Capítulo XXIII~ REGRESARÉ

21 2 0
                                    

Supongo que la suerte solo acompaña a algunos pocos entre los cuales, yo, no me incluyo. Otros dos meses más han pasado desde mi última revelación. He empezado a perder la esperanza por completo. La ilusión es un mal compañero de vida. Te hace sufrir, desear, anhelar y soñar. Mi estado de ánimo ha cambiado más que el de una embarazada y la monotonía se ha apoderado de mí. Me levanto a la misma hora, salgo a trabajar y al volver preparo en ocasiones la cena para luego acostarme. Últimamente ni a las reuniones en la playa he tenido ánimos de ir. Ver tanta alegría me hace deprimirme más.

— Venga Gabriel arriba ese ánimo, sonríe— me dice Alanna entrando en la habitación, suspiro.

— No tengo motivos para hacerlo Anna— digo negando con la cabeza- Mi vida entera se basa en recordar pequeños episodios de mi biografía. Ya no sé si quiero recuperarla, ¿sabes?

— ¡No digas eso! — exclama sentándose a mi lado y cogiendo mis manos— ¿Cómo no vas a querer recuperar tu vida Gabriel?

— Porque no quiero, ha pasado tanto tiempo que seguramente ya me olvidaron. Y si es cierto que estoy casado, probablemente ella me crea muerto y haya seguido adelante dejando nuestra relación atrás como un bonito sueño.

— No digas eso— me dice sonriendo con cariño- Hay amores que nunca, por más que lo intentes, los puedes olvidar.

— No tiene caso— digo levantándome y acercándome a la ventana. La casa de Alanna está situada con vistas a la playa. En el mar hay algo de oleaje que impide bañarse en él. Además, todavía hace algo de frío. Estamos a julio y la brisa fresca todavía es capaz de helarte los huesos— Si aparezco de la nada luego de tantos meses y ella se ha vuelto a casar, destruiré su vida y lo nuevo que ha creado. No quiero eso.

— No creo que eso haya pasado— la miro con los ojos algo húmedos. Tengo ganas de llorar. Puede que no recuerde mucho de mí, pero al pensar en esa chica hermosa (mi esposa) con otro hombre me retuerce algo en el interior— Si tú la escogiste para casarte con ella de seguro tiene algo especial.

— No te entiendo.

— Gabriel eres un hombre increíble, ayudas a los demás, sonríes aun cuando no tienes ganas de hacerlo, entre muchas otras cosas. Esa mujer debe ser tan maravillosa como tú, cuando la elegiste para compartir el resto de tu vida.

— ¿Entonces crees que todavía no me olvida? — pregunto esperanzado. Es una tontería pues Alanna no la conoce y no puede estar segura de eso, sin embargo, que alguien me dé esa certeza me ayuda a no perder la fe. Aunque sea mentira.

— No lo creo Gabriel— dice poniéndose frente a mí— estoy total y completamente segura.

— Eres mágica e increíble ¿sabes?

— Sí, lo sé— dice con fingida arrogancia. Al final terminamos riendo a carcajadas.

Un rato después decido dar un pequeño paseo por la playa. Necesito despejarme y no encuentro una mejor forma para hacer eso que dando una caminadita. Me quito los zapatos y siento la arena bajo mis pies. Sonrío, es una sensación muy agradable. El aire frío me golpea en el rostro, no me importa, incluso eso me alegra. Camino por un largo rato, no sé cuánto llevo andando cuando decido recostarme en un árbol que hay alejado del agua.

Me tumbo debajo de él y miro al cielo. Está grisáceo, lo cual significa que tendremos lluvia dentro de poco. Suspiro y cierro los ojos. Oigo el ruido del oleaje al chocar contra la arena, el viento silbando entre las ramas, los pájaros trinando en la lejanía, la suavidad de la arena debajo de mí y sin esperarlo me quedo dormido.

"Abro los ojos algo extrañado al oír un murmullo de voces pues hace unos segundos todo estaba en silencio. Al mirar a mi alrededor me quedo desconcertado ¿Dónde estoy?, ¿Cómo llegué aquí? Hace apenas unos minutos estaba recostado en un árbol y ahora estoy en una cocina, parado al lado de mi sirena de mar con Flora cocinando algo en los fogones, Noa dándole el pecho a su bebé mientras Eric se acerca a ellos y Enrique los mira con adoración y Vanessa y Oliver están riendo en una esquina al tiempo que se besan descaradamente. Aquí solo faltan Juan y las niñas.

EL AMOR EN LA TORMENTA ~LIBRO IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora