31. Maravilloso

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Rubén

Toco la puerta y espero durante un momento. Me acomodo la máscara de Scream que llevo puesta y me río atrás de la misma cuando veo el rostro de Azura al abrir.

-Boo. -digo y ella se echa a reír.

-Qué miedo. -dice y levanta la máscara para luego inclinarse hacia adelante y darme un beso.

Apoyo mi brazo en el marco de la puerta y con la otra, atraigo su cintura mientras me dejo llevar por el ya muy largo beso de saludo.

-Lamento la tardanza, hay muchos niños en las calles y tuve que venir más despacio de lo normal. -le digo cuando nos separamos. Levanto las bolsas del suelo y me adentro en el apartamento.

-No te preocupes, de todas maneras la tarta de calabaza todavía está en el horno. -me dice cerrando tras de sí.

-Ya decía yo que tu casa olía a calabaza. -le digo.

-Bueno, había que aprovechar la fruta y la pulpa que extraje para hacer esto. -me dice yendo a la cocina y trayendo dos calabazas pequeñas, huecas. -Ya que es Halloween, pensé que sería buena idea si le hacemos caritas y las ponemos en la ventana.

Sonrío inmediatamente.

-Bueno, de pequeño me decían que tenía talento para hacer calabazas muy aterradoras.

Ella alza una ceja.

-¿De verdad?

-Sí, eran tan horribles que espantaban. -confieso y ella se echa a reír.

-Supongo que puedo ayudarte. -dice y me entrega una de las calabazas.

-Me parecería la mejor idea, pero ¿Será que nos dará tiempo de ver la película y cenar? Ya son más de las 7.

-No veo el problema. -dice y deja su calabaza en la mesa de café del salón. -Aún es temprano y ya eres un adulto que puede salir hasta altas horas de la noche... también podrías quedarte. -murmura eso último mientras se sienta sobre el suelo, pero le oigo perfectamente.

-¿Y hacemos pijamada? -digo sentándome a su lado.

Ella se ríe.

-O podríamos dormir sin los pijamas.

-Es una proposición bastante interesante a la que no podría negarme. -digo y ambos reímos. Sus mejillas están sonrojadas. -Me encantaría quedarme, pero ya veremos que decido al final de la velada.

Ella sonríe mientras me ve y asiente.

Cambiamos de tema de conversación y comenzamos a realizar nuestras calabazas. Ella me ayuda a hacer el boceto del rostro y cuando comienzo a cortar, va a sacar su tarta del horno. Hasta aquí llega el delicioso aroma del postre y de inmediato se me antoja.

-Hay que dejar que se enfríe. -me dice devolviéndose a su lugar junto a mí en el suelo.

-Huele espectacular.

-Es la receta de papá... Siempre la preparaba cuando era pequeña. -dice y aparta su vista de mí para ver su calabaza y seguir dibujando la cara en ella.

-Zu... ¿Puedo preguntarte algo?

-Sí.-responde sin mirarme.

-No respondas si no quieres, pero me causa mucha curiosidad saber por qué casi no hablas de tus padres.

Ella tuerce el gesto y deja el lápiz a un lado.

-Es una larga historia... Papá falleció hace un tiempo y de mi madre... De hecho llevo sin saber mucho de ella desde... No tengo ni idea, pero han pasado ya varios años.

Siempre Juntos Chicos (SC Libro #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora