27. Por favor, quédate conmigo.

85 13 0
                                    

En ese momento entendí que no podía seguir mintiendo, por mucho que odiara ese nombre, por mucho que trajera más y peores recuerdos consigo, no podía seguir de esa manera, no con él. 

—Jo Haruka. Ese es mi nombre — susurré.

No hubo respuesta de su parte, sus manos acariciaron mi hombro y luego sus labios besaron mi cuello despacio como si no hubiera nada más por lo cual preocuparse. Se apartó y yo volteé a verlos, observó mi rostro y se llevó una mano a mi mejilla, cerré un momento los ojos, lo oí susurrar. 

—Todo este tiempo, realmente esperaba que me dijeras cual era tu nombre, creí que no lo harías.

—Perdón, Cam, no fue mi intención ocultarlo... —Sonrió. 

—Sí es primavera el significado de tu nombre. —Yo asentí ligeramente, él se movió y el agua de la bañera se derramó por los bordes, tomó mi mano y besó los nudillos con paciencia.

—Lo es. Mis padres... No fui alguien deseado desde el principio, al final cuando se convencieron que serían padres tan jóvenes, esperaron que fuera una niña, el nombre que eligieron fue ese, Haruka, y resultó que tuvieron un hijo, pero el nombre se quedó, me llamó así por eso y el mes en que nací también. 

—Primavera... es lindo, me gusta. Creo que es un buen nombre para ti, cariño. —Me rodeó con sus brazos, sonreí. 

—¿Puedo preguntar algo? — murmuró Cameron mientras nos vestíamos en la habitación luego de tomar una ducha, me coloqué la camiseta y observé cubrir su cuerpo con su pijama azul también, sonreí. 

—Por supuesto.
 
—¿Por qué odias tu nombre? —La sonrisa se borró de mi rostro tan rápido como había llegado, me mordí el labio con fuerza y terminé de vestirme en silencio mientras pensaba en cómo debía responder aquella pregunta. 

—No es necesario que me contestes si es molesto para ti — dijo, rodeó mi cuerpo con sus brazos desde atrás y depositó un beso suave sobre mi mejilla.
 
—No se trata de eso, Cam. 

—¿De qué entonces?

—Normalmente mis padres no me llamaban por mi nombre cuando era pequeño, yo era para ellos algo parecido a un parásito o un idiota, realmente nunca me llamaban así y cuando lo hacían no era de una forma linda o natural, mi nombre era como algo que odiar para ellos, incluso para mí. 

—Cariño, no sigas, está bien. 

—No, creo que puedo decirte esto, después de todo mereces la verdad más que nadie. —Hundió su rostro en mi cuello y suspiró. 

—Te contaré todo — murmuré, él negó con la cabeza—. Necesito hacerlo, Cam, no podré o querré hacerlo después.
 
—Pero... 

—Quizá de esa forma pueda dejarlo en el pasado de una vez por todas, ¿no? —Se alejó de mí e hizo que volteara para quedar frente a él, amaba su expresión preocupada, la forma en cómo su sonrisa normal se convertía en una solitaria línea fría.
 
—Recuerdo muchas cosas, no todas ellas son agradables para contar o decir en voz alta, puedo decirte que mis padres no estaban preparados para tener hijos en ese momento. Cuando nací mi abuela cuidó de mí por un tiempo, luego fui a vivir con ellos quienes estaban dispuesta a cambiarme por drogas o alcohol, cualquier cosa. Mi madre fue prostituta en algún tiempo, no recuerdo que mi padre haya tenido algún trabajo fijo o que durará más de una semana. Vivíamos con pocas cosas y en muchas ocasiones no había algo que comer en esa casa, fue triste y odié mucho a mis padres por eso. A los seis años vinieron los golpes y los insultos por parte de ambos, podía escucharlos llamarme de muchas formas, pero nunca por mi nombre y cuando lo hacían era para recordarme lo mucho que odiaban mi existencia. 

K (BL +18)  [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora