Alicent Hightower | 3

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CONTINUACIÓN

Un llamado solo necesitó Daegon, escuchó a su dragón rugir y supo que debía de reclamar su trono cuanto antes. Llamó a la puerta urgentemente, diciendo que le urgía hablar con la mano del rey.

Al cabo de un rato Daegon se escondió tras la puerta y al ser abierta, los guardias entraron, luego Otto. Daegon sigilosamente entrecerró la puerta para luego abrirla por completo y correr por los pasillos directo a Dragonpit, los guardias se dieron cuenta de que el príncipe había escapado y entonces inició la persecución hacia él.

El albino tenía buena condición física, era excelente en la pelea así que fué pan comido evadir a los guardias que lo perseguían, cuando logró salir corrió hacia la Dragonpit, logrando divisar por los cielos un dragón sobrevolar en este. El dragón de su hermana estaba allí, ella claramente vió lo que ocurría, logró diferenciar al albino que corría con presteza.

Rhaenyra fué descendiendo para ayudar a su hermano. Daegon le gritó en Valyrio a su dragón, un Dracarys fué suficiente, el vínculo qué tenían ambos sería tan fuerte que el dragón seguiría a Daegon por los cielos tras Syrax.

—¡Por los siete infiernos! ¿Que sucede Daegon? —Rhaenyra volaba en el lomo de su dragón hacia el Septon.

—Están intentando usurpar el trono. —habló con evidente decepción.

—¿Ella lo hizo otra vez? —Rhaenyra volteó un poco, dejando su cabeza sobre su hombro para ver a su mellizo.

Daegon guardó silencio, recordar nuevamente su traición.

—Sabía que aún no cambiaba. —Rhaenyra le comentó, ambos miraron la muchedumbre en las puertas del Septon.

Valaxon era tan grande como Vhagar o incluso más. Syrax y él descendieron quedando cerca de las puertas de este. Rhaenyra y Daegon bajaron del lomo de Syrax, el masculino empuñó su espada, Valaxon rugió tan fuerte como podía. La gente abrió paso a ambos mellizos caminando elegantemente hacia donde estaban los verdes.

Alicent cerró los ojos derramando una lágrima, Aegon lo miró fingiendo valentía. Los plebeyos miraban todo, asustados por los rugidos de los dragones, Daegon sacó su espada y apuntó hacia Aegon.

—Baje su espada príncipe, está interrumpiendo una ceremonial real. —Ser Criston habló, los demás guardias apuntaron hacia Daegon.

—No creo estar interrumpiendo la ceremonia que por ende y derecho, está hecha para mí. —No bajó su espada, mantuvo a Rhaenyra cerca de él.

—Como últimas palabras del rey, sus deseos cambiaron, Aegon es ahora el heredero al trono y hoy, se abrirá paso hasta el trono de hierro para iniciar su reinado. —Otto Hightower habló ahora, mirando con una sonrisilla burlista a Daegon.

—Conozco las sucias intenciones de un traidor como usted, lord Otto, conocí bien a mi padre como para saber que su palabra no cambió aún estando en su lecho de muerte. —Sentenció.

—Los traidores surgirán más su sangre en el suelo polvoriento olvidada va a estar. —Helaena susurró cuando Aemond le devolvió un susurro diciendo que se colocara tras él.

Daegon caminó hasta quedar frente a Aegon, Alicent miraba aterrada la escena ella quería intervenir en esto pero sabía que si lo hacía lo pagaría caro.

—Abre paso a tu nuevo rey, usurpador y tendré piedad de ti. —miró intimidante a Aegon, una vez lo mencionó levantó su mirada hacia la pelirroja que lloraba.

—¿Que te hace creer que serás rey? —Aegon casi se burlaba.

—Creo en mí y en que tengo la fuerza de un soberano como para poder arrancar tu cabeza de su lugar sin necesidad de usar una espada. —habló entredientes. —Muévete ahora.

HOUSE OF THE DRAGON ONE SHOTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora