CONTROL

Capítulo 22

Camino deprisa a la habitación de las gemelas, abro la puerta y me adentro en la recámara para encontrarme con Elizabeth besándose con nada más y nada menos que con Sebastian.

Ambos se separan y voltean hacia mi.

—Leo...—dice el vampiro.

—Hasta que por fin apareces, yo... lamento mucho la interrupción —le digo.

Carajo, por siento cómo si me hubieran clavado un cuchillo en el maldito corazón.

—Siempre... ¿Estuviste cerca? ¿Verdad?

—Leo, déjame explicarte.

—Creí que... no te importaba Lizzie. Pero... ahora veo que lo que me dijiste fue mentira —digo —. Fui un tonto... no debí de haberme preocupado por ti. No valía la pena arriesgarme por ti Sebastian.

—Leo... yo... no siento nada por ella.

—La estabas besando. Eso me dice que si sientes algo.

—No seas dramático Leo —dice la bruja —. No tienes por que reaccionar de esa forma —ella cruza sus brazos —No es nada de ti para que te molestes.

—¿Y no fue lo mismo qué tú hiciste Lizzie? —la miro —. Pero tienes la razón Elizabeth. No debo de tener está tracción. Yo... no siento absolutamente nada por él. No soy nada de Sebastian. Además... no tengo tiempo para esto, hay cosas más importantes que hacer en estos momentos —camino hacia el mueble en dónde se encuentra el reloj de arena —Sebastian en estos momentos no me es importante —tomo el reloj.

—¿Qué crees qué estás haciendo? —me pregunta Elizabeth —.¿A dónde llevas eso?

—Encontre la forma de salvar a Josie de la magia negra de está cosa —volteo hacia ella —. Yo voy a absorber la magia del reloj para terminar de una buena vez con todo esto.

—¿Estás loco? Esa es magia sumamente poderosa, te estás buscando la muerte.

—Lo sé. Pero confío en que seré lo suficientemente fuerte cómo para contenerla —camino hacia la salida —. Ustedes dos sigan en lo suyo, no se preocupen por absolutamente nada.

Sebastian aparece frente a mi.

—Aún lado.

—No.

—Sebastian aún lado.

—He escuchado todo lo que Elizabeth ha dicho. Es magia negra lo que está dentro, esa magia es peligrosa. Lo sé por boca de la misma Cassandra. Si tomas esa magia negra... podrías morir —responde él —. No te dejare hacerlo. No saldrás de aquí con eso.

—No es tú problema Sebastian ¿A ti qué te importa lo qué me pase?

—Me importa. Me importa mucho más de lo que crees Leo.

—Aún lado.

—Escucha, sé que estás molesto. Estás en todo tú derecho. Desaparecí y ahora aparezco en está situación pero...

—No me tienes que dar explicaciones Sebastian. A mi no me importa lo que hagas. Si quieres tener sexo con Elizabeth entonces házlo. No me importa en lo más mínimo —respondo —. Tú no me importas.

—Pero tú a mi si me importas y con eso basta —dice el vampiro —lleva sus manos hacia mis mejillas —. No te dejare hacerlo. Perdí a Cassandra a manos del monstruo croatan. No te perderé a ti también.

—Sebastian...

—Te amo, Leo. Te amo mucho. No siento absolutamente nada por Elizabeth. Al que realmente quiero es a ti. Tú me complementas Leo, tú me has entendido mejor que nadie en años. Quiero estar contigo. No me importa lo que tenga que hacer para conseguirlo. No me importa que condición pongas, pero quiero permanecer a tú lado para la eternidad.