Corrí.
Y seguí corriendo.
No sabía cuánto tiempo llevaba haciéndolo o si era el camino correcto para poder llegar a la estación del tren, simplemente tenía que escapar de ese estúpido tipo. Me detuve un momento para recobrar el aliento, las lámparas de la calle iluminaban la acera con una luz amarillenta algo sucia, las motas de polvo se arremolinaban alrededor.
Escupí un poco de sangre que se había estado acumulando en mi boca hacía demasiado tiempo.
Tomé aire y seguí corriendo.
Todo había pasado demasiado rápido, recuerdo haberlo golpeado y él golpeándome de vuelta y luego solo un par de imágenes yendo y viniendo en mi cabeza donde fui golpeado y pateado por aquel sujeto. Después estaba corriendo sin parar, escapando con prisa mientras lo perdía de vista. No sabía si me perseguía o no, lo único que tenía claro era que debía ir a casa ahora.
Él sabía mi nombre y mi dirección, ¡vaya mierda!
Mi pánico comenzó a crecer de repente y la ansiedad estaba comenzando a perseguirme también.
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La puerta se cerró detrás de mí con un golpe sordo que nadie más escuchó.
Mi padre dormía de nuevo en el sofá y el gato me miró con sus ojos verdes durante unos segundos antes de volver a su recorrido hacia la cocina y posteriormente al bote de basura. Suspiré y caminé escaleras arriba hacia mi habitación, ni siquiera me preocupé por mi madre, sencillamente fui a mi habitación y me dejé caer sobre la cama, mis costillas se quejaron.
Y traté con fuerza de olvidar todo lo que había pasado esa noche, pero no lo logre.
Había recibido golpes durante la mayor parte de mi vida, de mi padre borracho cuando era niño y adolescente. De mi madre defendiendo a mi padre borracho, de los niños del colegio por creerme un bicho raro, golpes de mis amantes. Golpes por parte de tipos que me detestaban por acostarme con otros hombres o porque simplemente estaban aburridos y usualmente yo era alguien bastante fácil de golpear. Realmente no me importaba ser golpeado. Era parte de la vida que me había tocado vivir, era una forma más para saber que aun estaba ahí y viviendo esa vida de mierda.
Sonreí y coloque un brazo sobre mis ojos, la oscuridad me envolvió y me quedé dormido.
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❁❁❁❁❁❁❁❁❁❁❁❁Mina me besó suavemente una vez más, la sábana resbaló suavemente hasta quedar a sus pies, su piel ligeramente bronceada quedó a la vista, la curva suave y pronunciada de sus pechos, su pequeña y delicada cintura, sus caderas, sus piernas increíblemente largas y sus muslos firmes. Me dedicó una sonrisa más y sus uñas de color rojo intenso se deslizaron sobre mis labios.
—Deberías dejar todo esto y quedarte conmigo — susurró mientras se colocaba la falda negra ocultando sus amplias caderas, me moví inquieto sobre la cama y evité mirarla, me concentré en la ventana de cortinas blancas, no dije nada.
Mina terminó de vestirse en silencio, la vi recoger su hermoso cabello rojo en una coleta alta y posteriormente buscar sus cigarrillos en su bolso. Miré la hora en el reloj de madera que estaba sobre la pared derecha, 20:23 p.m., suspiré.
Si tan solo pudiera quedarme con ella, si fuera tan sencillo lo haría sin remordimientos, pero nada de eso tenía sentido para mí. Sus besos, su cuerpo, incluso acostarme con ella no servía de nada, absolutamente de nada.
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K (BL +18) [COMPLETA] ✓
RomanceNingún nombre. Solo una letra. Una simple letra que no significaba nada o significaba mucho. Esa letra era "K". Una letra que no podrías olvidar. Una letra con un mensaje bastante sucio, oscuro. Ojos azules y piel blanca. Solo eso. No había más...