CONTROL

Capítulo 5

—Señor Saltzman no puedo seguir aquí —entro a su oficina y lo veo detrás del escritorio, él se encuentra acompañado por MG.

—Leo ahora estoy un poco ocupado —me dice.

—No puedo esperar —me acerco y me coloco al lado del vampiro —. Esto es urgente. Necesito irme ahora de Mystic Falls.

El director suelta un suspiro.

—MG por favor déjanos solos —le dice el director al moreno.

El vampiro asiente con la cabeza y se retira de la oficina.

—¿Qué pasa? ¿Por qué quieres irte? Pensé que todo estaba bien. Te integraste perfectamente a la escuela. Tienes amigos cómo Landon, MG, Rafael, Josie y Lizzie. También te has vuelto buen amigo de Hope.

—Si, tengo amigos. Amigos a los que quiero proteger de mi mismo. Y lo mejor sería irme lejos. Tú sabes de lo que soy capaz. Sabes la clase de monstruo que llevo dentro Alaric, te dije todo lo que me había obligado a hacer en el pasado.

—Aquí estás bien. Te prometí que te íbamos a ayudar con tú problema y lo voy a cumplir.

—¿Y cómo? Nadie nunca ha podido ayudarme a controlar a esté monstruo.

—He hablado con uno de mis contactos, él posee un manuscrito que probablemente tenga información sobre tú problema y una solución.

—¿Y cuándo podremos ver ese manuscrito?

—Él me lo enviará en una semana.

—¿Una semana? Yo no tengo una semana señor. Tengo a esté maldito dentro de mi cabeza todo el tiempo. Me tortura día y noche. Me hace revivir todo lo que hice con detalle. Me está volviendo loco.

Alaric se pone de pie, rodea el escritorio, se coloca a mis espaldas, me doy la vuelta y él me toma del hombro derecho.

—Leo entiendo cómo te sientes y el infierno que pasas con lo que eres. Pero no te desesperes. Te prometo que todo va a estar bien. Mystic Falls ahora es tú hogar. Nosotros somos tú familia. Aquí estás a salvo. Te juro que haré todo lo posible por ayudarte. Te vamos a liberar.

Bajo la mirada.

—No quiero lastimar a nadie.

—No lastimarás a nadie —dice él.

—Todo el tiempo... él me está hablando. Susurrando al oído. No quiero escucharlo más.

—Josie es buena con los hechizos. Ella probablemente te podrá ayudar a calmar esa voz. Ve a verla, está en la biblioteca.

—Está bien —asiento con la cabeza.

Camino a la salida de la oficina, abro la puerta y me retiro para después comenzar a caminar a las escaleras. Llego, las subo todas hasta llegar al tercer piso y voy directamente a la biblioteca.

Llego y me adentro en la gran habitación para comenzar a buscar a Josie.

Busco a la castaña y la logro encontrar en el fondo de la biblioteca.

Me acerco a ella.

—Josie.

La gemela de Lizzie se da la vuelta rápidamente, ella se muestra muy nerviosa.

—H-hola Leo.

—Hola...—la miro confundido —.¿Estás bien?

—Si —sonríe.

Me coloco a su derecha y veo encima de la mesa un reloj de arena con un extraño contenido color negro.

—¿Qué es eso? —le pregunto a la chica.

—Nada de importancia —responde la hermana de Lizzie —. Es para una tarea —desvía la mirada hacia mi —¿Necesitas algo Leo?

—Necesito pedirte un favor.

—¿Qué favor?

—Hay cosas que no les dije sobre mi...

—Leo entendemos que pasaste por mucho dolor en tú pasado... no es necesario que lo digas.

—Tengo que ser honesto Jo. Quiero decirte todo. Yo no soy un zorro normal.

—¿Qué quieres decir? ¿Hay más tipos de zorro?

—Mi familia... era una familia de kitsunes que llegaron a América hace años desdé tierras lejanas. Para formar una vida, uno de mis ancestros hizo algo horrible. Ataco y asesino a un aquelarre de brujas para poder adueñarse de su hogar. Cuándo no quedo nada mi hogar se comenzó a formar —comento —. Todo iba bien. Hasta que una sobreviviente del aquelarre apareció. Ella nació una maldición muy poderosa cómo venganza. La maldición consistía en que en alguna futura generación aparecería un zorro malvado. Uno que se encargaría de destruir todo lo que habíamos creado. La maldición seguiría presente hasta mi familia se no fuera otra cosa más que polvo. Un recuerdo. Yo soy el zorro oscuro de mi generación. El ultimo de mi familia.

—¿Tú? ¿El zorro oscuro?

—Nogitsune. Así es cómo mi ancestro apodó a los de mi tipo —le digo —. Soy un ser nacido de la maldad, de la venganza. Por años mi familia trato de mantener la maldición controlada. Pero hubo un momento en que no pudieron. Mi personalidad malvada apareció y termino con mi familia lenta y dolorosamente.

—Ay Leo...—ella toma mis manos —. Lo siento mucho.

—No te preocupes. Cuándo mi naturaleza nogitsune se desató y regresé a la normalidad. Mi personalidad digamos que se dividió. Yo escucho a ese monstruo hablarme y también lo puedo ver.

—Son cómo dos seres compartiendo un solo cuerpo.

—Si, desdé entonces no he sabido cómo liberarme de él, de romper mi maldición. Tú padre me trajo para intentar ayudarme y hasta que no consigamos algo para romperla, tengo que seguir escuchando todas las tonterías de ese tonto.

—Ahora te entiendo... por eso era que estabas raro esa noche en el comedor. Estabas escuchando al nogitune.

—Si. Tú padre me dijo que eres buena con la magia, él cree que puedes hacer algo para que no lo escuche por lo menos en un tiempo.

—Mi padre no te mintió. No te preocupes Leo, haré algo para ayudarte. Prepararé unas hierbas especiales para evitar que esa otra parte de ti entre en tú mente.

—¿De verdad puedes hacerlo?

—Si. Búscame mañana en el lago que hay detrás de la escuela. Te daré lo que necesitas.

—Gracias Josie.

—De nada.

Ella toma el reloj de arena y se marcha de la biblioteca.

—La brujita sin magia está mintiendo —el nogitsune aparece sentado sobre la mesa.

Lo miro.

—¿Crees qué no logre encontrar algo para mantenerte controlado?

—Sé que nada puede controlarme —responde —. Pero me estoy refiriendo a ese reloj.

—¿Qué tiene?

—Es un objeto peculiar.

—Josie dijo que no era nada.

—Pues no le creo. Ese reloj, es algo más. Ese contenido negro... me llamo la atención —se pone de pie —. Josie Saltzman está mintiendo.

—Pues es asunto de ella. A ti no te importa. Y mejor disfruta de tus últimos momentos de habladurías —camino hacia la salida