* Martes 3 de Noviembre*
Ya está. Se ha ido. Mi sueño se ha esfumado con la misma rapidez con la que ha llegado. Patty se ha marchado y con ello se ha llevado mi atolondramiento y me ha devuelto la cordura, que parecía haberme abandonado estando ella presente. Entrecierro los ojos. Me duele la cabeza. La borrachera se me ha pasado de golpe cuando la he visto. Meneo la cabeza de lado a lado, reprochándome a mí mismo mi actitud. Me he dejado intimidar demasiado por esa chica... Al fin y al cabo, no era gran cosa. Tiene bonito cuerpo, sí. Aunque la verdad es que no he podido verlo bien por culpa de la ropa, que le tapaba demasiado. Pero no tiene nada que Omaira no tenga. Además, por lo que he visto parece que tiene novio. Y, respecto a que soñé con ella antes incluso de conocerla, será una simple coincidencia. En todo el rato que llevamos aquí, me he limitado a investigarla mientras hablaba con las chicas. Y mi novia no parece estar muy contenta de ello. Tiene cara de pocos amigos. Como Patty ha dejado un hueco libre en el banco, me siento y abrazo a Omaira, envolviéndola entre mis brazos.
—¿Se te ha pasado el enfado?
—¿Tú qué crees?
—Mmm... Pues que no tienes buena cara.
Se ríe burlonamente echando la cabeza hacia atrás.
—¿Y qué cara quieres que tenga? Te la has pasado mirando a Patty con cara de perro sarnoso. Solo te faltó que se te cayera la baba.
Suelto una carcajada. Miro a mi hermano. Apoyado en la pared de enfrente y fumando un cigarrillo, me dedica un gesto cómplice y se encoge de hombros. Bárbara y Berta murmuran entre ellas. Al parecer, todos se han dado cuenta. A partir de ahora, tendré que aprender a controlar mis emociones...
—Venga, Omaira. No seas tontita. Me la han presentado y punto. A mí solo me gustas tú —le afirmo, pero suena tan falso que ni yo mismo me lo creo.
—Sí, seguro —responde irónicamente, moviéndose un poco para alejarse de mi lado.
Me levanto.
—Vale, como quieras. Yo he venido con intención de arreglar las cosas, pero ya veo que eso no va a ser posible.
Miro de nuevo a Marius.
—¿Nos vamos?
Asiente y le da dos besos a cada una, despidiéndose. Yo no tengo ganas de agacharme.
—Cuando tengas ganas de hablar y estés más calmadita, me llamas. Ya sabes dónde vivo.
Y dicho esto me marcho al lado de mi hermano, sin dignarme ni a mirar a Omaira, la cual probablemente quede sorprendida de que no le haya rogado más, que no haya insistido en negar lo evidente. Pero lo siento, pequeña, yo no he nacido para arrastrarme ante nadie. Y menos ante una mujer. Cuando eso suceda, dejaré de llamarme Bandy.

ESTÁS LEYENDO
Enséñame a Querer
RomanceCuando el destino decide unir dos almas no hay nada ni nadie que pueda impedirlo. No existe fuerza lo suficientemente poderosa como para separar dos corazones que se pertenecen, aun cuando sus cuerpos estén ausentes.Ella es Patty, sensible y románti...