13. [CAMERON] ¿Cómo diablos podía ser posible?

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(CAMERON)

Hye.  Hye, era la mejor persona del mundo para mí. Ella era todo lo que tenía, lo que necesitaba conmigo. Fue mi amiga, mi compañera, mi amante, el amor de mi vida, mi prometida, mi guía en las noches oscuras. La amé más que a mí mismo o a mi propia vida.  Ella era simplemente hermosa. 

Cuando no pude ver más su cabello negro y sus ojos cafés, cuando su cálido aroma se alejó de mí y su sonrisa dejo de brillas para mí, todo se rompió. Comencé a ahogarme en lo profundo de un lago de mi propia tristeza. Todo lo que alguna vez tuve se escapó de pronto de mis manos y solo estaba Leah para ver y tratar de recoger los pedazos que quedaron de mí, así que, como un idiota me aferré a ella, a su manera despreocupada de quererme y verme.

Leah me sacó a rastras de lo profundo de aquel lago, de aquel asqueroso agujero al que me había escapado; no fue del todo sano o correcto, sin embargo, lo dejé pasar. En algún punto en los años posteriores, Hye comenzó a borrarse lentamente y me odie a mí mismo porque había jurado siempre amarla incluso muerto. Le di un espacio en mi corazón, el espacio más importante, pero en algún momento comenzó a escapar de entre mis manos de nuevo. 

Fue ese entonces que me detuve para observar mi vida, una vida que se había convertido en una triste rutina de trabajo, descanso y sexo con alguien que no amaba y jamás amaría. Estaba comenzando a hundirme de nuevo en el agua y era sumamente aterrador. 

Un par de ojos azul prusia me miraron un segundo y caí a sus pies, sin preguntas o respuestas, porque era simplemente hermoso también. Su mirada no era amable, no era tranquila tampoco, mucho menos había luz en ella, sin embargo, me arrastro sin decir palabras, de una forma que ni yo mismo logro entender. 

No sé su nombre. No sé quién es y una parte de mí lo quiso desde el primer instante en que su mirada se posó en la mía. 

Es una locura. Esta persona es una definición de ello. Y esta persona, es un hombre. K. Es todo lo que sé de él, una letra. Una maldita letra que no significa nada o quizá sea mucho. 

❁❁❁❁❁❁❁❁❁❁❁❁

Una hoja blanca estaba en su lugar, una sola palabra. 

"PERDÓN"

La rompí en pedazos.
K, se había marchado de nuevo. 

Mi ropa estaba en el suelo de la habitación, me vestí rápidamente. Las sábanas ya estaban frías, incluso el olor de su piel se había ido con él. Abrí las cortinas, la luz gris entró  y llenó la vacía estancia, afuera llovía con fuerza, las nubes grises se arremolinaban en el cielo, la calle estaba vacía. 

Caminé hacia la sala, también estaba vacía, no era como que esperara verlo ahí, pero la soledad me golpeó de pronto. Me dejé caer en el sofá y cerré los ojos. 

Aún era capaz de escuchar los suaves gemidos que escapaban de sus labios, la cálida sensación de tenerlo entre mis brazos y estar dentro suyo. La forma en cómo sus manos habían recorrido mi espalda y sus ligeros labios en mi cuello siguiendo cada uno de mis lunares. Todavía era capaz de sentir todo eso, a pesar de que se había marchado, una parte de él estaba ahora en mi corazón. 

Abrí los ojos de golpe cuando los pasos en el corredor tomaron sentido, un par de nudillos se estrellaron contra la puerta de madera, me puse de pie y corrí hasta la puerta de entrada esperando verlo con su expresión seria y algo incómoda. 

—Pensé que te habías marchado sin despedirte — dije con una sonrisa, Leah me miró desde el otro lado de la puerta, alzó una de sus cejas en mi dirección, suspiré.

Mierda.

—¿Esperabas a alguien? — preguntó, me hice a un lado y ella entró.

Observó con cuidado la sala de estar, luego simplemente se dejó caer en uno de los sofás más cercanos. No respondí, algo en mi interior se sintió vacío al no ver a K detrás de la puerta, por un momento volví a sentirme perdido y cansado. No quería volver a sentirme roto una vez más. 

—Te hice una pregunta, Cam. ¿Quién se marchó sin despedirse? ¿Has estado viendo a alguien a parte de mí?

—Leah...
 
—¿Es por eso que me has pedido que me mantenga alejada de este lugar? ¿Es por eso?

Me senté frente a ella en el sofá, pasé una mano por mis cabellos, tratando de calmarme, mi corazón latía descontroladamente contra mi pecho, era realmente doloroso saber que no era K quien había tocado de nuevo a mi puerta. 

—¿Cameron? 

—Tenemos que terminar esto, Leah — susurré, ella me miró, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no derramó ninguna, simplemente me observó por un largo momento sin decir nada. Mientras en mi interior deseaba que se marchara y lo dejara todo de una vez. 

—¿Quién es?

—¿Quién es quién?

—La persona por la que me estás botando, ¿Quién es?

—Leah, esto no es sano para ninguno de los dos, ¿lo entiendes? En ningún momento lo fue. Y sé que lo sabes mejor que nadie. 

—Fui la única persona que estuvo contigo después de la muerte de Hye y...

—Y te lo agradezco, Leah. Pero necesito parar ahora antes de que sea tarde. Todo esto... fue y es un error, eres mi amiga, no necesito nada más de ti que eso. —La vi ponerse de pie, caminó un par de pasos dentro de la sala. Un par de manos temblorosas con largas uñas escarlata sacaron un paquete de cigarrillos del interior de su chamarra gris, colocó uno entre sus labios y luego simplemente lo arrojó al suelo con frustración. 

Sabía que estaba siendo un idiota, después de todo este tiempo compartiendo la misma cama en incontables noches, hoy realmente necesitaba parar con eso. Necesitaba respirar lejos de ella y más cerca de K, al menos es lo que esperaba. Entendía bien que era una apuesta arriesgada, pero no iba dejar desaparecer a K de mi vida tan rápido. 

—¡Eres un idiota, Cameron! — gritó, el paquete de cigarrillos aterrizó junto a mí.

—Lo sé, Leah, y lo siento. Pero es lo mejor para ambos. Es necesario — dije, las lágrimas cayeron por sus mejillas por fin, pero me dedicó una sonrisa tranquila a pesar de ello, me encogí de hombros. 

—¿Vas a decirme al menos quién es ella? 

—Leah...

—Hemos estado mucho tiempo juntos, así que tengo el derecho de saber quién será la mujer que pasará sus noches a tu lado de ahora en adelante. 

—No creo que sea algo que quieras saber — dije y sus ojos se clavaron en los míos, respiré hondo y tragué con fuerza, Leah sencillamente me miró y se dejó caer con pesadez de nuevo en el sofá, se cubrió el rostro con ambas manos y lloró. 

Realmente pensé que sería doloroso dejarla, creí que quizá me arrepentiría o sentiría demasiada culpa  por hacerlo, sin embargo, solo estaba esperando que se marchara pronto para poder correr tras de K, solo eso. Sonaba excesivamente crudo de mi parte, pero solo quería cerrar los ojos y volver a ver los ojos azules de K mirándome con desconfianza y humor al mismo tiempo. 

Las lágrimas siguieron cayendo de sus ojos por un largo tiempo, sólo estuve ahí esperando y deseando con todas mis fuerzas  que se marchara pronto y me dejara tranquilo. Sabía que estaba siendo cruel, sabía que era un idiota a la única persona que realmente me conocía por alguien que jamás me había dicho su nombre, pero está bien, me sentía bien. 

K, era... 

K robó una parte de mí demasiado rápido y sin pensarlo solo deseaba estar con él. 

¿Cómo diablos podía ser posible? 

K (BL +18)  [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora