Capítulo 2

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Nos sentamos a la mesa de la cocina, tomé su libreta y comencé a leer sus notas. Son nombres de animales. Tiene que escribir el nombre de estos en el espacio correspondiente a un lado de cada dibujo.

Al instante me di cuenta de que sus respuestas no estaban mal, pero sí.

—¿Me puedes leer tus respuestas? —le pedí.

El niño se aproximó a la mesa, subió ambos codos y acercó la cabeza.

—Gato, perro, gallo, gallina, vaca, caballo, elefante y tigre —me miró una vez que terminó.

La verdad es que está bien, en cambio, la escritura no, y no me refiero a la letra antiestética, sino a la desorganización de las letras.

—Muy bien...

Agarré un bolígrafo y una hoja en blanco, en ella escribí la palabra «elefante».

—Mira —señalé—. ¿Cuántas letras tiene?

Se aproximó a contarlas.

—Ocho

—Ahora cuenta estas —apunté a su libro, justamente la palabra que él escribió.

—Nueve.

—¿No deberían tener la misma cantidad?

—... —rodeó los ojos.

Lo que él escribió dice «elfelante».

—Vamos a volverlas a escribir, pero letra por letra, ¿de acuerdo?

Asintió y comenzó a borrar sus respuestas.

Con cuidado y atención, escribió cada letra de cada palabra, murmurando mientras tanto. Veo que saca la lengua y la tuerce, además sujeta el lápiz con todo el puño del que apenas resaltan sus huesos.

Yo no le estaba prestando atención a su trabajo, sino a él.

Al mover sus pies en el aire, de pronto me vi en las mesas del salón multiusos estudiando con Pipa. Yo era mucho mayor que Kaede cuando el sujeto comenzó a perseguirme con libros de texto, lo sé porque mis pies sí tocaban el suelo.

Terminamos de hacer su tarea cuarenta minutos más tarde. Nunca antes había tratado de explicar nada, por eso siempre pensé que no me resultaría complicado; pero con Kaede tuve que simplificar tanto como me fue posible porque no me estaba siguiendo el paso. No es su inteligencia lo que me quedó en duda, sino que su inseguridad estaba de por medio y creo que ya vi cuál es el problema; dislexia.

Con respecto a su vacilación, puedo entenderlo, pues a mí siempre me trataban como si fuese estúpida y la verdad es que me tenía sin cuidado, en cambio, quizá a él le genera desconfianza en sí mismo.

Antes de que recogiera su libro, pude ver de reojo que en los ejercicios que ha realizado hay varias marcas rojas. Creo que no le va muy bien en la escuela, situación que Alicia jamás ha mencionado, de hecho, nunca le pregunta a Kaede si tiene alguna situación. La verdad es que, a nadie y no sé si su intención es no poner presión o solo no le interesa.

Tal vez este niño sea hermético, ya que cuenta con Logan y él es bastante fácil de tratar. Incluso, por lo que sé, es con quien mejor se lleva de todos sus hermanos mayores.

—Gracias —me dijo abrazando sus libros y encaminó a su habitación.

Me quedé unos minutos más en la mesa, bebiendo el agua con calma y pensando.

Aunque admito que me gustaba estudiar con Pipa, llegué a pensar que era un desgaste de tiempo para ambos, y resulta que no.

¿Será que Kaede extraña a su padre? Ya una vez me lo dijo, no obstante, es probable que lo añore mucho más de lo que creí. Las malas notas pueden ser su particular manera de comunicar que algo no está bien con él.

[2] CCC_Catarsis | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora