10. Ojalá alguien me hubiera dicho...

184 15 20
                                    

Mina murmuró algo que fui incapaz de entender debido a esos ojos cafés que me miraban desde el otro lado del pasillo. Mis uñas se clavaron en las palmas de mis manos cuando vi a la chica de antes, su cabello cobrizo recogido en un moño flojo y sus uñas ahora de un color rosa chillón que me molestó casi de inmediato.

Vi cómo tomó la mano de Cameron por encima de la mesa, sus ojos se apartaron de mí entonces y miró a la chica con una sonrisa tranquila en los labios. Lancé una maldición con los dientes apretados, Mina elevó una ceja, pero estaba más ocupada en encender otro cigarrillo y su segunda taza de café que en mí, lo dejó pasar.

La chica besó la barbilla de Cameron, mis manos temblaron, ¿realmente me estaba sintiendo celoso? ¿En verdad me había enamorado de alguien como él? ¿Era posible siquiera? La última persona de la que me había enamorado, la única persona que había amado me tiró a la basura sin explicaciones después de eso no había vuelto a ver a nadie de forma romántica.

Sin embargo, Cameron era diferente, cuando estaba cerca de él solo quería salir corriendo y en un principio fueron solo sus manos lo que llamaron mi atención, después simplemente me encontré pensando en su rostro, en su sonrisa, esa sonrisa, esa maldita y hermosa sonrisa que me estaba haciendo pedazos todos los días.

Me levanté de la mesa con desesperación cuando no pude seguir viendo como esa chica besaba sus labios y como él le sonreía y la besaba de vuelta. Me disculpé con Mina y caminé hasta el baño con las manos apretadas dentro de mis bolsillos, de verdad me estaba volviendo loco, aunque lo prefería por sobre muchas otras cosas, los celos, por ejemplo.

Me miré al espejo, mi rostro no se veía mejor que antes, es más, probablemente ahora me veía peor que por la mañana, suspiré y saqué un frasco de analgésicos de mi bolsillo tomé un par de cápsulas y las tragué rápidamente con un poco de agua del grifo. Uno de los puntos de mi labio ya no estaba gracias a Mina, la sangre se había secado alrededor, sabía a metal. En verdad era un asco.


Salpique un poco de agua a mi cara para relajarme, no lo conseguí.

¿Qué demonios estaba sucediendo conmigo de todos modos? No es como si quisiera que él me quisiera de vuelta o que me viera como una posible pareja, me quedaba muy claro que le gustaban las mujeres, bueno, al menos eso era lo que hasta ahora  sabía.

La puerta se abrió despacio, vi a alguien entrar y recargarse contra ella.

—¿Quieres salir de aquí? — preguntó, su voz profunda y baja me tomó por sorpresa, levanté el rostro y ahí estaba Cameron con su sonrisa vacilante y los ojos puestos en el piso oscuro de mármol.

—¿Qué?

—Ah, perdón. Hola, ¿cómo estás? ¿Quieres ir a otro lugar? —Sonrió, pero ahora su sonrisa era más bien tierna y ligera.

—Cameron...

—No solo digas mi nombre así —suspiró y cambió de posición sobre la puerta—. Pensé que te quedarías en casa a descansar, sin embargo, aquí estás. Entonces, ¿salimos o qué?

—Yo...

—Oh Dios, perdón. Estoy un poco cansado de Leah ahora, no tienes que venir conmigo, solo era una sugerencia, supongo que tu novia se molestaría si desapareces con otro desconocido — susurró, cerró los ojos y suspiró.

—No es mi novia — murmuré, sus ojos se abrieron de golpe y fijó su mirada en la mía.

—Genial, Leah tampoco es mi novia, solo nos hacemos compañía muy a menudo, aunque en ocasiones esa compañía se vuelve insoportable. —Pasó una mano por sus cabellos alborotándolos un poco a su paso, haciendo lucir un tanto desaliñado.

K (BL +18)  [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora