Capítulo 13

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Abro mis ojos con lentitud y una luz blanca lástima un poco mi vista.

Mi campo de visión se aclara lentamente y comienzo a observar el alrededor.

Estoy sobre una cama, en una habitación fría de hospital. Mi cuerpo se encuentra en estos momentos un poco adolorido.

—¿Te gustó tú pequeña siesta? —el zorro aparece al lado de mi cama y me mira con una sonrisa.

—¿Qué demonios paso?

—Una mujer te atropello, bueno nos atropello. Pero yo honestamente no sentí nada. Tú te lo llevaste absolutamente todo —responde.

—¿Una mujer?

—Bueno una doctora. Tuvimos suerte. Ella nos trajo rápidamente.

—El monstruo de Malivore.

—Por ahora no nos tenemos que preocupar por él. Está lejos en estos momentos.

—Pero no estará así por mucho tiempo, nos tenemos que empezar a mover. Hay que salir de Mystic Falls ya.

—Nuestras heridas aún no sanan completamente Leo. Nuestro factor de curación está débil, tardaremos un poco más en estar en condiciones para abandonar esté hospital. Así que cálmate.

La puerta de la habitación se abre y entra una mujer vestida con una bata color blanco.

Ella es una mujer hermosa, de cabello largo color castaño, sus ojos son de un color avellana y su piel es clara.

—Despertaste —sonríe mientras se acerca —. Me alegra demasiado el verte bien.

—Querido doble... ella es la doctora que nos atropello —dice el nogitsune.

—Usted... es la que me impacto con su coche.

—No sabes lo apenada que estoy, tenía demasiada prisa por llegar al hospital que no te ví en la carretera —dice —. Pero le estoy agradecida al cielo por que no haya terminado todo esto en una tragedia. Espero realmente que me puedas perdonar.

Observo el gafete que cuelga de su bata.

—Doctora Salvatore...—murmuro.

—Si —dice ella —. Mi nombre es Elena.

—Elena Salvatore.

—Correcto.

—Usted... ¿Tiene algo qué ver con la escuela Salvatore?

—Se podría decir que si. Estoy casada con un Salvatore. Mi marido es donador de la escuela.

—Jamás pensé que podría llegar a conocer a un miembro de la familia Salvatore.

—¿Quién eres? —me pregunta —.¿Por qué estabas en medio de la carretera?

—Yo... estaba yendo hacia la salida del pueblo cuándo la lluvia me sorprendió —contesto.

—Pero eres un chico... ¿Qué hacías yendo tú solo por ahí? Es demasiado peligroso.

—Yo solo me quería ir.

—¿Cuál es tú nombre, cariño?

—Leo... Leo Black —digo.

—Leo... es un hermoso nombre.

—Gracias, doctora Salvatore.

—Dime solo Elena ¿Si? —asiento con la cabeza sin decir nada —.¿Puedes darme el número de tú familia para llamarles y decirles qué vengan? Me gustaría hablar con ellos.

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