ฅ PSУCHФGΞИΞSIS ฅ ↳ℝ𝕖𝕖𝕕𝟡𝟘𝟘

ฅ 『𝔠𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 ⑥』 ฅ

Advertencia sobre cosas que aparecerán en la historia: Violencia, Asesino serial, Vocabulario vulgar, Manipulación, etc.

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•𝚍𝚎𝚙𝚊𝚛𝚝𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚙𝚘𝚕𝚒𝚌𝚒𝚊 𝚍𝚎 𝚍𝚎𝚝𝚛𝚘𝚒𝚝 (𝚍𝚙𝚍)
•𝟶𝟷-𝟶𝟸-𝟸𝟶𝟺𝟶
•𝟶𝟽:𝟺𝟿:𝟺𝟶 𝚊𝚖

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A quien madruga, Dios le cambia de casa¿O así no era el dicho?

Ojalá pudiera, lo deseaba con toda su alma. Y su cuerpo se lo exigía, lo demandaba.

Si dormir fuera una profesión, el detective Reed reprobaría en cada intento que haga.
Anoche realmente no pudo cerrar los ojos, el pánico corría por cada articulación endurecida de su cuerpo inerte, paralizado.

Esa noche, se dejó caer en la cama una vez más, y se quedó completamente quieto, con el arma en ambas de sus pálidas manos.

El deterioro de su salud física y mental era tan obvias y notables a la vista como la corrupción policial en Estados Unidos. Apenas fue la hora, se levantó de su cama, se cambió en silencio, y se fue al trabajo, lugar donde, como ya era costumbre, todos le miraron extraño al llegar.

Si, quería gritarles, desquitarse, no sabía dónde depositar tanto estrés, tanto miedo, tanta paranoia, tantas emociones negativas acumuladas desde hace tanto tiempo.

Intentaba que su cuerpo no tiemble ¿de la rabia? ¿de la impotencia?¿del pánico? ya no sabía que era en realidad, o quizá era una mezcla de todo. Pero era una tarea complicada que, para su suerte, no se notaba tan fácilmente ante las entrometidas miradas ajenas.

No le dió tiempo a su bolso de llegar tranquilamente a su escritorio, que lo arrojó al suelo descuidadamente, para luego desplomarse en su típica silla de oficina con rueditas.
Justo en este momento, e incluso apenas pudiendo pensar algo en concreto sin recordar lo de anoche, se dió cuenta de que sus pensamientos al estar rodeado de sus estúpidos compañeros había cambiado.

Ahora no era algo molesto, ahora se sentía.. protegido.

Y, por un segundo, se dió cuenta de que realmente llevaba semanas sintiendo que estaba a punto de morir de una manera agonizante, y empezó a empatizar con si mismo. Era obvia la razón por la cuál se sentía así, y no era el único: sabía que si cualquiera de sus compañeros se encontraba en su situación actual.. probablemente habría renunciado a la investigación apenas hubiera oportunidad.

Pero él no, aún tenía un leve sentimiento de fé en sí mismo, pero no sabía por cuánto tiempo le iba a durar.

Apoyo los antebrazos en su escritorio y se ocultó ahí lentamente, con cuidado mientras sus dedos se aferraban a su propia ropa, respirando hondo: inhalando, manteniendo, exhalando, inhalando, manteniendo, exhalando, inhalando, manteniendo... y exhalando.

Nunca supo que se podía saborear un sentimiento, pero la sensación de estar a salvo... era completamente dulce.
Sabía que, incluso si le pasaba algo justo ahí, nadie haría nada para protegerle, pero por lo menos sería una buena forma de atrapar al asesino.

Si, ya era surrealista y preocupante que no le diera tanta importancia a la idea de sentirse tranquilo de ser una carnada, solo si por ello el desquiciado sería atrapado.

Los pensamientos empezaron a ser borrosos poco a poco, junto a ello, sus manos empezaron a dejar de temblar y, después de tanta espera que tuvo su cuerpo, pudo relajarse al punto de consiliar el sueño, incluso en la posición tan incómoda en la que estaba.