19. Nostalgia

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Amanda

En ese último minuto, cuando todos estábamos demasiado nerviosos al no saber que pasaría, veo claro como Derek lanza el balón con más fe que la de toda una iglesia reunida cuando alguien del equipo contrario está por quitárselo, y como cae en la canasta de una forma casi perfecta.

La multitud se levanta, incluyéndonos. Todos gritan y aplauden. Miro a los chicos y a Amelia una y otra vez, emocionada.

Derek grita de la emoción y en cuanto me ve entre la gente me hace una seña desde la cancha para que vaya y bajo las gradas lo más rápido que puedo. Una vez que llego a donde se juntó el equipo y la gente empiezo a buscarlo con la mirada.

Pero no es a él a quien me encuentro primero. Veo a David corriendo hasta mi y antes de que lo pueda saludar siento sus manos pasar por mi cintura y como me levanta, en un abrazo.

—¡Gray, ganamos! —chilla, apretujándome antes de bajarme. Está lleno de sudor, si fuera Derek podría tolerarlo, pero me siento extraña con el.

No me gustó que me abrazara así como así, pero ya no podía hacer nada.

—Felicidades —digo, aún buscando a Derek entre la gente. Cuando regreso mi mirada hacia él se está pasando una mano por el cabello, nervioso—. ¿Pasa algo?

—Es que yo... —se pasa una mano por el cabello de nuevo, lo que me hace perder un poco la paciencia, y suspira—. En serio te ves muy bien

—Si, ya lo habías dicho —desvío la mirada, incómoda, y diviso a Derek a un par de metros, cuando me mira le hago una seña para que se acerque

—No me entiendes —vuelve a llamar mi atención—. Gray, yo... ya no puedo con esto, lo siento.

Lo miro, sin entender de que está hablando, pero me quedo inmóvil cuando da un paso hacia mi y me toma de la cintura de nuevo, pero esta vez para besarme.

La sensación está muy lejos de ser agradable, pero es como si el cuerpo me fallara y no pudiera hacer nada para evitarlo.

El trata de seguir con el beso pero el terror me invade cuando recuerdo donde estamos. Lo aparto usando ambas manos y lo miro, con horror, pero el no quita su mano de mi cintura.

—Vuelve conmigo, Gray —dice, con una enorme sonrisa.

—¿Qu...?

Derek llega y lo aparta de un empujón, haciendo que David casi se caiga de culo sobre la cancha.

—¿Qué te pasa? —espeta Derek.

—¿Qué carajos te pasa a ti? —David da un paso hacia delante, como si estuviera tratando de retarlo.

—Que está más que claro que ella no quiere que la beses —hace un ademán con la cabeza hacia mi.

—¿Eso a ti que te importa?, ¿es tu novia acaso?

Derek lo empuja de nuevo, esta vez con más fuerza. Se que incluso si les hablo, ninguno escuchará.

Miro hacia otro lado, en busca de ayuda, pero mi mirada se topa con más de una docena de personas viéndonos. El estomago se me revuelve cuando veo a algunos grabando la pelea. Entre estos está Liliana y su grupo, pero a diferencia de la mayoría, ella me mira con algo de tristeza en el rostro.

Unos profesores se dan cuenta del problema y caminan hacia nosotros, por lo que me centro en Derek y David, que continúan dándose empujones e insultos

—¡Pues solo digo que deberías relajarte, amigo! tampoco es tu problema lo que haga o no, ¿sabes? —le dice David.

—¿Y desde cuando tú decides por ella?

Una Novia Para Amanda GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora