Alex
Cosas que aprendí con mi psicóloga, es que no había terminado de soltar mi antigua relación. Aún tenía recuerdos enfrascados que me atoraba de pensar en el amor, que mi temor es normal luego de una ruptura así, pero que requiere tiempo para sanar y yo no lo estaba haciendo hasta que comencé a verla. No era necesario abrirse al mundo romántico de manera rápida y tampoco estaba mal tenerle miedo al compromiso y a cualquier interacción sexual. No hay nada de malo en mí, solo experimenté muchas emociones fuertes que no sabía manejar.
Backer es la experta, así que le creo de cierta manera.
Sin embargo, vengo de una familia necia, por ello busqué la manera en la que creo será correcto terminar de cortar ese lazo que me mantenía unido a mi ex novio. Sé que es una estupidez total, comienzo a arrepentirme, pero ya estoy aquí y él no tardará en llegar. Necesito esto.
-¿Alex? -escucho su voz. Ha cambiado, pero sigue siendo la de él. Alzo la mirada de mi teléfono y lo veo.
Han pasado cuatro años desde la última vez que lo vi, ha cambiado mucho, ya no es un chico de 16, evidentemente. Ahora probablemente igual de alto que yo, ya no es tan menudo, ha ganado músculo, pero no exagerado, ni usa esas gafas de pasta dura, el piercing que tanto me gustaba se ha ido y lleva un corte fresco en el cabello.
Creí que me desmoronaría tenerlo en frente de nuevo, que lloraría de impotencia o terminaría huyendo. Pero no hay más que ansiedad, no me siento atraído, ni hay tristeza, ni enojo. Solo los nervios de ver a quien te rompió el corazón alguna vez.
-Hola, Oliver. -le digo y señalo la silla frente a mí.
-¿Cómo te va? -dice tomando asiento.
-¿Nada mal y a ti?
-Muy bien, afortunadamente.
-Supongo que es algo extraño vernos de nuevo. -digo para alivianar el ambiente tan tenso que siento.
-Sí, ya ha pasado un tiempo... Aunque no has cambiado mucho, tal vez en el cabello y altura.
-Tú sí, debo de admitirlo.
-Bueno, ya tengo veinte, dejé de ser un niño. -se encoge de hombros.
-¿Puedo tomar su orden? -la camarera nos dice.
-Café americano. -digo.
-Un batido de chocolate. -él pide. La chica se retira y nos deja solos de nuevo.
-Creo que lo ideal es ir al grano. -declaro inclinándome en la mesa.
-Supongo que quieres respuestas. -dice y suspira.
Asiento y él aprieta los labios.
-Solo necesito saber qué fue lo que en realidad pasó para poder darle un fin a esto, uno definitivo.
-Claro y lo entiendo, debí ser yo quien te hablara primero y explicártelo, pero no podía... Yo me avergüenzo por lo que te hice, no merezco tu perdón, sufrí mucho al respecto. Imagino que tú sufriste el doble y no quiero justificarme. Te hice daño, esos últimos meses la estaba pasando mal y por eso te traté horrible y discutimos tanto, no es excusa, es la verdad.
-¿Pasándolo mal en qué sentido? -pregunto curioso.
-Mi padre... Él me estaba hostigando porque supo que yo soy gay y que de hecho tenía pareja. No lo aceptaba y me comenzó a presionar para que rompiera contigo o dejaría de pagarme la escuela, a pesar de ser su obligación hacerlo. Mamá se encontraba verdaderamente molesta también, eso por el asunto de que dejé de contarle cosas y la alejaba, no sabía lo de papá y le fue más fácil echarte la culpa a ti de mi comportamiento.
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Siempre Juntos Chicos (SC Libro #3)
Teen FictionLIBRO #3 "SAGA CHICOS" Tres años después del incidente que le puso pausa a su vida normal y cotidiana, Lucy regresa con una mejor versión de sí misma. Ahora es una Lucy de 22 años, una recién graduada de la universidad y una de las caras principales...