pasó por alto la ausencia del nombre del mejor amigo de Jisung. Cuando entraron al salón,  Jisung se sentó cerca a la ventana y Minho tomó asiento a su lado. —Y es así como en un mes te reemplazan— dijo Chan agarrando su pecho en un intento de sonar dramático mientras se sentaba enfrente de ellos, ganándose una mirada asesina por parte de Minho y un leve sonrojo por parte de Jisung quien desvió su mirada a la ventana en un intento por ocultarlo.