10. Propuesta

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Amanda

Estoy hablando con Derek mientras caminamos por el pasillo hacia la primera clase. Le voy contando a detalle mi día con Amelia, desde lo hermosa que se veía, hasta cuando casi se queda dormida sobre mi hombro mientras veíamos una película. Una de las cosas que me gustan de Derek es que el fácilmente podría escucharme hablar atentamente por horas sobre las cosas que me gustan o me entusiasman.

—Haces mas cosas con ella en un día de lo qué haces conmigo cuando vas a mi casa.

Nos detenemos en su casillero para que recoja sus cosas, y mientras el lucha contra sus libros que se niegan a acomodarse, yo estoy recargada en el casillero de alado, tengo la mirada perdida en el pasillo, viendo a la gente qué pasa junto a nosotros.

Antes solía disfrutar de observar a las personas, me gustaba ver los diferentes tipos de personalidades que tienen, su forma de caminar, de vestir, e incluso de expresarse. O al menos así era antes de que toda esa gente empezara a verme raro.

Entre la multitud reconozco a alguien, es Lilliana. Camina decida por el pasillo, y al verme parece venir en mi dirección, pero a un par de metros de distancia, nota a Derek junto a mi y se detiene, veo algo de duda en su mirada. Niega con la cabeza y sigue caminando, lejos de nosotros. Yo solo la miro mientras se aleja, pero no le menciono nada a Derek.

En las pocas clases que compartíamos, Derek, Amelia y yo hablábamos sin parar, sobre posibles planes y sobre lo mucho que tardamos en quitarnos todo el delineador de la cara Amelia y yo. Incluso cuando caminábamos por los pasillos, de camino a otra clase, Amelia y yo seguíamos hablando y riendo, sin importarnos las evidentes miradas sobre nosotras. El día se sentía tan bien, hacía mucho tiempo que no tenía unos como estos.

Cuando todo termina, le digo a Derek y Amelia que se adelanten a la salida, ya que olvidé sacar uno de mis libros, que para mi mala suerte necesito para una tarea.

Mientras camino tranquila por los pasillos, viendo a algunos alumnos camino a la salida y a otros quedándose a limpiar las aulas, mi celular vibra, al principio creo que no es nada importante, pero después pienso que quizás es mi mamá preguntando por qué no he salido. Lo saco de mi mochila y al verlo noto que es un mensaje de Mary, mi corazón da un vuelco de la emoción.

También envió una foto, es una captura de pantalla de una de las publicaciones de la cuenta de chismes, específicamente una foto donde estoy con Amelia por los pasillos. Es ahí donde caigo en cuenta que no le he contado nada sobre lo que ha estado pasando en mi vida.

Mary: ¿Eres tú la de esta foto?

Mary: Necesito que me cuentes a detalle que esta pasando. Si es en uno de esos audios de media hora mejor :))

No puedo evitar sonreír al leer el mensaje. Me detengo en mi casillero, y al abrirlo comienzo a grabar un audio, aprovechando que no hay nadie pasando. Me aseguro de poner el pequeño candado que sale al presionar el botón para que no se deje de grabar el audio cuando pongo mi celular en mi casillero.

Le empiezo a narrar mi terrible intento de resumen sobre mi vida, y me doy cuenta que estoy olvidando unas partes, me quedo pensativa unos segundos, volteo hacia otro lado y veo a Lilliana viniendo en mi dirección.

—Creo que... la gente está exagerando todo, ¿Sabes? —no le doy importancia a la presencia que se acerca a mi y tomo mi celular para después cerrar mi casillero—. Como sea, ¿que tal te va en la universidad alguna nove... ?

Y justo cuando estoy en medio de mi narración siento una mano rodearme el brazo y como me jala hasta un pequeño cuartito que está enfrente de mi casillero, donde los conserjes guardan escobas y productos de limpieza.

Una Novia Para Amanda GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora