Las lágrimas de tu familia y el dolor de tu madre, se volvió mi dolor, Llore tanto por ti, que mis lágrimas se convirtieron en tu carne, tu sangre y tu alma, fue entonces cuándo abriste los ojos"
La historia se encuentra situada después de las pelíc...
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17 Sinergia.
Aún después de haber escapado, Neteyam y Rey'eng parecían seguir sin salir del infierno que fue aquella situación, estando encerrados dentro de un cuarto, blanco y frío por una semana completa, mientras doctores y científicos los estudiaban. Les tomo un día completo, sintetizar un antídoto del veneno de Rey'eng, con la ayuda de Neteyam que no solo era inmune, si no la cura, logrando darle a tiempo el antídoto a Jake que comenzaba a sufrir por el envenenamiento.
Las heridas de Rey'eng sanaron con rapidez una vez que se durmió; Neteyam no se dejó curar y se quedó dormido abrazando a Rey'eng por un par de días. El la abrazó tan fuerte, que nadie pudo separarlos para que descansarán apropiadamente; una vez que Neteyam despertó y los científicos accedieron, cargó a Rey'eng llevandosela a su abuela para tratarla de manera tradicional, estaba harto de los métodos de la gente del cielo y quería evitar a toda costa que la mujer que ama volviera a pasar por eso.
Tsireya fue a verla en cuanto salió de el lugar de donde se encontraban los humanos; aunque Lo'ak intentó llevarla a verla un par de veces, Tsireya aún estaba muy asustada de su raza, aún sabiendo que esas personas no eran como los demonios del exterior.
—¿Aún no despierta?—Preguntó Tsireya preocupada.
—No, esta agotada, esta en un profundo sueño, esta ahora mismo con la gran madre, pero no esta muerta—aclaró Mo'at—debío pasar por mucho, no tardará en despertar.
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—¡Grace!— gritó Rey'eng emocionada al verla y la abrazó con fuerza.
—Hola mi niña, ¿estas bien?—preguntó Grace tanto preocupada como triste—Lamento todo lo que te causó esa gente.
—Ellos son crueles, sin piedad... son demonios—dijo Rey'eng con lágrimas en los ojos.
—¿Entonces tienes tu respuesta?— Una dulce y suave voz que transmitía una gran tranquilidad se oyó salir de la doctora, voz que no le pertenecía; Eywa había tomado posesión de Grace para hablar con su hija.
