25. Pretextos

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Lucy

Miro el reloj en mi teléfono, dejo mi computadora a un lado y procedo a llamar a mi hermano menor. Anoche nos contó todo lo que había sucedido con este tal Iván supuesto amigo suyo. Aparentemente Derek ya sabía parte de la historia y me ofende mucho ese hecho, pero no voy a ponerme a discutir con Alex por eso, ya todos estamos enterados, aunque lo último que supimos es que estaba junto con Hattie en el hospital mientras llamaba a la policía. Eso fue ayer a altas horas, no leí todos los mensajes hasta por la mañana, mis hermanos igual, desde entonces, él no se ha vuelto a comunicar y eso me preocupa, sé que está bien, sin embargo quiero saber cómo van las cosas.

-Alex, al fin contestas. -Le digo en cuanto responde mi llamada.

-Me ibas a llenar de mensajes si no lo hacía, supongo que querrás saber cómo están las cosas por acá.

-Sí, ¿Qué ha pasado? ¿Alguna novedad?

-Según las pruebas que le hicieron a Hatt para saber qué le pusieron a su bebida, resulta que no le dieron precisamente droga, al menos no una ilegal, eran somníferos, pastillas para dormir. El doctor dijo que fue una dosis muy precisa para que diera efecto rápido y a la vez que no le hiciera daño a la persona al mezclarlo con alcohol.

-Evidentemente no era la primera vez que ese tipo hacía algo así.

-No, lo interrogaron a él y al otro tipo que estuvo con Hatt, Iván no confesó, aun así le encontraron diferentes tipos de pastillas en su habitación de la residencia, mientras que el otro lo dijo todo, además de que no era la primera vez que lo ayudaba. Comienzo a sospechar de que el día que pasaron las cosas entre él y yo, pudo haberme administrado algo, quizá no un somnífero, pero algo para siquiera atontarme porque nunca logré explicarme cómo logró convencerme.

-Es lo más seguro, nunca ha sido fácil dar tu brazo a torcer.

-Lo sé, pero no tengo manera de comprobarlo a menos que él lo confiese, las pruebas están ahí, aun así Iván no parece querer abrir la boca.

-¿Qué pasará con él? -digo y me reclino en mi asiento.

-Está detenido en espera de un abogado, aunque no hay manera que salga impune, el rector de la universidad ya se enteró del escándalo, dijo que lo van a expulsar de la facultad, a él y a otros cómplices y la verdad que con eso me conformo un poco.

-¿Cómo está Hattie?

-Un poco conmocionada, pero bien, fuimos a testificar a la comisaría y ahora estoy con ella en su residencia.

-Me alegra que esto no haya pasado a mayores.

-Sí, pudo ser peor, pero logré resolverlo a tiempo. -dice y suspira.

-Estoy orgulloso de ti, Alex.

-Soy un Roberts, tengo que dejar mi apellido en alto donde sea que llegue.

-Por supuesto. -sonrío. -¿Te harán algo a ti?

-No, tomaron el golpe de Caleb como defensa propia y, ya que fue fuera de las instalaciones de la universidad, no tendré consecuencia alguna.

-Me alegra escuchar esto... realmente me habría gustado hacer lo mismo cuando pasó todo este tema de Chase, ese imbécil se merecía unos años en prisión, pero fui tan estúpida que no pensé en usar a la policía. Aunque no me arrepiento de haberlo lanzado por el acantilado.

-¿Qué fue de él?

-Resulta que lo expulsaron de la escuela militar porque los mandos mayores supieron de todo lo que hizo y según sé, atraparon al otro tipo, dueño de la página esa, no sé cuántos años le dieron, pero estará preso largo rato.

Siempre Juntos Chicos (SC Libro #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora