Shot: Rhaenyra Targaryen x maleoc
Total de palabras: 13061 palabras
Advertencias: machismo, misoginia, contenido explícito, lenguaje soez.
Resumen: Rhaegar es decepcionado por su propio padre y futura esposa, aún por sus propios principios ¿Qué bando debería elegir?
OMNISCIENTE POV
Semanas luego de que Rhaegar escuchó el asunto, ignoró por completo a Rhaenyra y a su padre, quienes notaban que él joven estaba distante, incluso frío en la forma de tratarlos, no solo le había molestado que Rhaenyra haya sido tan golfa, le molestó que parece que él no era suficiente para ella, para poder satisfacerla cuando finalmente llegara la hora de consumar el matrimonio. Tuvo que buscarse a su padre y como este no le dio lo que buscaba, se metió con su guardia, llevando esto al extremo. Estaban desayunando y todos podían sentir el incómodo ambiente, Rhaenyra observaba como Rhaegar masticaba fuertemente y miraba un punto fijo, ignorando la presencia de todos en la mesa —Quiero que mi compromiso con la princesa Rhaenyra se anule —de pronto y del silencio, surgen las palabras de Rhaegar, quién levanta la mirada hacia el rey.
Alicent no puede evitar sentir una bomba de sorpresa, su rostro lo muestra y expresa, por dentro se había entusiasmado de saber que Rhaegar estaba anulando su compromiso con la “puta” de Rhaenyra, pero el golpe de la realidad la trae nuevamente a poner los pies sobre la tierra, al ver que su actual esposo, el rey, dejó caer su tenedor en el plato y miró a Rhaegar con la misma expresión de sorpresa que todos en la mesa. Por su parte, el joven Targaryen seguía comiendo con total tranquilidad, no se preguntaba donde estaba su padre o se volteaba a ver la expresión de Rhaenyra, no, ya no le importaban, sentía que podía asesinarlos a ambos por traidores, si se le ocurría mirar a Rhaenyra —Creo que. . . Es un tema que debemos hablar luego del desayuno ¿Te parece mejor opción, Rhaegar? Antes de resolver este asunto, quiero seguir con el tranquilo y agradable desayuno que antes disfrutábamos —Viserys menciona esbozando una sonrisa, quería evitar ese tema a toda costa pero tarde o temprano volvería a surgir y así fue, ya no lo podía evitar, mucho menos ahora que Rhaegar lo sabía todo.
El desayuno fue incómodo, Rhaenyra movía ligeramente su pierna hacia Rhaegar, lo pateaba ligeramente para que pudiera verla y así sugerirle hablar fuera de allí, pero el principie apretaba la mandíbula cada vez que ella hacía eso e ignoraba por completo que estaba tomando el desayuno a su lado. Alicent desde su lugar miró tales acciones, había desarrollado la habilidad de leer más de lo normal a Rhaegar, saber qué cosas le molestaban, que cosas lo alegraban y que otras más le daban el carisma que lo caracterizaba, miraba los pies de Rhaenyra moverse y observaba la mandíbula apretada del albino, tuvo que tomarse un momento antes de volver en sí y tomar un poco del jugo de uva, pues eso le dejaba la imaginación al aire. Una vez el desayuno acabó, todos iban a resolver sus tareas diarias, pero antes de que Rhaegar se fuera de allí, Alicent lo siguió, tomándolo de la muñeca, viendo como el joven se volteaba de forma agresiva pero este cambió de expresión al enterarse de que era Alicent quién no lo dejaba irse —Príncipe Rhaegar —saluda con la misma dulce voz la joven reina —Majestad —el Targaryen inclina ligeramente su cabeza hacia Alicent, como reverencia para la mujer de cabellos rojizos —Me gustaría que me visitara a mis aposentos cuando se desocupe de sus tareas, hay un par de asuntos que me gustarían hablar de una cálida manera con usted, príncipe —por un momento, antes de soltar la muñeca de Rhaegar, Alicent acarició dulcemente la piel del chico. Rhaegar por un momento entreabrió sus labios y sintió como ese toque femenino de la reina, le provocó un ligero cosquilleo por el cuerpo, en sus dedos, pasando ese hormigueo desde sus brazos, pectorales, abdomen y sus entradas a la espada sin hungir —¿El rey sabe de la reunión? ¿Será una audición con él? —pregunta el joven —Soy la reina también, príncipe, el rey se encarga de mantener la estabilidad en el reino y yo, por mi parte, como esposa del rey, me dedico a velar por la paz en estas gigantescas paredes, usted bien sabe que los rumores vuelan, no me gustaría alimentar tales falacias y bien puede por usted mismo reunir la información sobre los diferentes asuntos que he tratado con lores y ladys para conservar la calma en el nido del rey —coloca una mano sobre la otra, detallando cada centímetro del etéreo rostro del príncipe —. Envíe un guardia por mí majestad, veremos si esa situación puede tener solución —se limitó a decir Rhaegar para luego seguir su trayecto a su destino.
Alicent sonríe para sus adentros y luego se desvía, yendo a ser la reina, posiblemente buscando en alguna ocasión, con su mirada, a Rhaenyra, solo para mostrarle su disgusto por lo que había causado. Mientras Rhaegar iba al campo de entrenamiento, estaba muy irritado y con toda esa frustración, derriba a sus oponentes con facilidad, algo que le admiran los demás espadachines. Es un chico guapo, joven, príncipe, hijo del mismísimo Daemon, en estos momentos comprometido con Rhaenyra, fuerte y demás, un joven apuesto que casi todas las mujeres del reino deseaban, por no decir todas, así como a su padre; más ahora con su molestia, no se sentía orgulloso de que fuera tan popular como su padre y solo por él. El entrenamiento termina y el peliblanco, apresurado deja el campo, caminando tan rápido como sus piernas le permiten, estaba buscando como llegar al salón del trono para hablar con su tío Viserys, este no había dicho nada de la audición pero si él no insistía, no romperían su compromiso con Rhaenyra y lo casarían con ella después de todo.
Al llegar a las dos puertas altas de madera, los dos guardias reales que custodiaban estas, las abrieron —El príncipe Rhaegar —anuncia uno de los caballeros y Rhaegar camina hacia los cimientos del trono, parece que había acabado una audición recién, Otto Hightower estaba allí y algunos lores se retiraban tan rápido como veían al joven príncipe, que parecía desvivir a todos con su mirada. —Príncipe —saluda Viserys con una sonrisa, mientras asiente con la cabeza, Rhaegar se inclina en una reverencia, mira a Otto antes de dirigir su mirada a su tío —Majestad, sé que me presenté sin haber acordado un tiempo exacto para la audición, pero necesitaba terminar con este asunto cuanto antes —explica el joven, tomando precauciones, esperando que ya el salón esté vacío por completo —No hay problema hijo, las audiciones se han terminado por el momento para poder tomar la comida, pero siempre tengo tiempo para mi familia —el hombre sonriente mira a su sobrino y en sus adentros está tratando de tomar fuerzas, no sabía que lo hacía sentir débil y bastante enfermo, si esta situación o los constantes orificios en su piel —Mencioné en el desayuno que deseaba anular mi compromiso con la princesa Rhaenyra y vengo aquí para que esto se realice, no saldré de este salón si no es con la certeza y con la afirmación de que todo compromiso con la princesa se ha acabado. No quiero ofenderlo majestad, pero tengo mis razones para no desear este matrimonio, está a tiempo de conseguir un prometido adecuado para Rhaenyra —Rhaegar fue directo, Viserys ya sabía por qué él deseaba romper el compromiso, pero no podía creer tales rumores de su hija, menos que su sobrino creyera en ellos —Pero. . . Hijo mío, la princesa y usted han tenido una conexión mágica, el reino adora verlos juntos e incluso, se ansia este matrimonio más de lo que se ansió el mío con la actual reina —peros y más peros buscaba Viserys, todo para que Rhaegar se rindiera y aceptará este compromiso.
El albino se tomó un momento, miró hacia el suelo y pasó su mano por su arco de cupido para no perder los estribos allí mismo, para no gritarle a su tío que dejara de ser un idiota y vieras las cosas como eran y como pasaban frente a sus narices, pero no podía decirlo, Viserys no era un hombre de armas tomar, pero si se trataba de su hija, sería capaz de hacer que otros asesinen por ella, porque era un cobarde realmente —El reino puede ansiar el matrimonio, todos pueden desear vernos juntos, pero no es lo que yo quiero ni deseo, yo no opino lo mismo que el reino y deseo que este compromiso esté roto hoy, antes de que el sol se esconda en el horizonte, que cese el día ocultándose bajo el mar. Mira esto con ojos juzgadores, mi rey, usted tuvo las opciones claras para casarse con dos mujeres maravillosas, yo tendré que elegir con sabiduría a la madre de mis hijos, alguien que yo desee y sea recíproco —Rhaegar levanta su mirada del suelo, pasando esta por las escaleras del trono hasta donde se sentaba Viserys, quién tenía el entrecejo fruncido —Tendré tu respuesta antes del anochecer, príncipe, vaya a tomar la merienda, andando —el rey despide al joven y este obedece, saliendo del salón frustrado.
Otto había observado minuciosamente la situación, analizándola en distintos aspectos y podía tomar ventaja de esta situación. . . El hijo del príncipe canalla había escuchado los rumores sobre Rhaenyra y su castidad, Otto debía meter su nariz en esto, salir ileso pero con un aliado más para futuros proyectos en curso. Mientras el chico caminaba hacia donde tomarían la merienda, recordó las palabras de Alicent luego del desayuno, había terminado por ahora. . . ¿Debía de ir con ella? Tal vez con el tacto femenino de la reina, con su dulce voz femenina y su forma frágil de presentar las cosas, Viserys, podría doblegarse ante la tentación en mujer y aceptar anular ese compromiso. Se detuvo en medio del gran pasillo, sus zapatos finos se plantaron en el arenoso suelo para luego girarse en sí, yendo a la dirección de los aposentos de la reina, no le importaba si no había enviado un guardia ahora o no estaba allí, la esperaría el tiempo que tuviera que tardar, pero esta situación, pensar en ello parecía encender la llama en sus adentros, como si hubieran subido de los siete infiernos con una antorcha y hubieran encendido el débil fuego del dragón allí, casi podría abrir sus fauces y escupir el fuego, pero en lugar de eso, saldrían palabras que arderían como la llama flamante de una fogata sin control.
Los guardias que estaban de pie al lado de la puerta observaron al príncipe, el platinado solo hizo una señal con la mano y seguido fue anunciado por uno de los guardias, mientras le abría la puerta para que pudiese entrar a la cámara de la reina verde. Alicent estaba allí, parecía ocupada con un par de doncellas pero al escuchar el anuncio, todas giraron sus cabezas junto con la reina, las doncellas haciendo una reverencia y Alicent bajando de forma apresurada de la pequeña tarima, quedado frente al joven quién tenía apretada la mandíbula. La pelirroja hace una reverencia ante Rhaegar y este solo asiente con la cabeza como una reverencia —Muchas gracias señoritas, se pueden retirar, enviaré a un guardia para que las busque cuando termine con mi reunión —la mujer voltea ligeramente su cabeza, viendo de reojo, por encima de su hombro a las doncellas inclinadas —Majestad, alteza. —las mujeres pasan al lado de ambos y vuelven a hacer una inclinación mientras se retiraban una tras otra, alegres de haber visto al apuesto príncipe allí —Creí que habíamos acordado que enviaría un guardia por ti, Rhaegar —Alicent se da la vuelta, dándole la espalda al joven mientras tenía un par de cordones sueltos de su vestido, dejando a la imaginación del chico muchas cosas, la mujer toma asiento en uno de sus sofás mientras señala con su delicada mano el espacio a su lado —Si, acordamos eso majestad, pero necesitaba verla cuanto antes, lo que tenemos pendiente no sé qué sea, pero necesito su ayuda ahora más que nunca para resolver un asunto con el rey y pensé. . . ¿Quién mejor que su esposa para convencerlo de terminar con mi compromiso con su hija? Usted tiene el encanto femenino que cualquier hombre querría tener, el rey no se casó con usted por nada, saque provecho de su posición y por favor, convenza al rey —insiste el joven mientras tomaba asiento, Alicent por su parte inhaló profundo ante las palabras de Rhaegar, entonces. . . Él quería anular su compromiso, Alicent se toma un momento antes de aclara su garganta y sonreír, pasó de mirar sus manos hasta dar con la mirada de Rhaegar —Antes de darle una afirmación ¿Por qué desea anular su compromiso con la princesa? —sabía lo que hacía, había deseado tanto a Rhaegar para ella que ahora podía tenerlo a su lado, a pesar de estar casada con Viserys, ella podría tener al príncipe, quién ya no sé sentía atraído por Rhaenyra —Rumores, majestad. . . Escuché accidentalmente la conversación suya y Sir Criston, no me hayo espacio para el amor hacia ella, siento repulsión hacia ambos y por eso deseo terminar con eso, manchar mi imagen con una esposa que va dejando entrar entre sus piernas a cualquiera no me favorece —explicaba el joven, mirando atentamente a Alicent, quién asentía con la cabeza, escuchando atenta a lo que Rhaegar decía —. Entiendo príncipe, entiendo absolutamente su disgusto, nos preocupamos por conseguir un prometido a la altura de la princesa y creo que hizo una vez más de las suyas —Alicent frunce el entrecejo con disgusto y su sonrisa se vuelve más como una mueca — Cuente conmigo, haré todo lo posible por convencer al rey que deje su terquedad y anulen ese compromiso —menciona la joven mujer al príncipe, buscando la aprobación inmediata del chico —Muchas gracias majestad, el rey es demasiado afortunado de tenerla como esposa, no solo por su belleza, sino por su don de regimiento —la pelirroja siente que su corazón le palpita más rápido de lo normal y ante las palabras de su contrario, sonríe mostrando su dentadura. La reina se levanta del sofá y nuevamente le da la espalda al príncipe.
La benevolente mente de Alicent en esos momentos solo pedía a gritos al jovencito, menor que ella y Rhaenyra, un chico de buena imagen, atento, bastante paciente, un hombre diferente al resto, según ella. La mujer se abrazó a sí misma y movió sus dedos por la tela de su vestido, mirando hacia el frente esperando que la mirada de Rhaegar estuviera sobre ella —Es usted encantador príncipe, cuanto deseo que mi esposo tuviera su tiempo para hacerme sentir mujer, no por deber y más por. . . Amor. No debería decir estas cosas pero con usted me siento en mucha confianza —exclama la chica de cabellos rojizos mientras mira ese punto en la habitación fijamente, como si sirviera de poder y así atraerlo hasta sus brazos —Majestad, estoy seguro de que el rey disfruta sus momentos con usted, de igual forma, tenga por seguro que nada de lo que hablemos usted y yo saldrá de aquí —Rhaegar se levanta del sofá y da unos cuantos pasos hasta estar detrás de Alicent, en esos momentos deseaba poder acariciar su cabello y hacerla sentir bien, después de todo lo ocurrido, Alicent y él tenían buenas migas desde antes. La reina verde se da la vuelta y abraza repentinamente al príncipe, recostando su cabeza en el pecho del albino mientras sus manos se aferraban a su fornida espalda —Es usted un encanto príncipe Rhaegar, enserio nadie lo merece, ojalá poder estar en el lugar de quién vaya a ser su futura esposa —esta se aleja ligeramente de su pecho y acaricia la mejilla del masculino, alejándose para que nuevamente le dé la espalda, esta vez señalando los cordones de su vestido —¿Podría ayudarme? Deseo cambiarme por un atuendo adecuado —le habla de forma dulce al chico y este se aclara la garganta, aceptando ayudarla mientras comenzaba a desatar los cordones del vestido de Alicent.
Tenía que aprovechar estos momentos si o si, cuando finalmente su vestido se sintió menos apretado en su cuerpo, la mujer sin importarle mucho se lo sacó del cuerpo, dejando a la vista su esbelto cuerpo envuelto en un muy ligero camisón de tela traslúcida y fina, delgada. Caminó hasta la gran cama que adornaba más grandes cámaras de la reina, se volteó esta vez, sentándose lentamente en el sofá que hacía decoración a los pies de la elegante cama —Me dejaré de formalidades, príncipe, si Rhaenyra no tuvo el placer de probar lo que usted puede hacer, yo estoy dispuesta a hacerlo. Quiero ofrecerme como la mujer que el príncipe Rhaegar desee a partir de ahora, porque yo te deseo a ti más de lo que las palabras pueden aclarar —menciona la reina verde mientras pasaba una de sus manos por una de sus piernas, tomando el borde de su camisón mientras subía este lentamente por su pierna, acariciando de paso su piel y con un movimiento voluntario, se comenzaba a abrir de piernas frente al príncipe, quién estaba totalmente sorprendido, quién tenía la respiración acelerada y un par de lugares latiendo más de lo normal, pasó saliva por su garganta al ver como las piernas de la reina estaban abiertas, como ella lo miraba, deseando cada parte de él —Ven por esto Rhaegar, la reina guardará esta secreto —el joven torpemente caminó hasta dar con la mujer, con una de sus manos puesta en la unión de su mentón y cuello, la atrajo hacia él para poder besar sus labios, mientras su otra mano se encargaba de recorrer los mismos lugares que la mujer, antes había recorrido con sus propios dedos.
Rhaegar besaba a Alicent como un animal, el deseo por la mujer le recorría el cuerpo con locura, con la misma locura con la que la tocaba y besaba. La mano que se encontraba en la unión del cuello y mentón de la mujer, bajó lentamente hasta su cintura, la otra mano tomó la pierna derecha de la pelirroja por debajo para impulsarla a cubrir la cadera del adverso con sus dos piernas, así lo hizo y ambos, besándose desenfrenadamente continuaron con su momento de pasión y lujuria. Rhaegar subió al borde de la cama a Alicent, dejando sus rodillas sobre el sofá y dejando su cadera a la altura de su entrepierna, sus labios pasaron de besar los de Alicent, a besar su barbilla, luego su cuello, clavículas hasta quedar en el muy ligero escote del camisón, el príncipe besó por encima de la tela los dos pezones de la Hightower, mirando como la tela traslúcida era totalmente transparente ahora y dejaba a la vista los erectos pezones de la mujer. Rhaegar levanta su vista para encontrarse con la pelirroja mordiendo su labio mientras estaba sonrojada, esto hizo que a el príncipe le recorriera un hormigueo familiar por el cuerpo hasta su virilidad, lentamente bajó sus besos por el abdomen de la chica hasta quedar sobre el vientre de esta, levantando más el camisón hasta dejar a la vista el vientre de la fémina.
¿Cómo es que el príncipe tenía experiencia en esto? Por ser tan apuesto el joven, mujeres lo trataban de seducir a diario, hasta que una de estas lo llevó a sus aposentos con la excusa de mostrarle lo que un hombrecito como él debía saber para seguir siendo así de apuesto, estando con su consciencia intacta la mujer hizo con él todas las obscenidades que el reino deseaba hacerle, luego del chico haberse sentido satisfecho la despidió de sus aposentos, pero la mujer con algo de resistencia le insistió en beber un poco de vino para que se relajara, hasta que el príncipe quedó tan inconsciente de ebriedad.
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HOUSE OF THE DRAGON ONE SHOTS
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