—Hoy vamos a estar en el café de Niko —anunció la chica dirigiéndose a mí, a la par de abrir su casilla—. Si gustas...
—¡Ginebra! —gritaron detrás de mí, a lo que subí mi hombro derecho en un intento de cubrir mi oído. Enseguida, Yale se acercó y puso una mano cerca de su hígado, mientras recuperaba el aliento—. Necesito... ¡Ah! —se apretó el estómago—. Necesito que hagas la prueba, me quedé sin tres estudiantes...
Lo miré de arriba abajo.
—No —intenté seguir avanzando.
—Oye... —me iba a tomar del brazo, solo que se detuvo sin que tuviera que pedírselo yo misma. No sabe todo sobre mi condición, pues él, como otros, piensa que únicamente aborrezco que me toquen—. Por favor, ya te dije que puedes pedir lo que quieras...
—Es que no quiero nada.
—¿La Prueba de Nivel? —preguntó Ulises. Yale lo señaló apuntando a que estaba en lo correcto, creo que el hombre ya no puede emitir una palabra más.
—Así que eres inteligente —apuntó Vivian, con cierta sorpresa.
No es de extrañar que las personas piensen que no tengo un grado de conciencia, cuando no es así. Aunque no quiero decir que haría algo al respecto para cambiar la opinión que otros tienen de mí, igual sé que se equivocan.
Sander le ofreció una botella de agua al profesor, la cual este aceptó sin chistar. Bebió un trago para luego disponerse a seguir.
—Castillo me dio los resultados de tu prueba de coeficiente, con eso podrías... —enmudeció al momento en que endurecí la de por sí turbulenta mirada.
—¿Quién le dio los resultados de la prueba? —inquirí disgustada y con un tono de voz que ni yo me había escuchado antes.
—... Escucha —habló después de haberse quedado callado durante unos segundos—, linda, yo los solicité porque... Yo sabía, algo me decía que...
—Recuerdo haberla hecho con la única condición de que fuera privada.
—No te molestes, ¿sí? De verdad necesito que hagas la prueba —suplicó con impotencia. Me estresa que en casa tengo que tolerar las peticiones de Alicia y aquí las de Yale.
—¿En serio? —pregunté con la expresión relajada.
—Sí —contestó esperanzado. Inclusive a Ulises y Vivian se les vio aliviados, reacciones que no comprendo, a ellos esto no les interesa—. ¿La vas a hacer?
—No dije eso. Con permiso.
Seguí mi camino hasta el aula que me correspondía. Pensé que, al ser ajeno, el test de IQ se quedaría entre Alicia y el maestro Castillo. Me impacienta que Yale meta sus narices donde le da la gana.
Posterior a finalizar las clases, me quedé al último en el salón para buscar un bolígrafo que dejé caer a media sesión y no quise levantarme a recogerlo, puesto que eso significaba al menos un par de ojos hacia mí.
Gateé debajo de un pupitre, estaba segura de que lo escuché correr hacia la derecha.
La puerta estaba abierta, por lo que no me di cuenta de que alguien entró hasta que oí sus pasos.
Vi un par de botas negras, a lo que me quedé quieta. La persona entró directo hacia el escritorio, se inclinó y luego se enderezó para encaminar hacia mí.
Escuché que colocó un objeto en la mesa sobre mi cabeza. Esa clase de ruidos me siguen poniendo nerviosa, ya que recuerdo al viejo... Suspiré.
Asomé la cabeza y vi mi bolígrafo, además de a Mijaíl.
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[2] CCC_Catarsis | TERMINADA | ©
Novela Juvenil🖤 La propuesta de matrimonio de Alexey es la única oportunidad que tiene Janette de ayudar a su familia, sobre todo, a Derek. Es momento de destapar todo el trasfondo del conflicto entre la familia De'Ath y Ginebra, donde Jane se encuentra justo en...