Por la mañana, salí muy temprano excusándome en ir a ver a Alicia, cuando lo que no quería era encontrarme con Alexey. Preferí pasar por diez minutos de reclamos por parte de ella, pues ese sujeto fue ahí preguntando por mí y está de más decir que todos se molestaron conmigo y con él.
La señora me ordenó que deje de provocarlo, suficientes problemas le causo insistiendo en seguir trabajando con Fiorella como para buscarme más.
—¿No tienes noticias? —preguntó la matriarca al darme un vaso de leche. Su expresión desencantada me dice que, en caso de que no tenga nada nuevo que contarle, no tengo motivos para venir aquí.
—No... —respondí mirando el interior del vaso—. Ah —levanté la cabeza para mirarla—, Stan golpea a Karen, ¿eso te sirve?
—¿Estás segura? —abrió los ojos como si quisiera sacarlos de sus órbitas. Me encogí de hombros—. ¡No me digas nada si no estás segura! —se quejó—. Averigua si todavía tienen un cliente... Es de la familia Farrah, pero siempre cambian al representante, ya sea el papá, el hijo o hasta el nieto.
—Farrah trabaja en tráfico de armas —susurró Marina—. El dinero que utiliza para mover su mercancía lo tiene que conseguir de otro lado; ILIA.
—Si averiguas si todavía hay trato entre ellos, sería lo que necesitamos para hacer que la Interpol pongan los ojos en ILIA.
«Por lo tanto, en Alexey», pensé. Logan me miró por el rabillo del ojo, por lo general, este no dice mucho con respecto a ILIA, sin embargo, sé que termina tomando el lado de Alicia y siempre está de acuerdo con ella.
No dije nada, aunque, el no dar una respuesta negativa, fue suficiente para Marina y la matriarca, quien de inmediato subió a arreglarse, pues debía llevar a los niños a la escuela.
—¿Encontraste mi bolígrafo? —le cuestioné a Logan después de que su hermana también se retiró.
—Nadie lo vio.
—Está bien...
Antes de que Alicia volviera a bajar, salí de la casa sin despedirme.
En el Liceo me solicitaron ir a contestar un formulario sobre mi experiencia con la Prueba de Nivel, demoré cinco minutos, aun cuando el profesor dijo que no me presionara. La verdad es que mi única intención era no pasar mucho tiempo con esos chicos, el de cabello largo me fastidia.
Ya que me encontraba en el edificio más alto, en lugar de salir, subí a la azotea.
Tomé asiento justo en medio del techo, eché la cabeza atrás y miré el cielo. El sol irradia a todo su poder. Creo que a mi piel le hace falta quemarse un poco.
Comenzó a correr el aire, tanto que me ardieron las sienes.
Mi cabello no ha terminado de sanar. Los dedos no me lucen tan bien como deberían. Las cicatrices no han desaparecido. El estómago se me sigue retorciendo siempre que ingiero nuevos alimentos o en grandes cantidades. Me molesta la muela partida. Y mi rodilla nunca recuperó su estado original, incluso puede verse una mancha oscura.
Retiré una cinta de mi mano por un momento, nada más para revisar las marcas y observar la palma de mi mano derecha, donde me atravesé la varilla en aquella ocasión. Aún sigue ahí la cicatriz y de vez en cuando me da comezón, en señal de que la infección se quedó dentro.
Del aula de Música, a dos edificios de aquí, comenzó a emerger el sonido de una melodía interpretada en vivo.
Conozco esa canción, es de... Sé que la recuerdo... Diamons, Rihanna.
Me incorporé, pensando en la letra; dejé la chaqueta roja a un lado; me aproximé a la cornisa, la cual sujeté con ambas manos y tomé impulso para trepar de un salto, subiendo primero un pie y enseguida el otro. Ya arriba, con cuidado me fui enderezando y, una vez de pie, emprendí el camino alrededor. Un pie delante del otro.
Justo al partir el coro, aventé los brazos al aire.
Avancé dos pasos, di una vuelta en mi eje, avancé otros dos, retrocedí uno y seguí avanzando, tambaleándome conforme escuchaba los acordes.
Creo que nunca había sentido el viento en el cuerpo. La blusa que llevo es holgada, lo que le permitió al aire ingresar debajo y enfriar mi estómago. Jamás pensé que fuera así de agradable. Poco me importaron mi cabeza y sus propios dolores... Estar viva se sentía de otra manera.
—¡Jane! —escuché el grito de Vivian, posterior a girar sobre un pie.
—¡Bájate de ahí! ¡Dios, te vas a caer! —le siguió Harmony, a punto de llorar.
Me detuve una vez que la música dejó de ser el único sonido en mis oídos. Sentí que me jalaron de un brazo y, en el momento en que caí de la cornisa, unos brazos me atraparon con fuerza.
Fue Mijaíl. Me alejé del chico, en su lugar, fui a buscar mi chaqueta y me la puse.
—¿Qué hacen aquí? —pregunté con tranquilidad.
—¡¿Qué, qué hacemos aquí?! ¡Te vimos desde allá abajo a punto de aventarte! —vociferó Vivian.
—No me iba a aventar —repuse. Luego miré al otro lado de la cornisa y calculé la distancia hasta el suelo—. Habría sido un golpe muy duro.
—¿En serio no pensabas... dejarte caer? —inquirió Ulises, con evidente preocupación.
—¿Por qué haría eso?
Todos guardaron silencio, solo que yo esperaba su respuesta, en serio. La chica de cabello rosa se humedeció los labios, los mordió y tomó impulso para hablar.
—Vamos a ir a mi casa —mencionó—. Ven con nosotros, ¿quieres?
—Pero aléjate de la orilla —añadió Vivian.
Rodeé los ojos, buscando los motivos de las expresiones de todos, incluso Sander parece un tanto intranquilo.
Fui con Mijaíl en su camioneta. Pensé que alguien más vendría con nosotros, no obstante, el chico no le dio acceso a nadie más.
—¿Por qué te subiste a la cornisa? —cuestionó durante el camino.
—Quería ver cuánto alboroto armaba —Me quise reír al recordar la expresión que los forajidos pusieron.
—No es gracioso —dijo el otro, disgustado.
—No, no es... —le di por su lado.
Pensé en Hugo y su falso intento de suicidio con tal de evitar mi operación. Nunca voy a terminar de agradecerle. Si él salvó mi vida, debería valorarla un poco más. Insisto, no pensaba aventarme, aunque nada asegura que no me cayera por accidente.
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[2] CCC_Catarsis | TERMINADA | ©
Teen Fiction🖤 La propuesta de matrimonio de Alexey es la única oportunidad que tiene Janette de ayudar a su familia, sobre todo, a Derek. Es momento de destapar todo el trasfondo del conflicto entre la familia De'Ath y Ginebra, donde Jane se encuentra justo en...