Capítulo 27

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Todos se encuentran listos para la pequeña fiesta de Navidad que la escuela Salvatore dará dentro de poco, todos están emocionados por ello. Hope también y eso me alegra a mi, me da gusto ver que ya no se encuentra triste.

—La Navidad...—el nogitsune aparece a mi lado mientras yo me termino de arreglar frente al espejo de mi habitación —. Que tontería —él cruza sus brazos —Estás fechas son para agradecer, pero seamos honestos... nosotros no tenemos absolutamente nada por que agradecer.

—Te estás equivocando, si tengo algo por que.

—¿Lo dices por Hope y Sebastian? ¿Oh por qué el matrimonio Salvatore serán tus padres? Por favor... te conozco perfectamente Leo, no estás agradecido por nada de eso. Tú en estos momentos te estás sintiendo un poco miserable solo que lo ocultas para no amargar la fiesta.

Se acerca mi oído derecho.

—Odiamos la Navidad en el fondo.

—Cállate.

El zorro se ríe.

—Oh vamos Leo...

—Guarda silencio —le digo.

Dejo de verme al espejo y camino hacia la ventana. 

Fuera hay una gran  tormenta de nieve, tiene mucha fuerza. Nunca antes había visto algo así.

—Solo es nieve —dice mi parte mala.

—No lo sé... tengo un presentimiento.

—Leo...

—No quiero escucharte —le digo —. Será mejor que no te aparezcas durante la fiesta.

Me alejo de la ventana y voy hacia mi puerta. 

La abro y me encuentro de frente con Sebastian.

—Hola —le digo al vampiro.

—Hola —responde —. Iba a tocar, pero te has adelantado. Ya todo está listo, todos están en esperando.

—Bien, entonces vamos.

Tomo la mano derecha del vampiro, abandonamos mi cuarto y caminamos por el pasillo.

—¿Ya has visto la tormenta de afuera? Jamás había presenciado una tormenta de nieve así.

—Lo sé, es muy rara.

Hay algo en esa tormenta que me hace sentir intranquilo. No sé por que.

Tal vez sea por culpa del maldito zorro que me he puesto así.

Seguimos caminando hasta llegar al lugar en dónde están todos los estudiantes reunidos.

—Hola —saludo a todos mis amigos.

—Hola, pensamos que te habías quedado dormido o algo —dice Landon —. Te tardaste.

—Solo me estaba arreglando.

—Leo ¿Es verdad lo qué dijo mi padre? —Josie me mira —. Que dentro de poco serás Leo Salvatore.

—¿Qué? —Hope mira confundida a la chica —¿Leo Salvatore?

—Si, Elena y Damon planean adoptar a Leo —le responde.

—¿Eso es verdad? —Hope me mira.

—Si —respondo —. Ellos dos quieren que sea su hijo. Ya han comenzado con los tramites.

—Amigo, eso es súper —me dice MG muy emocionado —. Serás un Salvatore, dentro de poco.

—Aún no lo puedo creer —digo.

—Aún que Leo sea un Salvatore dentro de poco eso no cambia lo que es en realidad —dice Lizzie —. Un pobre zorro huerfano.

—Lizzie —Josie mira molesta a su hermana.

La rubia cruza sus brazos, camina hacia la salida y abandona el lugar.

—Leo lo siento mucho, Lizzie...

—Josie no te preocupes —le digo a la bruja sin magia —. En un momento vuelvo.

Voy detrás de Lizzie y la sigo hasta llegar a la sala en dónde se encuentra la chimenea.

—Deja de seguirme —me dice Lizzie.

—Lizzie ¿Cuánto tiempo seguiremos así?

—Siempre —responde —. No te puedo perdonar.

—Lizzie, yo no lo planee. Sebastian se enamoro de mi.

—Y lo aceptaste —me dice —. Pensé que éramos amigos.

—Somos amigos.

—No —me mira —. No lo somos, los amigos no hacen lo que tú hiciste.

—Lizzie...

—Escucha Leo... 

El fuego de la chimenea se apaga solo.

—¿Qué hiciste? —le pregunto a la rubia.

—Yo no hice nada —responde ella.

La tormenta de nieve comienza a entrar por la chimenea.

—¿Qué carajos? —miro con más atención.

Empiezo a escuchar unos gruñidos, una extraña figura emerge de la chimenea en medio de la tormenta y finalmente se revela ante nosotros dos.

—¿Qué demonios es eso?

Delante de ambos se encuentra una criatura de piel verdosa, con colmillos, ojos aterradores marrones, viste con un traje rojo parecido al de Santa y en su cabeza trae un gorro rojo igual al de papá Noel el cual no le cubre completamente la cabeza debido a un par de cuernos largos, también posee un par de garras muy afiladas.

—Vaya...—el zorro aparece junto a mi —. Eso es nuevo.

—Supongo que ese debe de ser mi presentimiento —comento.

—¿Qué demonios es eso? —pregunta la rubia.

—Un monstruo de Malivore.

La bestia nos gruñe, saca su lengua, se estira hacia mi con rapidez y se enreda alrededor de mi cuello para luego aprentarme.

Trato de soltarme, pero la bestia pone más fuerza.

—¡Leo! —Lizzie me mira muy preocupada.

Transformo mi mano izquierda en garra y la uso para cortar la lengua del monstruo.

Él gime del dolor y guarda su lengua cortada.

Mis colmillos aparecen en mi boca y lanzo un poderoso rugido.

Lizzie me toma de la mano derecha, toma mi poder y usa magia para arrojar al monstruo contra la pared.

El monstruo se levanta y Lizzie y yo comenzamos a avanzar hacia él listos para atacar.

La bestia retrocede, nos mira fijo y después se escapa escalando la chimenea.

—Se sintió superado —comento y guardo mi garra.

—¿Qué demonios era?

—No lo sé, pero hay que detenerlo —miro a la bruja sin magia —. Ve por los demás.

—¿Y tú? ¿Vas a ir detrás de eso?

—No, para enfrentarlo primero necesitamos saber que es —le digo —. Iré a ver a alguien que lo debe de saber bien. Ve ya, no hay tiempo que perder.

—Si —ella asiente y se va corriendo.

Me sobo el cuello con mis manos.

—Eso dolió —comento.

Abandono la sala y comienzo a ir hacia la zona de los lobos.

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