Capítulo VII~¡LO HE ENCONTRADO!

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Erika

Uno de los temas tabú en las bodas es el vestido de novia. Cada novia tiene sus gustos, preferencias y demandas. Las mías en particular son algo...especiales, si eso, especiales. Quiero un vestido que grite sensualidad, con el cual todos se queden con la boca abierta al vérmelo puesto. Parece fácil, pero no lo es. Llevo una semana buscando el indicado. He recorrido todas las tiendas habidas y por haber y nada de nada. No aparece ese gran traje especial. Ahora mismo junto a las chicas y mi madre me dirijo hacia la última tienda disponible. Mi madre es quien va conduciendo.

— ¿De verdad no te ha gustado ninguno, ninguno? — me pregunta Flora. Tanto ella como Noa y mi madre están hartas de ir de allá para acá en busca del vestido especial. Niego con la cabeza suspirando.

— No, ninguno. Todos me parecen preciosos y espléndidos, pero al probármelos y mirarme en el espejo no veo que sean el indicado, el cual grite "estás fabulosa y vas a arrasar con él".

— Sabes que buscamos un vestido de novia y no uno de fiesta ¿no? — me pregunta Noa.

— Por supuesto. Flora tú me entiendes, ya has pasado por esto— mi amiga asiente.

— Sí, te comprendo muy bien, aunque...— todas, menos mi madre pues ella va conduciendo, miramos en su dirección a la espera de que continúe— yo no pasé tanto trabajo. El mío apareció rápido, no soy tan complicada como tú.

— ¿Complicada, yo? — pregunto asiéndome la ofendida a pesar de saber que tiene razón. Soy una persona súper, súper complicada.

— Sí, eres tan complicada como un laberinto en medio del bosque— todas se ríen de su mal chiste. "Porque sí, a mí me parece un mal chiste, ¿algún problema?".

— No es cierto, simplemente no ha aparecido el indicado. Los vestidos de novia son como los hombres, pruebas un montón y al final cuando ya estás al desistir encuentras el correcto— les aclaro, todas se ríen.

— Buena comparación. ¿Eso quiere decir qué si no lo encuentras, Gabriel no es el hombre correcto o me equivoco? —me dice Noa, medito sobre sus palabras un ratico. Supongo que sí; si el vestido no aparece esa debe de ser la conclusión, por muy poco que me guste.

— Supongo— digo algo decaída y temerosa. "¿Si no encontramos el traje querrá decir eso que Gabriel no es el hombre especial por el cual llevo suspirando toda la vida?"

— Venga hija, arriba ese ánimo. Hoy será el día; seguro lo hayamos aquí. En esta tienda hay de todo un poco— asiento sin convencerme del todo. Esas dudas que trato de ocultar vuelven a asaltarme quitándome la paz. Un mensaje me distrae. Sonrío por inercia, con los ánimos por las nubes otra vez al ver de quién se trata.

Gabriel: ¿Ya estás en la tienda de novias?

Yo: No todavía, vamos en camino.

Gabriel: ¿Sigues preocupada por no haberlo encontrado aún?

Yo: Un poco, me da miedo no toparme con uno que me atraiga lo suficiente.

Gabriel: Tranquila mi preciosa sirena de mar, seguramente lo encuentran hoy.

Yo: ¿Pero y si no?, ¿si no coincidimos con uno que me guste de verdad?

Gabriel: Pues seguimos buscando hasta hallarlo y si no aparece retrasamos la boda hasta tenerlo en nuestras manos. Cualquier cosa por hacerte feliz.

Miro la pantalla abriendo mucho los ojos. Por dios pero que dulce es mi chico. Sería capaz de atrasar la boda solo para encontrar un vestido que me guste, que tierno, como lo amo.

EL AMOR EN LA TORMENTA ~LIBRO IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora