Extra: Rubén

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Rubén

Llego a casa luego de una larga jornada de trabajo, es hora de la cena y Azura se encuentra en la cocina. Desde aquí puedo oler lo que prepara. Me acerco a ella y la encuentro dándome la espalda, frente a la estufa.

-Llegaste. -se gira y me sonríe. -¿Cómo te fue hoy?

-Bastante bien y ¿a ti? -Digo acercándome, con una mano tras mi espalda.

-Una sesión de más de ocho horas, pero el cliente acabó feliz, se tatuó toda la espalda. -se gira nuevamente en su lugar para seguir cocinando.

-¿Qué está preparando mi hermosa novia? -digo colocándome tras su espalda y rodeando su cintura con un brazo.

-Preparo una salsa blanca para la pasta. -dice girando la cabeza en mi dirección. -Sin duda alguna, esta cocina es un sueño.

-Me alegra que te guste. -digo y procedo a sacar una de mis manos de detrás de mi espalda, dejando a la vista el ramo de flores.

-¿Y esto? -pregunta con una sonrisa.

-Feliz primer año juntos. -beso su mejilla mientras ella me abraza y deja el cucharón que estaba utilizando a un lado.

-¿Era hoy? ¿Ya pasó tanto?

-Sí, y además ya tenemos una semana entera viviendo en nuestra casa. -vuelvo a besar su mejilla.

-Bueno, eso ya no es tanto.

-Pero hemos pasado mucho tiempo aquí. Todos estos meses renovando la casa han sido maravillosos. Sin duda alguna es el ambiente hogareño que quería tener.

-Cierto, hemos pasado por muchas cosas en este lugar... -sonríe de manera pícara mientras alza sus manos y las lleva a mi cuello para rodearlo.

-163. -digo.

-¿Qué?

-163 tatuajes. Creo que si mis cálculos no me han fallado, esos son los que tienes, también conté los nuevos que te hiciste en la espalda y sin duda, mi favorito es el corazón en medio de tus pechos, ya que tengo que quitarte la ropa para apreciarlo mejor.

-Realmente los contaste.

-Te dije que lo haría y estoy muy orgulloso de haberlo logrado, solo me tomó un par de meses.

Ella suelta una risa y se abraza a mi pecho.

-Esto me deja en claro que eres un hombre de palabra, Rubén Roberts.

-Y también cumpliré una cosa extra, aunque esta me la prometí a mí mismo nada más.

-¿El qué? -pregunta.

-Lograr que te cases conmigo.

-Si, claro. -dice y se queda quieta un segundo para luego alejarse de mi pecho. -¿Estás hablando en serio? No sonó como una broma.

-No lo fue. -digo y acaricio su mejilla. -No veo un futuro en el que no estés conmigo. Llegaste en el momento indicado de mi vida, casi como una luz que me hizo recuperar la fe de que realmente sí hay buenas chicas en este mundo... Sé que no hemos tenido esta conversación y que quizá suene a una locura, pero creo que nunca es temprano para hablar de esto.

Se queda quieta, en silencio, aunque parece abrumada, no me aparta la mirada de encima y el brillo en sus ojos oscuros me da esperanza. De repente me siento nervioso, sin embargo nunca estuve más seguro de algo en mi vida.

-Yo... -suelta aire. -El matrimonio siempre me ha parecido un término difícil y una familia... realmente tampoco pensaba si en algún futuro querría hijos. Siempre me ha gustado mucho vivir en el presente y dejarme llevar por el ahora.

Siempre Juntos Chicos (SC Libro #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora