* Sábado 14 de Noviembre * PATTY
La puerta de la discoteca está abarrotada de gente. Grupos de amigos (varios menores de edad) se agolpan tomando un poco de aire fresco o fumando un cigarrillo. A algunos ni siquiera les dejan entrar. Saludo con la cabeza, a un lado y a otro, a varios conocidos. Entro a la discoteca con paso firme junto a Berta, escoltadas por Bandy y Marius, que van detrás como si de nuestros guardaespaldas se trataran. Hemos debido de pasar mucho tiempo en casa de Bandy porque ya hay gran multitud. Cosa que no suele pasar a primera hora...
Para ser fieles a nuestra costumbre Berta y yo cruzamos la pista de baile y vamos al baño a retocarnos y, de paso, observar el panorama que hay y cuchichear un poco. Me aplico brillo en los labios y me peino el pelo, usando la mano como cepillo.
—¿Has visto a mi hermana y a Omaira? —me pregunta Berta desde dentro del servicio—. Me dijeron que estarían aquí...
—No. No he visto a nadie en realidad. Hay demasiada gente.
Salimos buscando a los chicos con la mirada. Berta señala la otra punta de la discoteca.
—¡Allí están! En la barra —grita para hacerse oír entre la música.
En estos momentos está sonando «Se acabó lo bonito», la canción de bachata con la cual lloré tantas veces por él... Y es ahí, en medio de esa canción, cuando su imagen me detiene. Al verlo los pies se me paralizan y me quedo quieta allí, en medio de la pista, con Berta tirándome del brazo y empujando entre la gente. No me muevo. Tiro de ella con fuerza.
—¡Ahí está! —le digo al oído, tan bajo que no me escucha.
—¿Qué dices?
Vuelvo a tirar de ella y señalo enfrente de nosotras.. Entonces ve lo mismo que yo y se lleva la mano a la boca, sorprendida. A tan solo unos pasos, mezclándose entre la multitud pero perfectamente visible para mis ojos, está Fabián. Pero no es eso lo que me impresiona. Él viene a menudo a esta discoteca. Lo que me preocupa es que está bailando. Él nunca bailaba conmigo. Y baila... ¡con Omaira! Demasiado pegados, por cierto. Tengo un mal presentimiento y mi intuición no acostumbra a fallarme... Muy a mi pesar, aparto la mirada de mi ex -novio y la ex -novia de Bandy, y sigo a Berta. Pero otra sorpresa me espera esa noche... Mi amiga me da un codazo en el costado y me incita a mirar a mi lado. Volteo la cara y me encuentro frente a frente con Raúl, que me mira tan sorprendido como yo a él. Investigo rápidamente a su alrededor. Le acompañan dos amigos que conozco de vista. Él mismo me los ha presentado. Nada sospechoso. Aparentemente. A mí no me engaña. Ya no.
—¿Qué haces aquí? —pregunta acercando su boca a mi oído.
—Lo mismo que tú —le respondo fríamente. Y sigo mi camino de la mano de Berta. No me apetece pedirle explicaciones. No me interesan.
Pero hay otra persona que sí va a tener que explicarme algo... Encuentro a Bárbara sentada en un taburete sola, esperando que su amiga cese de bailar y le haga un poco de caso. Bandy y Marius están cerca, ambos con un cubata en la mano y otros dos en la barra, esperándonos a nosotras. Berta hace ademán de ir a su encuentro. Le digo bajito que ya voy y me planto frente a Bárbara. Por su mirada sé que sospecha algo. Sospecha que yo sospecho algo.
—¡Estás borracha! —me reprocha. No le gusta que bebamos. Y, a pesar de nuestras diferencias, sé que me aprecia.
—No lo suficiente para no ver las cosas. ¿Hay algo que deba saber, Bárbara?
Evita mi mirada y juega con un mechón de su pelo, repentinamente nerviosa.
—No sé a qué te refieres —miente.
—Vamos, no te hagas. Sabes perfectamente de lo que te hablo. ¿Qué hace Omaira con Fabián? Que yo sepa nunca han hablado.
—Eso era antes. Ahora se llevan bien.
Me río.
—¿Solo eso? ¿O tienen algo más?
Bárbara suspira y me mira, decidida.
—Mira, Patty, te lo voy a contar porque tarde o temprano vas a enterarte. No quería decirte nada porque Omaira es mi amiga. Pero a ti también te quiero mucho.
Respiro hondo, preparada para la noticia que se me viene encima.
—Omaira y Fabián están saliendo. Llevan unas semanas de novios. Y tú ya no estás con él... Así que no puedes decir nada...
Trago saliva, asimilando la información. Bárbara tiene miedo por su amiga, le asusta que yo tome represalias contra ella. Pero no. Como bien ha dicho, no es nada mío, así que no tengo ningún derecho de pedirles explicaciones a ninguno de los dos.
—No te preocupes. No voy a hacer nada. Todo para ella.
Me molesta que se burlen de mí. Conozco a Omaira hace tiempo y jamás imaginé que fuera ella la próxima mujer en la vida de Fabián. Ni siquiera me planteé la posibilidad de que Fabián pudiese empezar una relación con otra. Me lo han escondido. Pero no pasa nada. Esta noche es mi noche. Voy a matar dos pájaros de un tiro. Me vengaré de Raúl y de Omaira en una misma vez. Y Bandy va a ayudarme.

ESTÁS LEYENDO
Enséñame a Querer
DragosteCuando el destino decide unir dos almas no hay nada ni nadie que pueda impedirlo. No existe fuerza lo suficientemente poderosa como para separar dos corazones que se pertenecen, aun cuando sus cuerpos estén ausentes.Ella es Patty, sensible y románti...