Capítulo XI~SI NOS QUEDARA POCO TIEMPO

34 4 0
                                    

Erika

En días como hoy soy completamente feliz. ¿Saben por qué? Se los diré, tengo a mi chico a mi lado y dentro de poco iremos a almorzar a casa de Flora para reunirnos con los amigos. Mi queridísima amiga nos ha dado un buen rapapolvo por habernos distanciado tanto últimamente, completamente irónico. Es cierto que no nos vemos todos los días, aun así, hablamos a diario y quedamos de vez en cuando. No todos juntos a la vez, pero si algunos, con eso debería bastarle. No lo hace, claro, hablamos de Flora. A ella le encanta reunir a la familia y amigos, mientras más mejor. Estamos a veinte de enero, mañana salgo al mar al igual que Gabriel (él va al crucero de un amigo para hablar de negocios y yo voy a hacer mi trabajo) ninguno de los dos sabe cuánto tiempo estará en el mar. Pueden ser dos días, una semana o más, es imposible descifrarlo y eso, como siempre, nos vuelve melancólicos. Solo podemos desear que los minutos corran rápidos para volver a los brazos del otro.

— Mi preciosa sirena de mar, ¿ya estás lista? — me pregunta Gabriel entrando a la habitación. Sonrío mirándolo a través del espejo. Está guapísimo con la camisa de mangas largas celeste, el pantalón de mezclilla y el pelo despeinado. Me encanta verlo así, normalmente se viste de traje para estar en la oficina y lleva el pelo impecable. Sin embargo, cuando sale del trabajo se viste de forma informal y eso solamente... me pone y mucho.

— Tranquilo ya casi termino, unos segundos más y nos vamos. Te prometo no llegar tarde esta vez— resopla ante mi comentario sacándome una pequeña carcajada. Casi siempre llegamos tarde a las reuniones con mis amigos, por norma general, la culpable soy yo. Me demoro más de lo necesario arreglándome y, además, no veo indispensable llegar tan temprano.

— Siempre dices lo mismo para al final acabar llegando tardísimo. No deberíamos hacerlos esperar tanto, no importa que sean tus amigos— ahora la que resopla soy yo.

Lo sé, no debería hacerlo, pero hoy en especial no quiero ir a ningún lado. Solo tenemos este día y mañana temprano para estar juntos, después cogeremos distintos barcos y no volveremos a vernos hasta dios sabe cuándo. No quiero desperdiciar esto minutos sin él. Ya sé, muy dramático todo contando con que a lo máximo estaremos distanciados una semana, creerás tú que el saberlo hace las cosas más fáciles. Puestos a elegir, dime que plan te parece mejor: salir para estar con amigos o quedarte en casa para hacer cosas malas, muy malas, con tu hombre. Yo me pido lo segundo, allá los que prefieren la primera opción. Esos deberían hacerse mirar eh, pueden tener algún problemilla por ahí. Vuelta a lo que de verdad importa, saldré con los amigos para que no se quejen, regresaré a casa, bailaré con mi chico nuestra canción, como solemos hacer las noches antes de separarnos un largo período y luego tendremos sexo a lo grande.

— Venga, ya estoy. ¿Qué te parece? — le digo dando una vuelta sobre mi misma. Me decanté por un pantalón ajustado, una blusa de mangas largas color crema y el pelo suelto (para los curiosos las chicas y yo seguimos llevando el pelo de la misma forma, no tenemos pensado cambiar).

— Estás impresionante, aunque te vez igual de espléndida sin maquillaje y desnuda— dice acercándose a mí mientras me rio. Gabriel me vería impresionante hasta vestida de calabaza.

— Mmmmm, ¿lo dices en serio?, ¿es esa una proposición? — digo en tono meloso y bajo, rodeando su cintura para acercarlo a mi cuerpo cuando lo tuve a mi alcance.

— Lo digo completamente en serio y sí, es una proposición en toda regla. Te quiero desnuda en la cama solo para mí— dice besando mis labios. Gimo ante sus palabras y la sensación de plenitud que me invade al estar entre sus brazos regresa. Le mordisqueo el labio inferior antes de meter mi lengua en su boca y encontrar la suya. Gabriel gime en respuesta arrimándome todavía más a su cuerpo. Seguimos así un buen rato hasta que decido ponerle fin a la cosa o de verdad no llegaremos a la reunión.

EL AMOR EN LA TORMENTA ~LIBRO IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora